Cuentan sus familiares y amigas que Teresita Luciana López tenía que hacerle una videollamada a Sergio Patricio Galván aunque no hubiese razones, ni siquiera la excusa de una conversación banal. Era, simplemente, una exigencia de él para controlar los movimientos de su novia: saber si ella no le mentía cuando le decía que estaba trabajando, o que ya había llegado a su casa.
“Le pedía incluso que no hablara. Él solo quería asegurarse que ella estuviese ahí. Observarla, nada más”, cuenta Patricia, hermana de la joven, en el inicio de la conversación con TN.
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Fueron apenas tres meses de noviazgo, tiempo suficiente para que Teresita, de 35 años, se diera cuenta de que aquello no era amor y que ese vínculo no era sano. Fue entonces que decidió dejarlo.
Galván, 31 años y oficial de la Policía de Formosa, no lo soportó. Comenzó a hostigarla por teléfono y se le aparecía sin aviso a Teresita en su trabajo: la joven era secretaria en el Centro de Dermatología y Medicina Estética de la doctora Mariana Barbetti, en pleno centro de la capital provincial. Tenía miedo y le había avisado a su jefa, a sus compañeros y a sus familiares que denunciaría a su ex. “Mañana salgo del trabajo y voy a la comisaría. No se preocupen”, les dijo.
El femicidio
El consultorio solía llenarse de gente desde temprano, pero aquel lunes 18 de septiembre de 2023, a las 9, solo había una paciente en la sala de espera. Hasta en ese detalle reparó Galván para ejecutar el plan que ya había tramado con anterioridad: irrumpir en el trabajo de Teresita y asesinarla.
Según la única testigo, cuando estuvo frente a frente con la víctima el policía dijo una frase propia del manual del femicida: “Sos mía o de nadie”. Luego sacó su arma reglamentaria y volvió a alzar la voz: “Mirá lo que me hacés hacer”.
Mientras Teresita lo miraba aterrada y el tiempo quedaba suspendido en aquel consultorio, el atacante disparó al menos dos veces. La joven recibió un balazo en la cabeza y murió en el acto. La autopsia constató una fractura de cráneo y un paro cardiorrespiratorio traumático como causales de muerte.
“Se mostraba como el novio perfecto, pero era un psicópata”
“Él nunca declaró, así que queremos saber qué va a decir, con qué va a salir. Por más que sea duro para nosotros como familia, queremos escuchar qué tiene para decir. Que cuente por qué asesinó a mi hermana”, pide Patricia en la previa del juicio oral y público que comenzará este martes a las 8.30 en la Cámara N°2 en lo Criminal de Formosa, y se extenderá durante otras tres jornadas: el 8, el 13 y el 15 de mayo. La sentencia se conocerá en junio.
Luego de matar a Teresita, el policía se disparó a sí mismo en la cara. El balazo le voló un par de dientes, pero no le afectó zonas vitales. “No se quiso matar”, aseguró una fuente de la investigación.
Galván estuvo internado un mes en la terapia intensiva del Hospital Central de la capital formoseña. Luego, la Justicia le dictó la prisión preventiva. “Cuando salió, se abstuvo de dar su versión en la indagatoria y desde entonces nunca dio una explicación. Tampoco intentó comunicarse jamás con alguno de nosotros. Ni él ni su mamá, su papá ni sus cinco hermanos", insiste Patricia.
Teresita, que tiempo atrás se había recibido de abogada, conoció al imputado a través de Facebook en diciembre de 2022. En mayo de 2023 empezaron a salir y a fines de julio la joven decidió finalizar la relación.
“Al principio él se mostraba como el novio perfecto: la llevaba en la moto al trabajo, le cocinaba. Hacía todo. Hasta le tendía y le doblaba la ropa interior. Era un psicópata”, define la hermana de la víctima.

