La policía rescató en una casa de Junín, provincia de Buenos Aires, a diez tortugas terrestres que iban a ser vendidas de manera ilegal, ya que son especies protegidas. Participaron del operativo conjunto agentes de la Delegación de Policía Ecológica y del área de Zoonosis del municipio.
La investigación, iniciada a partir de una denuncia anónima, alertó sobre la comercialización de animales silvestres protegidos por la Ley 22.421, que regula la protección y conservación de la fauna silvestre.
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El fiscal Martín Laius, a cargo de la Fiscalía 8, dirige las actuaciones legales, que incluyen la notificación formal al acusado. Las autoridades advirtieron que este tipo de procedimientos se intensificaron debido al aumento de la práctica del mascotismo, es decir, la tenencia ilegal de animales silvestres como mascotas.
La extracción de animales de sus hábitats naturales, su retención en condiciones inadecuadas y su transporte en situaciones deplorables son prácticas comunes que, en muchos casos, terminan en la muerte o daños severos a los animales.
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En Argentina, tres variedades de tortugas terrestres habitan en llanuras áridas y semiáridas, y su comercio ilegal como mascotas amenaza gravemente su supervivencia. Además, su hábitat se ve afectado por las actividades agropecuarias, lo que agrava aún más la situación de estas especies.
La demanda de tortugas como mascotas ha crecido debido a su tamaño reducido, los mínimos cuidados que requieren y su gran resistencia, características que, paradójicamente, prolongan el sufrimiento de estos animales en cautiverio.
Los ejemplares confiscados fueron trasladados por el personal de Salubridad y Zoonosis del municipio, quienes dispondrán su destino final en coordinación con la Dirección de Flora y Fauna de la provincia de Buenos Aires. El objetivo es evaluar su estado de salud y, si es posible, devolverlos a su hábitat natural en una reserva adecuada para su especie, promoviendo así su recuperación y reintegración en el medio ambiente.
