El sábado 3 de septiembre de 2022 Pablo D’Elía vivió una escena de terror. Unas horas antes había estado intercambiando chats a través de una aplicación de citas con un joven y esa noche iban a encontrarse, pero cuando finalmente se vieron, todo terminó de la peor manera. La persona en cuestión llegó con un cómplice y, en medio de la noche, ambos intentaron drogarlo, ahorcarlo y robarle.
Su caso fue noticia en todos los medios y eso permitió que se descubriera que el agresor solía actuar de esa forma. Muchas víctimas aparecieron y, según denunciaron, Leandro Omar Reynoso, el acusado, los contactaba a todos a través de Grindr con un perfil simpático y luego los drogaba, los torturaba y desvalijaba. Pero no era todo, también, antes de irse, se llevaba “souvenirs” de las casas de las víctimas.
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Entonces, los denunciantes se unieron para poder atrapar al agresor. Luego de una larga lucha, en diciembre de 2022 la Justicia detuvo a Reynoso en la provincia de La Rioja, a dónde se había mudado e incluso estaba atacando otra vez.
Luego de una larga batalla judicial, hace apenas unos días el juez Javier Esteban de la Fuente, del TOC 27, aceptó un juicio abreviado y condenó a Leandro Reynoso a 12 años y 3 meses de prisión. Además, a su cómplice, Enzo Bustamante, lo sentenció a 2 años de prisión en suspenso. Ambos fueron encontrados culpables de atacar y robar en sus domicilios de CABA a cinco hombres en distintos meses de 2022. La Justicia consideró como agravante las lesiones “agravadas por odio a la identidad sexual” que cometieron ambos.
“No sé a cuántos les robe ya”
Según consta en el fallo al que accedió TN, los atacantes seleccionaban a sus víctimas a través de la aplicación de citas Grindr. Siempre lo hacían en base a su orientación sexual y luego ubicaban las direcciones de las víctimas para intimidarlas. En uno de los audios que incrimina al principal acusado, y que fue una prueba clave para la condena, reconoce los hechos: “No sé a cuántos put... robe ya. Jaja. Más de 30″.
Para la Justicia fueron cinco los casos que se pudieron comprobar y por los que se dictó condena en una investigación donde la fiscalía trabajó con UFEM, UFECRI, SIPE y DATIP -órganos especializados del Ministerio Pública Fiscal-. Pese a ello, creen que 30 hombres fueron atacados por Reynoso bajo la misma modalidad.
“Se acreditó que en el período comprendido entre los meses de mayo y septiembre de 2022, Leandro Omar Reynoso ejecutó una serie de acciones con características similares entre sí. Puntualmente, contactó a través de la red social ‘Grindr’ a varones homosexuales con residencia en la Ciudad de Buenos Aires y concretó citas en los domicilios de las víctimas”, consideró el juez.
Sobre ello, agregó: “A su arribo se ofrecía a preparar una bebida alcohólica, aprovechando un momento de distracción para colocar algún tipo de sustancia con efectos somníferos (como, por ejemplo, Benzodiacepina) en forma subrepticia. Las víctimas solo necesitaron beber un vaso para perder el conocimiento, incluso -en algunos casos- el efecto y la sensación de mareo duró hasta dos días. Además, algunas víctimas fueron agredidas mediante ahorcamiento a mano, golpes, cortes, puñaladas o amenazadas con armas. Luego, sustrajo bienes de valor patrimonial y afectivo de las víctimas que se encontraban en sus domicilios. También en algunos casos defraudó a los damnificados, ya sea transfiriéndose las sumas de dinero que tuviesen bancarizadas o en el sistema financiero, o solicitando préstamos a nombre de ellos y una vez acreditados retirando los montos hacia su billetera electrónica o cuenta bancaria. En algunos casos, para llevar a cabo el robo de los bienes, por la cantidad y volumen de estos, posiblemente contó con la colaboración de otras personas.”
“La agresión física no tiene ninguna otra explicación en el caso, puesto que no era necesaria para concretar la sustracción, debido al estado en que se encontraba la víctima”, explicó el magistrado y consideró estas lesiones “agravadas por odio a la identidad sexual de la víctima”, como un hecho delictivo en sí mismo, independiente del robo y defraudación.
La denuncia que destapó los hechos
El testimonio de Pablo D’Elía, referente cultural de la comunidad LGBTIQ+, fue clave para el avance de la causa. Para septiembre de 2022, él había recolectado al menos 14 denuncias radicadas en distintas fiscalías de la Ciudad. En aquel momento, Reynoso actuaba solo y también con distintos cómplices. Utilizaba un perfil con sus propias fotos, el cual mantuvo activo hasta incluso después de que el caso se hiciera mediático.
