Antonio había estado buscando a su hijo durante un largo rato. Entre el susto y la desesperación, pensó que se lo habían llevado en el Renault Clío. Creía que en algún momento alguien le iba a avisar que el “match” de Tinder se había transformado en un secuestro. Hasta que al hombre de 85 años se le ocurrió entrar a una de las siete cabañas del Refugio Playa Perelli y allí lo vio: Gabriel Di Noto (54) estaba muerto, atado de pies y manos.
No había rastros visibles de golpes, puñaladas o disparos. Tampoco había sangre en el lugar, aunque el cuerpo estaba maniatado, con la huella de que en el lugar habían estado una mujer y al menos otros tres delincuentes, según registraron las cámaras de seguridad que captaron la llegada y la huida posterior de los sospechosos.
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Tras la detención de cinco personas luego de 10 allanamientos en simultáneo, la investigación por el crimen que sacudió la tranquilidad de Villa Carlos Paz en esta época del año se centra en saber cómo fueron las últimas horas de la víctima, y cuál fue la causa de muerte: todavía no se conocen los detalles del informe preliminar de la autopsia.
“La calificación legal dependerá mucho del resultado de la autopsia. El nexo causal de la muerte fue el robo y tenerlo atado. Eso está más que claro”, remarcó a TN Agustín Viglione, abogado de la familia del financista.
Se sabe que, a las 5 de la mañana del viernes 13, cuatro ladrones ingresaron al complejo administrado por Di Noto sobre las sierras de Villa del Lago, uno de los barrios más exclusivos de la ciudad. Horas antes, el propietario había llegado hasta allí junto a una mujer que conoció a través de la aplicación de citas.
Según sospecha la Fiscalía del Primer Turno, a cargo de Silvana Páez, Di Noto fue “entregado”. Una vez adentro, los delincuentes se dividieron las tareas: una parte de la banda redujo a la víctima y otra se dirigió a otro de los departamentos del lugar, donde vive Antonio, el padre de Gabriel.
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Mientras lo apuntaban con un revólver, al hombre le sacaron el teléfono y otras cosas de valor. En esos minutos, los delincuentes utilizaron una computadora y vaciaron dos cuentas bancarias de la víctima. Si bien rige el secreto de sumario y el Ministerio Público Fiscal de Córdoba maneja el caso con hermetismo, trascendió que se habrían hecho unas 20 transferencias por un monto de $3.200.000 y, además, se pidió un crédito por otros $3.000.000 a nombre de Di Noto.
Una vez cometido el robo, los delincuentes escaparon en la moto roja con la que habían llegado hasta el complejo y en el Renault Clío de Antonio. El hombre, al notar que su hijo no estaba en su casa, “pensó que lo habían secuestrado”, indicó una fuente del caso a TN. Y agregó: “Al padre no lo golpearon ni lo hirieron. Lo encañonaron, nada más. Está bien, aunque todavía no termina de caer con lo que pasó”.
El crimen de un financista en una cita por Tinder en Carlos Paz: quiénes son los detenidos
Ayelén Olmos (20), Braian Armesto (27), Ángel Olmos (23) y Walter Arce (36) y otra mujer cuyo nombre no trascendió fueron imputados por “homicidio en ocasión de robo” y quedaron detenidos: todos tenían antecedentes por robos con la modalidad de engaño a través de la participación de mujeres que seducían a sus víctimas, por lo general, hombres mayores o adinerados. Uno de los sospechosos, incluso, tenía dos valijas listas. Se cree que planeaba fugarse al sentirse acorralado por el avance de la investigación.
Por ahora se mantiene bajo suspenso la causa de muerte. “Puede haber sido un infarto o un envenenamiento. Pedimos una autopsia de laboratorio para tener más detalles”, mencionó Viglione.
Por estas horas, los ojos de la investigación están puestos en obtener detalles de lo ocurrido en el complejo mientras se extendía la cita acordada en Tinder, antes de la irrupción del resto de la banda.
“La víctima y la mujer estuvieron un rato largo juntos”, mencionó un investigador ante la consulta de TN. Existen sospechas de que la sospechosa pudo haber colocado alguna sustancia en el vaso de Di Noto. Y ese detalle eventual abriría una nueva incógnita: saber si efectivamente guarda o no relación directa con la muerte.
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Además de ser el propietario de Refugio Playa Perelli, Gabriel Di Noto era conocido en Carlos Paz por su actividad como contador e inversionista en distintas empresas y en criptomonedas. Se dedicaba al trading financiero y también ofrecía servicios de consultoría. En el pasado, había sido inspector durante más de 20 años en el Banco Central de la República Argentina y subgerente durante siete años en el Banco de Córdoba.
En principio, una de las hipótesis de la investigación residía en la posibilidad de que la víctima hubiera sufrido una venganza a partir de su actividad, o que tuviera alguna deuda. Esta sospecha se fue diluyendo con el correr de los días.