“¿Sin él, qué voy a hacer?”, repetía continuamente Patricia Ledesma desde la trágica muerte de su hijo, Ariel Santillán, que le cambió la vida de manera rotunda. Tan grande fue su dolor, que el mismo día que salió la condena por la muerte de su hijo, la mujer se quitó la vida.
La tragedia que derivó en la muerte de la mujer de 48 años comenzó el 13 de junio del 2024, cuando su hijo iba en moto por el Camino del Buen Ayre y un mecánico lo atropelló violentamente.
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El video es impactante: Carlos Andrés Dip chocó al motociclista, que salió volando hacia el carril contrario y fue atropellado por un auto que circulaba por la mano de enfrente. Las pericias indicaron que Ariel murió en cuanto fue embestido por el primer vehículo.
Marisa Almeida, la suegra de la víctima, fue la primera en llegar al lugar. “Yo veía cómo el conductor se caía, se dormía. Y cómo no quería soplar la pipeta. Ni siquiera balbuceaba porque estaba totalmente ebrio. Cuando sopló y vi el número, me agarré la cabeza".
A Carlos Dip, el test de alcoholemia le dio 1.97, lo que hizo aún más clara su culpa por la muerte de Ariel. “No podía hablar: se le caía la mandíbula, había que sostenerlo. Cuando terminaron de medirle (la cantidad de alcohol), apoyó la cabeza contra la ventana del patrullero y se durmió. Le cerraron la puerta por temor a mi reacción", contó Marisa.

El otro conductor, que atropelló a un Ariel ya sin vida, pidió en ese mismo momento hacerse el test de alcoholemia para dejar asentado que no conducía ebrio. “Quiero que me hagan soplar”, repetía una y otra vez, según el relató de Almeida.
“Nunca entendió qué era lo que volaba por el aire, no supo interpretar en esos segundos. Es tan víctima como los familiares de Ariel”, sentenció Marisa. En ese sentido, apuntó directamente contra Carlos Dip: “A Ariel lo mató pura y exclusivamente él. Es el único responsable porque lo mató antes de que tocara el asfalto”.
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En medio de la trágica situación, a Marisa Almeida le tocó la difícil tarea de avisarle tanto a Fiorella —su hija y novia de Ariel— como a Patricia, la mamá de la víctima.
“A Patricia la llamé dos veces pero nunca me atendió. Le terminó avisando alguien, que nunca supimos quién fue. Y a mi hija yo no quería decirle hasta que estuviera con mi mamá“, recordó Marisa. Pero la realidad la superó, debió contare unos minutos después: “(Fiorella) tuvo un ataque de nervios, pero ya estaba con mi mamá y con su hermano mayor".

Minutos después de avisarle a sus más cercanos, Marisa fue protagonista de uno de los grandes conflictos que tuvo la causa judicial.
“Cuando llegué al peaje me crucé al fiscal Marcelo Tavolaro y ahí me dice que a la carátula de la causa le iba a poner homicidio culposo, sin haberse presentado en la escena del crimen. Tomó la determinación solo con ver los videos y sin comprobar el test de alcoholemia“, contó Almeida.
“Dip tomó lo que quiso y el fiscal consideró que lo mató sin querer. Debe haber bebido tres o cuatro botellas. Si Tavolaro se hubiese preocupado, hubiese ido (al lugar) y hubiese determinado un homicidio con dolo eventual".
La condena y un trágico final
A pesar de que la investigación contra Carlos Andrés Dip parecía contundente por la gran cantidad de material fílmico y el resultado del test de alcoholemia, la jueza Graciela Angriman le ofreció a la familia un juicio abreviado.
“Nos dijo que era mejor para que no sufriéramos en el desarrollo del juicio. ¿Cómo vamos a sufrir si le dan menos años de lo que corresponde?“, planteó Marisa Almeida en su momento.
La intención de gran parte de la familia era tratar de cambiar la carátula a homicidio doloso, pero la recomendación del abogado fue otra: “No tenemos balas para esta guerra”, les dijo. y por eso aceptaron el ofrecimiento de la Justicia.

