La muerte de nueve pacientes en el Hospital Italiano de La Plata tras recibir fentanilo contaminado reveló mucho más que una falla puntual en la cadena sanitaria: expuso una trama más profunda, sostenida por años de irregularidades y antecedentes penales, que está siendo investigada por la Justicia Federal.
El laboratorio involucrado, HLB Pharma Group S.A., había sido sancionado en repetidas oportunidades por la ANMAT. En menos de cinco meses acumuló prohibiciones por medicamentos contaminados, falsificaciones y fallas en la trazabilidad. A pesar de eso, continuó operando en un sector sensible como es la producción y distribución de anestésicos y opioides para terapia intensiva.
Cronología de una muerte anunciada
Los actuales dueños de HLB Pharma, Ariel García Furfaro y Jorge Salinas, no son desconocidos en el mundo farmacéutico. Ambos estuvieron vinculados al Laboratorio Apolo, acusado de contrabando de medicamentos hacia Paraguay a comienzos de los 2000.
Apolo fue también el epicentro de otro hecho trágico: en junio de 2016 una explosión en su planta de Rosario causó graves daños en el barrio de La Tablada. Dos meses antes, la Justicia ya había decretado la quiebra de la empresa.
En julio de 2017, García Furfaro y Salinas compraron HLB Pharma, una empresa en crisis financiera. Desde entonces, la firma retomó la producción de medicamentos críticos como anestésicos y opioides. El nombre del laboratorio volvería a sonar con fuerza tres años después, durante la pandemia.
Durante la emergencia por el COVID-19, la empresa anunció que tenía un acuerdo con el Fondo Ruso de Inversión Directa para traer 50 millones de dosis de la vacuna Sputnik V a la Argentina y otros países de la región. Sin embargo, el Gobierno argentino optó por negociar directamente con el fondo ruso, dejando afuera a la firma.
La HLB Pharma también estuvo investigada hace unos años en el caso conocido como la “mafia de los medicamentos”, relacionado con maniobras de sobreprecios por parte de proveedores del PAMI.
En el último año la ANMAT sancionó al laboratorio al menos en cuatro oportunidades. En febrero de 2025, se prohibió la distribución de dopamina por falta de trazabilidad. Un mes después, la agencia suspendió las actividades de Laboratorios Ramallo, una empresa paralela de HLB, por deficiencias en sus procesos de elaboración.
En abril, el organismo ordenó el retiro total de lotes de propofol por sospecha de falsificación, y también prohibió productos como diclofenac y morfina, tras detectar contaminación cruzada crítica.
Pese al traspié que tuvo durante este último tiempo, HLB siguió operando y ampliando su negocio. Lo haría, como se sabría después, en medio de irregularidades sanitarias graves.
Nueve muertes y una investigación en curso
El 8 de mayo, tras confirmarse un brote de neumonía bacteriana en el Hospital Italiano de La Plata, la ANMAT clausuró la distribución de fentanilo contaminado con Klebsiella pneumoniae y Ralstonia pickettii. Para ese momento, ya habían muerto nueve pacientes que habían recibido el opioide en terapia intensiva.
La bacteria hallada en el medicamento no forma parte de la flora hospitalaria habitual, lo que sugiere una contaminación durante la fabricación o el envasado. Según pudo averiguar TN de fuentes judiciales, el hospital habría adquirido el lote de ampollas de fentanilo en 2024, previo al pedido de cese de actividades.
Si bien resta confirmar la vinculación entre el medicamento y las muertes, la ANMAT pidió a la Justicia la clausura de HLB Pharma, inhibió sus operaciones y presentó una denuncia penal ante el Juzgado Federal N°1 de La Plata, a cargo del juez Ernesto Kreplak, hermano del ministro de Salud de la provincia, Nicolás Kreplak.
Desde el hospital Italiano confirmaron a TN que no harán comentarios mientras avanza la investigación judicial. “Toda la información del caso está en manos de la autoridad sanitaria nacional y provincial, que es a quienes hemos denunciado el resultado de la investigación”, indicaron.
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Por su parte, el Ministerio de Salud bonaerense explicó que el caso fue recibido por la Dirección de Fiscalización, que se desplegó la Unidad de Control de Brotes, y que se realizó un relevamiento en todos los hospitales públicos de la provincia. Confirmaron que el lote de fentanilo contaminado no estaba presente en ningún otro centro de salud bonaerense, aunque no ofrecieron precisiones sobre su distribución en el ámbito privado.
En este contexto, la ANMAT emitió un comunicado en el que aseguró que “no hay lugar para quienes pongan en riesgo la salud de la población”, y que el organismo ratifica su compromiso “con una política sanitaria basada en la integridad, la seguridad y el respeto a la ley”.
