Un nuevo sospechoso en la investigación por el crimen de Nora Dalmasso volvió a movilizar a todos, tal como sucedió hace 18 años. Tras cotejar más de 150 pruebas genéticas, el fiscal Pablo Javega reveló este lunes la identidad del ADN que fue encontrado en el cinto de la bata que se utilizó para asesinar a la víctima.
Se trata de Roberto Bárzola, un hombre que se dedicaba a pulir los pisos de madera de la casa de Dalmasso. La fiscalía confirmó que Bárzola, quien había declarado anteriormente como testigo, estuvo en la casa durante la semana en la que asesinaron a Nora y que ahora fue imputado por abuso sexual seguido de muerte. Sin embargo, se mantendrá en libertad.
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Tras la absolución del viudo Marcelo Macarrón en 2022, el caso se había quedado sin sospechosos, pero la investigación seguía abierta con el foco puesto en el cinto de la toalla con la que fue estrangulada Nora. En ese elemento encontraron rastros genéticos que no pertenecían ni a ella ni a su esposo y la fiscalía solicitó que se inicie una investigación por la verdad para que finalmente se dé con el culpable.
Después de haber comparar los estudios de ADN de todas las personas que formaban parte del entorno social de la víctima, de Macarrón y de sus hijos, amigos, vínculos de cercanía y vecinos, se obtuvo un avance significativo con la pista de la bata en la nueva investigación. En ese contexto, TN hizo un repaso por el camino que transitó la Justicia hasta llegar a dar con Bárzola 18 años después del crimen.
Del “perejil” al sicario: todas hipótesis investigadas por el crimen de Nora Dalmasso
Desde aquel 26 de noviembre del 2006, día en el que hallaron sin vida a Nora, se barajaron múltiples líneas de investigación. En principio se pensó que podía haber sido un intento de robo, pero eso fue descartado y surgieron varias hipótesis que hasta llevaron de inculpar a su propio hijo, Facundo Macarrón.
- Primera hipótesis: muerte en manos de un amante. Cuando los investigadores empezaron a entrevistar al círculo íntimo de Nora, uno de los datos que surgió tenía que ver con cómo vivía su sexualidad. “Era la referente sexual de todas”, dijo una de sus amigas durante el juicio. A partir de allí, una danza de nombres comenzaron a fluir: Miguel “El Francés” Rohrer, Rafael Magnasco y Guillermo Albarracín, entre otros. En el caso de Rohrer, ni la fiscalía ni las fuerzas policiales pudieron acreditar el vínculo, pese a que Facundo y Valentina -hijos de la víctima- insistieron con esa relación. Albarracín era el contador de la familia y esposo de una de las mujeres que integraba junto a Nora el grupo de “Las congresistas” y fue el único que admitió haber tenido un romance con Dalmasso, además de haber sido el destinatario del último mensaje que envió la mujer antes de ser asesinada. Sin embargo, se constató que el hombre permanecía en Punta del Este en el torneo de golf. La situación del abogado Magnasco fue distinta, ya que fue imputado por el crimen. “La prueba recolectada permite concluir que fue un chisme, un rumor”, aseguró el fiscal Julio Rivero durante el alegato final. Por su parte, Magnasco manifestó: “Sigo sosteniendo que esto fue armado para tapar algo”. Finalmente, se declaró la nulidad sobre lo actuado en contra del letrado.
- Segunda hipótesis: después el señalado fue Facundo Macarrón, el hijo mayor del matrimonio que tenía con Marcelo Macarrón. Basado en un prejuicio, el fiscal Javier Di Santo lo acusó por su orientación sexual bajo la creencia de que tenía una “perversión en el vínculo madre-hijo”. “Me acusaron por ser gay. Me destruyeron la juventud ante semejante acusación”, había expresado el joven en su momento. No fue detenido por falta de pruebas, pero estuvo imputado por cinco años hasta que el juez de Control de Río Cuarto, Daniel Muñoz, lo sobreseyó en 2012.
- Tercera hipótesis: ante la presión constante por dar con el asesino, se comenzó a buscar al culpable entre los empleados de la casa y fue entonces que se imputó por “abuso sexual con acceso carnal, hurto calificado y homicidio calificado” a Gastón Zárate, uno de los pintores que había trabajado en la vivienda de Dalmasso. “Me armaron la causa para que me metan preso”, declaró frente al jurado popular. En aquel momento, su detención provocó el repudio de la sociedad, que salió a las calles a reclamar por su libertad bajo lo que se llamó “el perejilazo”. Tras el negativo de los análisis realizados por el FBI, Zárate fue liberado y sobreseído.
