Luego de querer robar el banco en San Isidrio el pasado 8 de agosto, en las últimas horas expulsaron del país al tercer uruguayo que estaba detenido. Desde Aeroparque, el acusado, César Cazenave Peña, se fue escoltado por agentes de la DDI y la PSA. El 12 de septiembre había sido capturado por Interpol.
Los otros dos uruguayos, Nicolás Romero Carpani y Daniel Lorenzo Rodríguez, barrabravas de Nacional de Montevideo -al igual que Peña- fueron llevados a su país el 3 y 4 de este mes.
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Tanto Peña, Carpani y Rodríguez eran especialistas de robos en su país, contaban con varios antecedentes y eran muy conocidos por disfrazarse de policías, según informó el periodista Ignacio González Prieto al aire de Está Pasando (TN).
En el país solo queda uno solo, Alejandro Rosendo López, de 42 años. Se trata del argentino que hacía de lanchero y los llevaba desde Entre Ríos a Uruguay y de Uruguay a Entre Ríos.
El alquiler que no fue y el millonario pago por adelantado
Entre los datos que recopiló la investigación, se encuentra la aparición de un histórico bar de San Isidro que cerró a fines de 2022. Los investigadores pudieron determinar que la banda delictiva alquiló el local ubicado justo frente a los Tribunales de San Isidro y a la vuelta del banco Macro.
La banda que realizó el boquete alquiló la propiedad unos meses después del cierre del bar Hábeas Corpus, ubicado en Ituzaingó al 341. Tapiaron las puertas con maderas como si fueran a realizar una remodelación y comenzaron a trabajar.
Seis meses después descubrieron que las condiciones edilicias y las casas cercanas que había cerca del extinto bar lo hacían inapropiado para llevar adelante las tareas de excavación, por lo que dejaron de pagar el alquiler y se inclinaron por la opción de lo que alguna vez funcionó como un taller.
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La habilitación de ese alquiler no se notificó a la Municipalidad de San Isidro, como tampoco se corroboraron las identidades de los inquilinos. La inmobiliaria Organización Acasusso lo publicitaba a 700 mil pesos más IVA por mes y, según detalló Clarín, se pagó un año por adelantado. Lo tomaron como una inversión que iban a recuperar una vez cometido el robo.
Finalmente, una varilla de hierro y un repartidor frustraron el plan el pasado jueves 8 de agosto. De la investigación se desprende que uno de los motivos por el que se descubrió el túnel fue porque alguien dobló la punta del fierro para evitar accidentes con otros vehículos y eso les impidió a los ladrones quitarla para esconder la obra.