Un trazo más marcado que el otro, una simple línea, un garabato o un dibujo inocente, pueden parecer insignificantes para cualquier persona. Sin embargo, todo eso puede ayudar a descifrar casos de violencia o abuso sexual contra menores. TN habló con María Delia Bielmeier, grafóloga forense y docente universitaria, que analiza conductas, estados emocionales y distintos indicios en posibles víctimas, y también de victimarios.
“Hace muchos años me dedico a la grafología. Lo que hago es una pasión, además de una profesión. Yo creo que es una ciencia que está al servicio de la comunidad, porque podemos detectar una patología grave que puede dañar la mente de una persona. Estaríamos tempranamente advirtiendo sobre una personalidad o un perfil de este tipo, porque se estudia el perfil de lo más íntimo de uno”, expresó. “Cada persona es única y manifiesta de distintas maneras”, agregó.
Según la experta, “todo lo que aparece en un escrito, como tachaduras, suciedades, entintamiento”, son un clave indicio de una persona corrompida. “Demasiada tinta afuera es demasiado amontonamiento de sangre en el cerebro, que es el órgano que conduce nuestra escritura”, afirmó. También remarcó que los peritos observan la presión que ejerce la persona o niño cuando está escribiendo y la tensión que se mantiene en la escritura.
Cuando se está investigando un caso de violencia o abuso de menores, la Cámara Gesell es clave. A los nenes les hacen muchas preguntas y, cuando no saben hablar, los hacen dibujar. Así, detectan patologías y patrones de conducta. Para eso, existe una regla general en esta ciencia, que estudia los distintos espacios de una hoja o un lienzo.
“Por ejemplo, si trazáramos la mitad de la hoja hacia la derecha, todo lo que está allí representa el futuro, corresponde al contacto con los demás, los proyectos, todo lo que está por venir. A la izquierda tenemos el pasado. Si trazamos una línea horizontal, hacia arriba tenemos a las ideas y las emociones; en cambio, abajo tenemos todo lo que no manejamos con el cuerpo”, detalló.
También, contó Belmeier, se analizan las cartas o textos que los menores escriben durante sus actividades en el colegio o en ámbitos familiares. “Yo trabajo en el Instituto Superior Emerson, el lugar oficial de la grafología en Argentina. Resulta que allí estudiamos no solamente los escritos y trazados, sino los espacios entre letras, entre palabras, los espacios de los márgenes, que surgen del inconsciente”, explicó.
Qué es la grafología y cuáles son las señales que detectan los expertos en los dibujos
La grafología forense es la especialización dentro de la grafología en general que comprende el análisis de características de valor criminológico, cuto fin es el esclarecimiento de posibles delitos. Es considerada una valiosa auxiliar de la Justicia.
El estudio pericial grafológico permite determinar la personalidad y las tendencias negativas, agresivas, patológicas y violentas. Analiza estados emocionales y anímicos, líneas de pensamiento, intenciones, el carácter de una persona, las conductas, las relaciones con otros, distintas patologías, tendencias sexuales, enfermedades mentales.
Señales que se advierten en los dibujos:
- Escenas impropias para su edad, con simbologías fálicas.
- Entintamiento.
- Distorsiones del esquema corporal.
- Figuras cortadas, divididas o desarticuladas.
- Dibujos de situaciones desagradables.
- Personas con expresiones evidentes de enojo, miedo, angustia, etc.
- Dibujos que indican regresión en el estado evolutivo del niño.
- Figuras desnudas.
- Sombreado en la zona genital.
- Tachones, marcas o borrones.
- Omisiones de elementos importantes de la figura humana como cara, brazos, piernas, cuerpo.
Según el libro Grafología Infantil Pedagógica, de Pedro José Foglia, también hay aspectos grafotécnicos que se advierten en las escrituras de las víctimas de abuso sexual:
- Cortes, remarcaciones y remiendos.
- Velocidad pausada.
- Presión floja.
- Dirección sinuosa.
- Indicadores de agresión sexual: óvalos.