Los chats entre el acusado y la víctima horas antes del femicidio: “Me imagino lo que hiciste anoche”
No pasó mucho tiempo hasta que Galván empezó a exhibir sus celos y su afán controlador. Los días anteriores al femicidio, el expolicía hostigaba a Teresita y las apariciones por sorpresa en los lugares frecuentados por la víctima se habían hecho costumbre, según los chats entre ambos a los que TN tuvo acceso en la antesala del juicio.
“No puedo creer lo mentirosa que sos. Ahí pasé por el frente del consultorio y no hay nadie jajaja. ¡Dijiste que hoy trabajabas!“, dice el acusado en uno de los mensajes que le envió a la víctima unos días antes del hecho. Y sigue: ”Por eso me dijiste que no era el momento para vernos jajaja qué mentirosa. Me imagino lo que hiciste anoche y por eso no querías que nos veamos“.
Los mensajes que les envió a sus familiares tras el desplante de Galván dejan ver un temor creciente en Teresita, agendada como “Lucy” -en alusión a Luciana, su segundo nombre- por su hermana. “Necesito que me acompañes a buscar mis cosas a lo de Patricio. Terminamos y no terminamos bien. La verdad es que le tengo un poco de miedo”, dice uno de ellos.
Otro hace referencia a la irrupción del acusado en el trabajo de la víctima. “Me quería buscar así hablábamos y le dije que no. Pasó por mi trabajo para ver si era cierto que yo estaba ahí y, obvio, siguió tratándome de puta”, relataba Teresita dos días antes del femicidio.



“Mi hermana me pidió que la pasara a buscar. Fui y le vi una marca en el hombro. Yo soy policía y le dije que les iba a avisar a mis superiores y a la jefa de la Dirección de Violencia de Género para que intervinieran. Ella me pedía llorando que por favor no lo hiciera, que no quería perjudicarlo a él”, remarca Patricia.
“Tere era una chica muy divertida. Daba gusto trabajar con ella. Pero aquel sábado la vi muy mal, muy angustiada”, recuerda Mariana Barbetti, propietaria del centro de estética, ante la consulta de TN. “Ella me mostró su teléfono y me dijo ‘mire, doc’. No pude terminar de leer las barbaridades que le decía el policía. Eran cosas muy feas. Y ahí me dijo que lo iba a denunciar”, detalla la médica, que el próximo jueves declarará en el juicio.
“Mi consultorio suele estar lleno de gente, pero aquel lunes justo habían cancelado varias personas. Había un paciente que estaba conmigo en el consultorio; en un box estaba otra paciente haciéndose una limpieza facial; y estaba esa otra paciente junto a la recepción. Ella fue la que vio todo”, relata Barbetti.
La médica recuerda que, al principio, pensó que habían entrado a robar. “‘¡Mariana, llamá a la Policía!’, me gritó la cosmiatra. Yo no sabía qué había pasado. Fue un grito desgarrador. Abrí una ventana que tengo en el consultorio y salí por ahí. Fui a la esquina a una óptica y desde ahí llamé al 911. Les dije que habían entrado ladrones al consultorio. Luego supe la verdad”, describe.
“La última conversación que tuve con Tere fue a las 8.58. Le dije que hiciera entrar a uno de los pacientes. A las 9.03 llamé a la Policía. Cinco minutos pasaron apenas. Fijate lo rápido que actuó este tipo”, agregó sobre el momento del hecho.
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Bajo la óptica de Guillermo Caballero, juez penal de instrucción que intervino en el caso, la acusación que llega a debate es "homicidio agravado por la relación de expareja, por perpetrarse contra una mujer por parte de un hombre y mediando violencia de género -femicidio-, y por haberse cometido mediante el empleo de de arma de fuego“.
En su requisitoria de elevación a juicio, la fiscal Silvana Ontiveros desestimó el agravante de que el atacante era policía. Sin embargo, de ser hallado culpable, la única condena posible para Galván es la prisión perpetua.