Dos episodios de extrema violencia se vivieron este lunes por la tarde en Rosario, dejando como resultado un muerto y dos heridos. Aun así, las primeras pericias descartaron que ambas balaceras estuvieran vinculadas.
El primer ataque ocurrió en la zona sur de la ciudad, en el barrio Saladillo, donde dos hombres fueron baleados en un lavadero de autos. Según testigos, el agresor llegó caminando y, sin mediar palabra, disparó entre ocho y diez veces a quemarropa contra un trabajador del lugar. Tras la ráfaga de disparos, el atacante se alejó caminando hasta perderse en la calle.
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Uno de los heridos, el empleado del lavadero, fue trasladado de urgencia por vecinos en un auto particular y permanece en estado reservado, informó Rosario3. La otra víctima es un joven que estaba sentado en la vereda junto a su perro y quedó en medio de la línea de fuego.
“Le disparaba al del lavadero, pero Javier estaba sentado y las balas le llegaron a él también. Estaba consciente, muy herido, pero creo que las balas eran superficiales”, contó una vecina. Durante el ataque, el perro de la víctima escapó asustado y fue atropellado por un auto.
Minutos después, otra balacera tuvo lugar en la zona oeste de Rosario. Cerca de las 20, un hombre de 47 años recibió disparos en el pecho y el cuello en la intersección de las calles Amanda Campodónico y Carlos Uriarte. Testigos señalaron que los agresores iban en moto y abrieron fuego contra la víctima antes de fugarse.
El hombre fue trasladado de urgencia al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca), donde minutos después de las 22 se confirmó su muerte. En el lugar del ataque, la Policía encontró al menos cinco vainas servidas y desplegó un operativo para dar con los responsables.
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En el barrio Saladillo, familias que estaban haciendo las compras en los comercios cercanos vivieron momentos de pánico y tuvieron que tirarse al suelo para protegerse de los disparos. “Fue un infierno, no sabíamos de dónde venían los tiros y nos tiramos al piso”, contó una testigo.
Las investigaciones continúan para esclarecer los móviles de los ataques y dar con los autores materiales de los crímenes. La Policía y el Ministerio Público de la Acusación analizan las cámaras de seguridad y las declaraciones de testigos en ambos puntos de la ciudad.