Una de las víctimas había presentado una denuncia en la fiscalía 38 de la Ciudad de Buenos Aires el 15 de julio de ese año luego de que durante tres días el agresor lo mantuviera secuestrado. En ese tiempo lo drogó y apuñaló en distintas partes del cuerpo. “Se pasó plata de la cuenta de la víctima a su propia cuenta, con su nombre, apellido y DNI, entonces cuando lo detienen en mi causa, la fiscalía 38 ya tenía la información, pero lo que pasa es que conmigo se sorteó en otro juzgado y no unían las causas”, había precisado Pablo a TN.
A partir de ahí los casos se fueron destapando. “Me escribieron personas de Estados Unidos, de México y de Brasil para contarme que cuando estuvieron acá de viaje se contactaron con esta persona. Uno de ellos, por suerte, cuando le insistieron de tomar la bebida, se dio cuenta y les dijo que tomaba vino. Entonces les pidió bajar para ir a comprar y cuando ya estaban en la calle los echó”, precisó.
D’Elia realizó la denuncia en la Comisaría Primera y se encontró con que el día anterior un joven había denunciado al mismo agresor. “A él lo drogaron, lo golpearon, lo desvalijaron y estuvo internado en un sanatorio durante tres días. Fue a denunciar sin saber la identidad, porque la mayoría de los denunciantes no tiene la identidad del agresor, porque los bloqueaba y seguía buscando otras víctimas, entonces cuando yo decido hacerlo mediático para que se vean las caras de estas personas, ellos empezaron a reconocerlo y me contactaron”, señaló.
“Lo peligroso era el accionar: los desvalijaba, los golpeaba cuando estaban drogados y también se llevaba, por ejemplo; la foto de la madre muerta de uno, un cuadrito que le regaló la sobrina de 7 años dibujado con acuarela de otro. Un comportamiento psicopático grave”, expresó Pablo.
“A un chico lo despertaba cada tanto, le ponía un cuchillo en el cuello y le pedía cosas. Al que más le contó cosas de su vida personal es al que más torturó”, sentenció. “Con otros denunciantes se vieron más de una vez, en un lugar público, una plaza, y parecía una persona normal”, dijo el joven.
Perspectiva de género y revictimización
Durante la lucha para llevar a juicio al acusado, Pablo fue estigmatizado por el juzgado interviniente. Tras su denuncia detuvieron a los agresores, pero cuando le tomaron declaración le preguntaron en distintas ocasiones si las lesiones que presentaba eran por un “juego sexual”. Sumado a ello, los acusados habían declarado que se habían “defendido de un ataque sexual por parte de Pablo” y gracias a eso fueron liberados.
Sin embargo, la víctima hizo pública la denuncia en sus redes junto con las fotos con las que atacaban a través de Grindr, situación que fue clave para conectarse con otras víctimas.
Desde ese año, los hombres que sufrieron agresiones por parte de Reynoso y Bustamante se organizaron para que el reclamo de justicia se incorporara en diferentes protestas, marchas y manifestaciones, pidiendo que se reconozcan los ataques como parte de un patrón serial basado en discriminación por orientación sexual.
Reynoso siguió atacando, y recién fue detenido en diciembre de 2022 en La Rioja cuando huía junto a una cómplice tras atacar a un hombre que lo había conocido en Grindr hacía pocos días. La víctima en esa provincia se contactó con D’Elía, lo que permitió, finalmente, vincular a Reynoso con las causas en trámite en CABA y pedir nuevamente su detención por estos hechos.
Desde un inicio, Pablo D’Elía junto a S.R. -otra víctima- se constituyeron en la causa como querellantes, patrocinados por la abogada Luciana Sánchez, y solicitaron al juez y al Ministerio Público que la Dirección de Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP) de la Procuración General de la Nación, analice el contenido de los teléfonos secuestrados que usaban Reynoso y Bustamante cuando atacaron a Pablo D’Elía.
La medida, que recién se concretó un año después de los hechos a fines de 2023, arrojó como resultado el análisis de una serie de audios y videos que permitieron desbaratar la defensa de Reynoso y Bustamante, y resultaron determinantes para la condena.
Como ejemplo el juez destacó la forma en la que Reynoso se refería en esos audios telefónicos a sus víctimas: “Empiezo a darle, a mensajear de nuevo, con los put..., quien se regala que necesito plata, así que capaz caigo a la noche”. ”No sé a cuántos putos robé ya / jaja / Más de 30″, fueron algunos de sus comentarios.
A su vez, la UFEM en su informe destacó también que los hombres testificaron que Reynoso había dañado su propiedad y vandalizado sus domicilios, enfocándose en destruir -no únicamente en sustraer- objetos que podían tener un valor económico, pero asimismo otros que de algún modo exponían su orientación homosexual en la escena: determinada medicación, objetos, símbolos, preservativos.
Este fallo, para los denunciantes, permite ver que la participación de las víctimas, su tratamiento respetuoso y el respeto de su privacidad en el proceso penal, logra investigaciones diligentes, con un enfoque diferenciado de género, que visibilicen la violencia por prejuicio hacia la orientación sexual, identidad de género y su expresión.