Un jurado popular condenó a prisión perpetua a Néstor Soto por el femicidio de Catalina Gutiérrez en Córdoba, ocurrido en julio del año pasado.
Este miércoles y luego de siete jornadas, el tribunal de la Cámara en lo Correccional y Criminal de 11° Nominación emitió su veredicto en el juicio a Soto, que llegó a esta instancia acusado del delito de “homicidio agravado por alevosía y por violencia de género”.
Leé también: Néstor Soto confesó el crimen de Catalina Gutiérrez y dio detalles sobre cómo la mató: “Se me apagó la tele”
Con la decisión del jurado popular y el Tribunal, Soto pasará al menos 35 años en la cárcel. La sentencia es la que había pedido el fiscal Marcelo Sicardi en su alegato final.

“Mirame, Néstor: mi hija está en un cajón por culpa tuya”
Tras el alegato de Marcelo Sicardi, fiscal de juicio, Eleonora Vollenweider, mamá de la víctima le habló directamente a Soto en uno de los momentos de mayor tensión del debate. Entre lágrimas, le pidió que lo mirara a la cara, pero el acusado no lo hizo. “Mirame, Néstor: mi hija está en un cajón por culpa tuya”, le dijo.
Entre lágrimas, la mujer recordó a Catalina (tenía 21 años cuando fue asesinada) y habló cómo se dedicó a criarla tanto a ella como a su hermana. “Estaba tan preocupada de que sean chicas sanas, comprometidas, que nunca les enseñé a cuidarse de un amigo. No sé si es culpa mía”, dijo.
“Yo no quise esta vida, es durísimo estar acá. Éramos una familia de 4 y nos obligaste a ser de 3″, le dijo a Soto, que seguía con la vista clavada en el suelo. “Me gustaría que me miraras, Néstor. Lamento tanto el día que Catalina te conoció”, se desahogó la mamá.
El alegato del fiscal: “Soto es un lobo disfrazado de cordero”
En su alegato final, el fiscal del juicio pidió que Néstor Soto (22), único acusado, sea condenado a prisión perpetua.
Marcelo Sicardi se dirigió a los jueces del Tribunal II y aseguró que el autor confeso del hecho “es un lobo con piel de cordero”.
Durante su exposición, el representante del Ministerio Público sostuvo la figura del femicidio criminis causae, aquel que se comete para tapar otro delito. Para ello, citó una serie de anotaciones en el bloc de notas de su celular en las que Soto se respondía a sí mismo y manifestaba una obsesión por la joven asesinada.
“No caben dudas de que Néstor sentía algo más por Catalina. Estaba enamorado”, remarcó para sostener el contexto de violencia de género en el que el acusado atacó a la víctima.
Sicardi aseguró que Soto, a pesar de haber confesado el crimen, “se cansó de mentir en su declaración” con el fin de lograr una reducción en la condena. “Haberlo hecho como él dice (en referencia a la confesión del acusado) es homicidio simple, cuya pena va de 8 a 10 años, pero si lo hizo como yo sostengo (con agravantes de violencia de género y criminis causae) es homicidio a prisión perpetua”, apuntó.

“Si bien contó cómo la mató, es mentira. Es mentira pero no porque yo creo que lo es”, insistió el funcionario, y se detuvo en diferentes fragmentos de la declaración de Soto que no coinciden con la prueba.
Leé también: Indignante foto: el acusado por el femicidio de Catalina Gutiérrez sonrió frente a los papás de la joven
“Dijo que Catalina entró sola porque él estaba tardando. No lo muestran las cámaras ni lo dijo él antes en su declaración”, mencionó Sicardi, y avanzó sobre la mecánica del hecho. “Es absolutamente incompatible la forma que él describe y la muerte de Catalina. Dice que la agarra por acá e hicieron la representación, pero cuando se lo interroga dice que no estaba atrás, que estaba de costado. Y después muestra que estaba de frente”, detalló.
Y continuó: “Además es incompatible porque las médicas forenses dicen que no puede haber sido asesinada con la mataleón (la maniobra de jiu jitsu brasileño descripta por el acusado) porque tenía una lesión del cuello de 2,5 de ancho. La forma en la que estaba colocada no había ninguna duda de que se utilizó un lazo”.

