Hace 10 días, un macabro hallazgo conmocionó a la ciudad de Córdoba, luego de que se diera a conocer que dos albañiles encontraron un cadáver oculto en el ropero de un departamento, en el que se encontraban haciendo refacciones.
Este martes, la autopsia determinó que el cuerpo pertenece a una mujer de unos 30 años, y se cree que su muerte se habría producido hace unos seis meses aproximadamente. Su identidad aún no pudo ser confirmada.
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El cadáver fue encontrado el 5 de julio en un edificio ubicado en la calle Buenos Aires al 315, en pleno centro de la capital cordobesa. Estaba sentado en el interior de un ropero, envuelto en mantas, atado con cables y tapado con cemento.
El olor nauseabundo que emanaba el estado de descomposición de los restos fue lo que alertó a los trabajadores.

Las sospechas
El departamento donde fue hallado el cadáver pertenece a Jorge Javier Grasso, pero estaba alquilado por su hermano, Horacio Antonio Grasso, un expolicía condenado por el crimen de un nene de seis años en Salta.
Horacio estaba cumpliendo prisión domiciliaria con tobillera electrónica en ese lugar, pero fue trasladado a la cárcel días antes del hallazgo por haber violado las condiciones del régimen.
Los trabajadores que encontraron el cadáver habían sido contratados por Jorge Javier para realizar arreglos en el lugar. Según trascendió, el armario estaba ubicado en una habitación cerrada y la puerta había sido tapada con listones de madera. En esta línea, la Justicia investiga si los albañiles fueron llevados allí para “limpiar” una escena del crimen.
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La causa está en manos de la fiscal María Celeste Blasco, titular de la Fiscalía de Instrucción del 1° Turno 5, que sigue investigando cómo ocurrió el hecho, si se produjo adentro de ese departamento o si el cuerpo fue llevado hasta allí.
También se intenta establecer si los hermanos sabían que el cadáver estaba escondido dentro de la propiedad.