El viernes 25 de abril finalmente llegó la condena para Carlos Andrés Dip. La titular del Juzgado Correccional N°5 de Morón firmó la sentencia a seis años de prisión de cumplimiento efectivo y le impuso una inhabilitación para manejar por 10 años.
“Dip dentro de seis años va a seguir brindando cada año nuevo, cada Día del Padre, de la Madre y del Amigo. Y nosotros ya no tenemos más a quién esperar...”, lamentó Almeida.
La pena es la más alta que establece el Código Penal para un homicidio culposo. Sin embargo, el falló causó una profunda indignación entre los familiares de Ariel.
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Tras el proceso judicial, la familia de la víctima buscó generar conciencia con respecto a la Ley de Alcohol Cero: “Debería ser para todo el país, la tendrían que aplicar todos los magistrados y los funcionarios”.
“Hasta hoy, no hay otro asesino al volante con esa cantidad de alcohol en sangre“, remarcó Marisa sobre el estado en el que estaba Carlos Dip al provocar la muerte de Ariel.

La trágica muerte de Patricia Ledesma
El llamado al celular de Patricia entró al contestador luego de varios tonos. El objetivo de la llamada era notificarla de que había salido la condena contra el asesino de su hijo. Jamás atendió. Poco después la encontraron muerta en su casa.
Esta vez Marisa no llamó: fue ella quien recibió la llamada. “Me dijeron: ‘Se mató Patricia’. Y yo no entendía nada. Me agarró un ataque de llanto, no podía parar de llorar".
Y fue como volver el tiempo atrás, porque nuevamente le tocó la responsabilidad de contarle a su hija: “Fiorella estaba dando clases en la universidad. Le dije que estaba todo bien, porque necesitaba que volviera manejando”, relató.
“Pero a mitad de camino alguien le escribió y le avisó. Tuvo que parar a un costado para entender lo que pasaba y me llamó. Fue igual que lo que había pasado con Ariel”, contó su mamá.
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Las pericias determinaron que Patricia Ledesma se había quitado la vida. La familia sacó una rápida conclusión: se enteró de la condena a través de los medios y tomó la trágica decisión.
“Lamentablemente esa noticia llegó primero a través de los portales, nunca vamos a saber si ella la leyó. Patricia no podía trabajar, entonces pasaba bastante tiempo en Internet -contó Marisa sobre la hipótesis que barajan en la familia-. “Quizás, después de haber leído la noticia, dijo: ´Me voy con mi hijo´. Y si llegó a enterarse, su dolor era tan grande que la llevó a tomar esta decisión. (Desde la muerte de Ariel) ella era la imagen del dolor caminando, de la tristeza. Dip se cargó con todas estas familias y estas muertes".

“Siempre estuvo el fantasma de esta determinación porque solía decir: ‘¿Qué voy a hacer sin él?´“, dijo Almeida, quien detalló que Patricia tenía un solo hijo y que estaba casada desde hacía tres años con una nueva pareja, con quien no tenía hijos en común.
La pareja de Patricia estaba construyendo una casa en la localidad bonaerense de Cañuelas, pero como la veía tan mal, solía traerla a Merlo. Fue por esto que los dos se habían mudado a esa zona diez días antes del fatal desenlace.
Marisa también contó que Patricia hacía terapia desde hacía tiempo, pero advirtió: “Jamás le iban a explicar por qué perdió a su único hijo. En mi interior, ruego que esté abrazada con su hijo si es que hay otra vida, porque el amor de esa mamá era tan grande... Para ella, era desesperante no tenerlo y no poder hacer nada”.
Por último, apuntó a la contención de la Justicia con Patricia Ledesma “Nosotros llegamos a su suicidio por la falta de ayuda a la víctima”.

La segunda muerte causó una profunda herida en la familia Almeida. Fiorella, la hija de Marisa, está con tratamiento psiquiátrico y psicológico luego del accidente de Pablo, pero su situación empeoró tras la muerte de Patricia.
“Con Fiorella, eran una sola persona: Ariel respiraba por Fiorella y ella, por Ariel -dice su mamá-. Ella no se muestra llorando salvo cuando tiene los ataques de pánico”.

La muerte de Patricia los atravesó por completo. “La impotencia nos superó -dice Marisa-. Para nosotros, es la segunda vez que nos pasa de que un borracho al volante asesina a alguien de la familia”.