La madrugada del 15 de octubre de 2023 Lucía Rubiño, de apenas 16 años, se encontraba en la puerta de la casa de una amiga en San Juan. Eran las 3.20 cuando un auto, conducido por un conocido suyo de la infancia, perdió el control, se subió a la vereda y la atropelló.
Una picada ilegal tipo “gatillo” habría sido el desencadenante de la tragedia que le costó la vida a Lucía y por la cual hubo dos adolescentes acusados. Uno de ellos, que también era menor al momento del hecho, fue imputado por “homicidio culposo”.
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El otro conductor involucrado, Juan Pablo Echegaray, es hijo del juez federal Hugo Carlos Echegaray y fue recientemente sobreseído. En medio de críticas y acusaciones de impunidad, el fallo fue rechazado por la familia de la víctima, pero la causa no avanza porque desde entonces se excusaron seis jueces por distintas razones.
“Es muy triste ir a siete audiencias, que se te rían y a nadie le importe nada. Te hace temblar los pies, la vida....es como si la volvieran a matar”, dijo devastado a TN Jorge Rubiño, el papá de Lucía.
Asimismo, subrayó: “Si es necesario, vamos a llegar hasta la Corte de Justicia. Es lo único que puedo hacer por mi hija, voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para luchar por ella”.

Un reto mortal
Era la víspera del Día de la Madre. Los vecinos del barrio Profesionales ya habían alertado al 911 sobre este grupo de jóvenes que corría picadas, pero eso solo logró poner en pausa la tragedia. Un par de horas después de que la policía se fuera del lugar, cerca de las 3 de la mañana, volvieron.
Lucía había salido con sus amigas y a esa hora esperaba en la puerta de la casa de una de ellas que su mamá llegara a buscarla. Así la sorprendió una muerte temprana y absurda.
Después, las cámaras de seguridad fueron claves para reconstruir la secuencia mortal. “Venían corriendo esas benditas picadas, uno enfrente del otro, a ver cuál era más macho. Así se dieron el gusto de matar a mi hija”, lamentó Jorge Rubiño.
“El auto que manejaba el menor iba a toda velocidad y en contramano y Echegaray, cuando va llegando el coche, le tira la camioneta encima”, detalló el hombre, y añadió: “El otro volanteó y la mató a Lucía, mi hija quedó aplastada contra la pared”.
De acuerdo con su testimonio, el chico que la atropelló se quedó en el lugar en estado de shock pero recién le hicieron el test de alcoholemia al día siguiente. En cambio, el hijo del juez Echegaray se escapó “y nunca le hicieron ningún dosaje”.

La polémica judicial
Actualmente, N. M., el joven que era menor al momento del hecho, es el único que sigue imputado en la causa por “homicidio simple con dolo eventual”. El 13 de mayo pasado Echegaray fue sobreseído de la acusación de “homicidio culposo”.
“Le fueron buscando la vuelta, trajeron peritos - a los que no les creo nada -. Dibujaron todo para sacarle la imputación a Echegaray”, señaló el papá de Lucía.
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La decisión judicial fue recibida con consternación por toda la familia. Belén Montilla, la madre de la víctima, habló con angustia frente a los medios locales, apenas se conoció el fallo: “Yo llego a mi casa y Lucía no está en ningún lado. ¿Sabés lo que pasa? Que nos agotan a las familias del dolor. No podemos respirar, porque los que nos dieron para respirar lo gastamos acá”.
Juan Pablo Echegaray nunca estuvo detenido y fue autorizado a mudarse a Mendoza para estudiar. “Jamás pidió perdón en el juicio, ni él ni su familia”, remarcó a este medio Rubiño.
“Me encandiló”
Tras la desvinculación del hijo del juez, N. M. decidió por primera vez dar su versión de los hechos y acusó directamente a Echegaray de haber provocado el accidente.
“Me encandila con sus luces en mi parabrisas, en ese momento lo único que atino es a frenar y esquivar para evitar el choque”, afirmó, según replicó el diario Tiempo de San Juan.
Su testimonio, grabado en video y presentado por el abogado querellante Marcelo Fernández, podría cambiar el rumbo de la investigación.
N.M. solo estuvo 60 días alojado en un instituto para menores y ahora sigue procesado, pero en libertad. “El otro día andaba haciendo disturbios en un pueblo que está a 150 KM de la capital, se metieron en la casa de un muchacho y le pegaron”, cuestionó el papá de Lucía.
Como en el caso de Echegaray, resaltó Rubiño, la familia de este joven también tiene vínculos con el poder, según advierte: “El imputado es hijo de un reconocido abogado de la provincia de San Juan".
La danza de los jueces
La familia de la víctima impugnó el sobreseimiento de Echegaray. El objetivo es lograr que el caso llegue a juicio y así poder demostrar que fueron dos los responsables de la muerte de Lucía. Sin embargo, la causa no pudo avanzar hasta ahora debido a una serie de inhibiciones.
Uno de los magistrados que se apartó fue Fabio Daniel Guillén Alonso, porque previamente había intervenido en la causa en la que está imputado N.M. Por su parte, el juez Maximiliano Blejman hizo lo mismo por ser vecino del barrio donde ocurrió el accidente y haber participado esa noche en el llamado a la policía; y un tercero, Juan Carlos Caballero Vidal, porque su hija, amiga de la víctima, es una de las testigos.
“Seis jueces se excusaron, ninguno quiere agarrar el caso. Se apartan porque son todos amigos“, apuntó Rubiño a TN. Si bien las inhibiciones son un acto de imparcialidad que brinda seguridad jurídica, los motivos que dieron para excusarse alimentaron los rumores de una “familia judicial” y, en definitiva, la sensación de impunidad.
Finalmente, en las últimas horas Eduardo Raed resultó sorteado y sería quien, por fin, pueda avanzar con el caso y darle un cierre al doloroso capítulo que se inició aquel 15 de octubre, hace ya dos años, para la familia de la adolescente.
“Tenemos toda la esperanza de que los jueces hagan lo que tiene que hacer”, manifestó Jorge Rubiño. Y subrayó: “Lucía tenía muchas ganas de vivir, me la arrebataron".