- La letra “a” simbolizando lo femenino y las “o” representando lo masculino. La “r” representa la energía vital y la “s” la moral.
- Lapsus Calami (Error mecánico que se comete al escribir).
- Margen derecho pequeño, irregular.
- Inclinación desigual.
Casos de abuso que estremecen
A lo largo de su carrera, la grafóloga, que también es profesora de la Diplomatura en Criminalística de la Policía (IUSE), trabajó en cientos de casos desgarradores, pero algunos quedaron grabados en su memoria por su crudeza.
Uno de ellos fue el de Sol, una niña de 8 años que era abusada por su propio padre. La menor se quedaba al cuidado del hombre mientras su madre trabajaba, hasta que un día su abuela descubrió una carta dirigida al hermanito de la pequeña, Maxi, que contenía un dibujo estremecedor.
En el margen derecho de la hoja, donde normalmente los niños expresan sus planes y sueños a futuro, había un dibujo que parecía hecho al azar, pero en realidad estaba cargado de significado. “Este caso para mí fue algo tristísimo y que tanto me enseñó”, reconoció.
(FOTO CARTA MAXI)
Según Belmeier, se trataba de un símbolo fálico que bloqueaba por completo ese espacio dedicado al futuro, reflejando cómo el abuso afectaba la mente y las emociones de la niña. Junto a esa figura, había corazones tachados y un beso dibujado con una forma poco común para una nena de su edad, que para la experta evidenciaban la angustia y la confusión que Sol intentaba procesar.
También analizó la escritura de la carta y observó detalles que no pasaron desapercibidos. Una letra “R” sobresalía con una forma alta y deformada, lo que, según explicó, simbolizaba un bloqueo en la energía vital de Sol, como si su fuerza estuviera siendo interrumpida por lo que estaba viviendo.
Otro caso impactante fue el de Elena, de solo 5 años, quien también había sido víctima de abuso. Su dibujo mostraba una figura casi sin cuerpo, con lo que parecían ser dos manos “lastimadas” y marcadas por una presión intensa del lápiz. Según Belmeier, esa ausencia de cuerpo revelaba un conflicto profundo, mientras que la falta de manos, que simbolizan el contacto, hablaba de sentimientos de culpa.
Pero lo más impactante era el oído de la figura: estaba tachado y cubierto, como si la niña no quisiera oír algo. Los pies, dibujados de manera inusual, también cargaban un simbolismo sexual que reflejaba una preocupación instintiva. “Elena no podía decir con palabras lo que vivió, pero sus dibujos hablaban por ella”, explicó la grafóloga.
Por último, mencionó un dibujo para ella “muy triste” que muestra una violación en el ámbito familiar. “Se trata de un nene que fue violado, no sabemos cuantas veces”, expresó con angustia.
En su dibujo, el menor está acostado en una cama, con las piernas abiertas. Hay un personaje pequeño del lado derecho que tiene un instrumento sobre el pene del nene, y se ve a otros integrantes de la familiar alrededor. “Las miradas de los que están hacia la izquierda están observando algo que no quieren ver, el que está sobre sus genitales tiene una sonrisa socarrona”, explicó.
(FOTO NENE ABUSADO)
Según sus palabras, se advierte un estado emocional alterado del nene. “Él, por suerte, pudo manifestar lo que había vivido a través de esto, porque se trata de un menor que no sabía hablar ni escribir. A pesar de eso, sobran las palabras en este dibujo”, añadió. Mencionó por último que sus genitales parecen estar entintados, muy tachado y sucio. “Esa es una advertencia de que algo no está bien”, dijo.
Consultada de cómo hacer para que una persona sin experiencia ni estudios en grafología pueda detectar señales de abusos, expresó: “Es difícil para un padre o una madre encontrar indicios, pero sí lo podrían hacer los docentes o autoridades escolares. Yo creo que hay que capacitar a maestros, docentes, en todas las áreas, no para que sean expertos, sino para que puedan aunque sea dudar. Con anticiparse a eso, van a tener ganado un buen campo y evitar que algo pase a mayor”, opinó.