En otra parte del alegato, el fiscal precisó: “(Soto) Dijo que le ató las manos con cinta para trasladarla pero no funcionó. Es incompatible porque la pericia dice que Catalina estuvo atada antes de muerta”.
Sobre la declaración del acusado en el juicio, dijo: “No se le apagó el tele, como él dice. Estaba bien prendido para poder fingir con todos mientras buscaban a Catalina. Lo único que quería era zafar de la situación”.
“La declaración fue un manojo de mentiras, manotazos de ahogado para escapar de la perpetua”, sentenció Sicardi sobre la declaración del acusado, y habló sobre el momento en que el acusado habría asesinado a la joven: “Le dio un golpe tan fuerte que la desmayó. Es allí que Aguilar Soto hace un click en la cabeza y empieza la motivación homicida. Catalina, desmayada, es inmovilizada con cinta adhesiva en sus manos. Digo desmayada porque la propia resistencia hubiera impedido que le pudiera atar las manos. Y luego, la estrangula con un lazo”.
Leé también: Con la declaración de peritos y amigos, se reanudó el juicio por el femicidio de Catalina Gutiérrez en Córdoba
Y agregó: “Refuerza la hipótesis del desmayo que previo a la ataduras y el estrangulamiento no hay ningún rasgo de defensa física de Catalina. La autopsia muestra que las ataduras fueron en vida y posteriormente vino el estrangulamiento”.
Sicardi insistió en que Soto “de algo estaba arrepentido y era de que su plan no funcionó más que de haber causado una muerte”.
“Mató con violencia de género y para ocultar las lesiones que previamente le había propiciado a Catalina”, concluyó Soto. En función de ello, lo acusó de “lesiones leves calificadas por mediar violencia de género en concurso real con homicidio criminis causae, en concurso ideal con femicidio”.
Así fue el femicidio de Catalina Gutiérrez
La joven de 21 años vivía con su familia en el barrio Inaudi de la ciudad de Córdoba. El jueves 17 de julio de 2024 por la noche, cerca de las 21, salió de su casa y poco después dejó de contestar los mensajes en su teléfono celular.
Los investigadores creen que alrededor de las 21:30 llegó al departamento de su amigo Soto en la calle Podestá Costa para buscarlo en el Renault Clio e ir a la juntada con sus amigos de la facultad de Arquitectura en el shopping Patio Olmos.
En la casa del acusado se habría producido una pelea entre ambos y un posterior forcejeo. En ese momento se cree que estranguló a la joven.

Cerca de las 22:20, un video al que accedió el portal El Doce registró el paso del Clio por avenida Valparaíso, en el cruce con la calle José Guardado. Para los investigadores, ese fue el instante en que el asesino la llevaba inconsciente o posiblemente muerta.
Soto abandonó el auto en la calle Pedro Echagüe del barrio Ampliación Kennedy, donde intentó prenderlo fuego para eliminar todo tipo de evidencia. Durante la madrugada, familiares y amigos de Catalina fueron a ese lugar gracias al rastreo del celular y la encontraron muerta en el asiento trasero.
Leé también: El drama del padre de Catalina Gutiérrez antes del comienzo del juicio por el crimen de su hija
“Cuando llegamos, él -por Soto- le dio un abrazo a mi mujer como diciendo ‘¿quien le hizo esto a Catalina?’”, recordó el papá de la víctima. También aseguró que su esposa empezó a sospechar del joven desde ese momento.
Dos semanas después del femicidio, el acusado confesó ante el fiscal José Mana: “Yo la maté”.