Un apellido conocido en el barrio, de una familia acomodada y sin necesidades. Pero para Lisandro Masqueroni Menta, todo eso no era suficiente. No quería la comodidad, sino la adrenalina de los robos, la velocidad de las persecuciones, la tensión del gatillo. Mientras otros jóvenes de su entorno disfrutaban de la vida sin preocupaciones, él organizaba asaltos y se movía como pez en el agua en el submundo del hampa en el conurbano bonaerense.
Su buen pasar económico lo ayudaba a tener una doble vida. Pero todo eso terminó en la noche del jueves 16 de enero, cuando la Policía lo atrapó en un operativo en Moreno. No hubo tiros ni corridas. El líder de la temida “Banda de Villa Anita”, acusado de organizar al menos 300 robos y de asesinar a un joven en 2023, cayó sin oponer resistencia, cuando volvía de unas vacaciones en Villa Gesell.
La “Banda de Villa Anita”: un homicidio, más de 300 robos y un historial delictivo
El 12 de marzo de 2023 marcó el principio del fin de Masqueroni. Ese domingo, en una fiesta en el barrio “Moreno 2000″, el alcohol y la droga desataron peleas entre bandas rivales. La tensión escaló: de los golpes pasaron a las armas y el enfrentamiento terminó en un tiroteo sobre la calle Reservistas Argentinos, casi Güemes. Lucas Benítez, de 23 años, cayó con varios disparos en el cuerpo. Murió minutos antes de la medianoche en el hospital de Moreno.
Los testigos señalaron a Masqueroni Menta, de 20 años, como el tirador. Manejando una de las camionetas que usaba la banda, habría disparado y escapado sin mirar atrás. Desde ese momento la Justicia lo tuvo en la mira y dictó un pedido de captura por homicidio agravado. Pero él, lejos de ocultarse, siguió delinquiendo, como lo venía haciendo desde hace tiempo.
![El "Nene bien" integraba una banda de menores que cometía robos en el conurbano bonaerense. Quedó captado por las cámaras en dos asaltos. (Foto: Semanario actualidad)](https://tn.com.ar/resizer/v2/el-nene-bien-integraba-una-banda-de-menores-que-cometia-robos-en-el-conurbano-bonaerense-quedo-captado-por-las-camaras-en-dos-asaltos-foto-semanario-actualidad-7J6X3GGHWJGDDOXL6JP6QNMP2Y.jpg?auth=d5a60ce429800ae9819689c4443e68a8f4412ec33d9cc24e580cd3e820d4061e&width=767)
El grupo de menores que lideraba Masqueroni Menta operaba con un nivel de violencia inusual. Entre 2020 y 2023 se les atribuyen más de 300 robos en Moreno, General Rodríguez, Merlo, San Miguel y José C. Paz, casi toda la zona oeste del conurbano bonaerense, donde los asaltos son cada vez más frecuentes.
Su especialidad eran los autos de alta gama. Los robaban a punta de pistola, los usaban para nuevos asaltos, y luego los descartaban. En algunos casos, los vendían o los llevaban a desarmaderos. Pero el dinero nunca fue el verdadero motor de Masqueroni Menta.
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Quienes lo conocen aseguran que lo hacía “por placer” y por la adrenalina. La policía lo sabe porque durante meses intervinieron sus llamadas y escucharon de su propia boca cómo relataba sus “hazañas” con orgullo. “No necesito la plata, me gusta la sensación de tener un arma en la mano y que el otro haga lo que yo quiero”, dijo en una de las conversaciones captadas por los investigadores.
Había sido detenido en otras oportunidades, pero siempre la Justicia lo liberó por ser menor. Sin embargo, el homicidio de Lucas Benítez lo puso en otra posición. El fiscal Sebastián Dileo, de la UFI Nº 6 de Responsabilidad Penal Juvenil, ordenó su detención y ya todo el barrio sabía que lo estaban buscando. La presión policial lo obligó a moverse con mayor cautela, pero los errores del grupo de delincuentes se multiplicaron y la banda comenzó a tambalear.
Seis días después del crimen de Benítez, la Policía persiguió un auto robado en Moreno Sur. Como la calle estaba en obra, los delincuentes perdieron el control y chocaron contra un poste. Mateo González, de 16 años, murió en el acto de un disparo en la cabeza. Los oficiales atraparon a dos cómplices, pero el conductor -Masqueroni- logró escapar.
En abril del 2023, un nuevo episodio marcó la espiral de violencia: la banda intentó asaltar a una pareja en un Peugeot 208 sin saber que eran policías de la Ciudad. El enfrentamiento terminó con un tiroteo feroz. Los delincuentes huyeron en una camioneta Amarok y un VW Bora, pero dejaron atrás un herido grave. Tomas Cuestas, de 17 años, murió al día siguiente en el hospital Mariano y Luciano de la Vega.
Los allanamientos no tardaron en llegar. En mayo, la Policía detuvo a seis jóvenes y secuestró armas y un chaleco antibalas de la PSA. La banda empezaba a desmoronarse, pero el cerebro de todo, el “Nene Bien” de Moreno, seguía libre.
La vida de un prófugo con dinero
A diferencia de la mayoría de los delincuentes que terminan cayendo por falta de recursos, Masqueroni Menta tuvo el respaldo económico de su familia. Mientras sus cómplices caían uno a uno, él se refugiaba en una localidad balnearia bonaerense. Allí, vivía sin sobresaltos durante la semana. Solo los fines de semana volvía a Moreno. Su objetivo no era ver a su familia ni reencontrarse con viejos amigos: volvía a robar.
Esa rutina fue su perdición. Los investigadores de Crimen Organizado de la bonaerense siguieron sus movimientos, lo vigilaron mediante escuchas telefónicas y lo ubicaron en una casa sobre la calle Mármol, en el barrio El Parque. Los análisis de sus charlas con sus conocidos confirmaron que planeaba otro golpe. Pero la Policía ya estaba un paso adelante.
El jueves 16 de enero, el joven de 20 años fue arrestado sin resistencia. Al día siguiente, en su primera declaración ante la Justicia, Masqueroni Menta optó por el silencio. No quiso hablar ni defenderse. La UFI Nº 6 de Responsabilidad Penal Juvenil ya solicitó su prisión preventiva y en las próximas semanas el caso será elevado a juicio.