- Cuarta hipótesis: como no había un culpable claro, se comenzó a trabajar nuevamente sobre el vínculo entre Nora y Marcelo Macarrón, su esposo. De acuerdo a los testimonios recolectados por los investigadores, el matrimonio no era lo que parecía y ella venía pensando hacía tiempo en el divorcio. “Estoy cansada, este hijo de pu** me tiene cansada. Lo que va a lograr es que me separe”, contó Francisca Andrada, empleada de la mamá de Dalmasso, que Nora le había dicho. Es por eso que el fiscal Daniel Miralles lo imputó como autor material de la muerte de su esposa al decir que esa madrugada él llegó de Punta del Este, la mató y luego volvió, pese a que contaba con una coartada precisa y comprobable, ya que estaba junto a otros golfistas en el país vecino. Miralles fue apartado de la causa y el fiscal Pizarro rechazó la hipótesis porque se logró acreditar que el médico traumatólogo estuvo ese fin de semana junto a Albarracín, Magnasco y otros hombres.
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- Quinta hipótesis: aunque descartó que Macarrón haya sido el autor material del crimen, el fiscal Pizarro lo acusó de haber participado en el homicidio de Nora “en acuerdo delictivo con otras personas”, lo que lo lleva a ser “cómplice primario o partícipe necesario por cooperación de un homicidio calificado por el vínculo”. Según dice el expediente al que tuvo acceso TN: “El autor planificó un mes antes aproximadamente la muerte de su esposa en las siguientes circunstancias temporo espacial: a) la elección de la fecha para llevar a cabo el plan homicida, coincidente con el viaje, lo que despejaría cualquier duda sobre su persona; b) la certeza de la ausencia de los hijos y que su esposa se encontraría sola ese fin de semana, lo que aseguraría el éxito del plan homicida; c) la noticia del hallazgo del cuerpo sin vida e iniciado la investigación. El accionar homicida descripto [...] y el intento de hacer fracasar y/o desviar el curso de la investigación desde el inicio de la misma solo pudo verse plasmado a partir del esencial aporte de Marcelo Macarrón”. Pero esta línea no marca un dato fundamental: antes de ser asesinada, Nora mantuvo relaciones sexuales consentidas, con lo cual, eso derrumba la idea del plan criminal.
- Sexta hipótesis: para la fiscalía, Macarrón era el blanco fácil y se reformuló su imputación finalmente como “autor intelectual del homicidio calificado por precio o promesa remuneratoria”, es decir, que mandó a un sicario a matar a su esposa. La lógica indicaba que era imposible que lo acusaran teniendo la excusa de haber participado del torneo de golf. Sin embargo, el fiscal creyó que el móvil económico -por las discusiones del divorcio- lo habían llevado a tomar la decisión de contratar a alguien para “terminar con el problema”. Por varios meses se juzgó al médico, pero no se logró comprobar quién había sido el autor material ni tampoco se probó el supuesto pacto y fue absuelto en 2022. Durante su alegato, el fiscal Julio Rivero explicó: “El sicario, generalmente, mata con un arma de fuego, de manera audaz, fría y por plata. Sin odio, sin pasión y sin motivo sospechado por la víctima. El mandante, autor moral, puede tener sus motivos, pero el que ejecuta el hecho mata a una persona que ni siquiera conoce y que quizás no haya visto en su vida. El asesinato de Nora Dalmasso no fue un homicidio por precio, sino que se trata de un homicidio por conflicto entre el agresor y Nora”. Su argumento no solo se basa en la falta de pruebas contra Macarrón, sino también toma como referencia la autopsia psicológica para graficar el vínculo entre el asesino y la víctima. Así, la causa quedó sin condenados.
- Séptima hipótesis: esta es la nueva pista que sigue el fiscal Pablo Javega, después de 18 años del crimen, en el juicio por la verdad histórica. Roberto Bárzola declaró como testigo en la anterior causa que investigó el crimen de Nora Dalmasso y confirmó que estuvo en la casa el 25 de noviembre. En aquel momento aseguró que no entró al lugar y que esperó a Walter González, su patrón, quien finalmente no fue. “Los días que estuve trabajando, estábamos en un lugar que no teníamos contacto con otros trabajadores, ni con Nora, porque la vi una sola vez. No puedo decir nada de la relación de ellos porque nunca vi nada”, explayó luego de declarar en aquel momento. Después de 18 años y en un contexto totalmente distinto, el resultado de las pruebas que hizo la fiscalía dio positivo con su ADN y se lo imputó. Bárzola prefirió reservarse el descargo y abstenerse a declarar. De todas formas, el fiscal aclaró: “La posibilidad de que sea condenado está en tanto y en cuanto subsista la acción. Estamos trabajando con una actitud muy perseverante, aun con el alto porcentaje de posibilidades de proscripción. El escenario ideal sería tener una acción en la que el acusado pueda ir preso”.