La vida de Matías se convirtió en un infierno cuando un grupo de vecinos, enfurecidos por los videos de maltrato animal que supuestamente él había publicado en sus redes, se concentró en la puerta de su casa en General Pacheco e intentó prenderla fuego. Sin embargo, se trataba de una mentira.
Durante meses, un joven de 22 años que padece esquizofrenia y tiene antecedentes por ciberdelito, se había dedicado a crear perfiles falsos en redes sociales usando el nombre y las fotos de Matías para difundir contenido violento contra animales.
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Pero la situación se salió de control cuando cientos de personas empezaron a organizarse para agredir a Matías, un joven de 28 años con autismo y síndrome de Asperger, que vive con su mamá, sus dos hermanos y sus abuelos.
La pesadilla de Matías y su familia
La historia de Matías en las redes comenzó durante la pandemia, cuando su psicólogo le sugirió abrir un canal de YouTube como terapia. Pero en 2021, un usuario llamado “CARP NEO” se contactó insistentemente y le robó sus datos personales.
La situación empeoró cuando Matías fue agregado a un grupo de WhatsApp con este usuario y otros, quienes comenzaron a difundir videos de tortura animal bajo su nombre.
Las imágenes, que mostraban escenas impactantes de maltrato, no incluían la cara de Matías, pero los textos aseguraban que él era el autor.
En cuestión de días el contenido se viralizó en Instagram, TikTok y otras plataformas, lo que desató una campaña de odio en su contra hasta que la situación se hizo insostenible.
Según indicó Clarín, el 27 de marzo, Natalia, la madre de Matías, se enteró del escándalo cuando una compañera de trabajo le mostró uno de los videos que circulaban en redes. Desesperada, intentó sin éxito aclarar el malentendido, pero ya era tarde.
Al día siguiente, unas 80 personas se autoconvocaron frente a su casa e intentaron provocar un incendio. No lo consiguieron, pero tampoco cesaron las amenazas, que después del fallido ataque superaron las 700 antes de que la familia de la víctima dejara de llevar la cuenta.
Para entonces, Matías ya no tenía acceso a su celular y vivía abrumado por el nivel de violencia que recibía.
La intervención de la Justicia
La madre de Matías presentó una denuncia junto al abogado Esteban Sparrow, especializado en ciberdelito. La investigación reveló que los videos no se grabaron en la casa de Matías, sino que eran contenidos viejos de Telegram y que las conexiones provenían de San Justo, a más de 40 km de distancia.
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Finalmente, con el correr de las horas y el avance de la causa, el fiscal Alejandro Musso ordenó allanar la casa del acusado en esa localidad bonaerense, donde se encontraron los dispositivos con los que hostigaba a Matías y a defensores de animales.
Luego de ser detenido, el joven fue devuelto a su hogar bajo el cuidado de su padre debido a su condición de salud mental.
