Este viernes se cumplen dos años del sangriento crimen de Soledad Burgos, la mujer de 36 años que fue asesinada de 12 puñaladas tras una discusión con sus vecinos en agosto del 2022 en El Calafate.
Por el hecho detuvieron a Luis Zúñiga (63) y a sus hijos René (27) y Verónica (36), procesados por “homicidio agravado, con alevosía y ensañamiento, con concurso premeditado de dos o más personas”, delito que podría condenarlos a la pena máxima.
En los últimos meses, el hombre mayor fue beneficiado con el arresto domiciliario por ser paciente oncológico y llegará al debate con una tobillera electrónica, mientras que sus hijos continúan presos en un penal provincial.
A pesar de los avances en la investigación, y que la causa fue elevada a juicio oral, los familiares de la víctima esperan que la Cámara penal fije la fecha del arranque del debate.
“Seguimos esperando que la fecha de juicio. También pedimos el cambio de carátula a femicidio”, expresó Mabel, su hermana, en diálogo con Opinión Austral. Además, adelantó que harán una marcha esta tarde para mantener visible su reclamo por el esclarecimiento y una condena ejemplar.
Una disputa de vieja data que terminó en un sangriento crimen
Soledad Burgos tenía 36 años, era trabajadora estatal y vivía con sus cuatro hijos en el barrio 90 Viviendas de la Villa Turística de El Calafate, en la provincia de Santa Cruz.
La mujer había reconstruido su vida después de escapar de una relación violenta con su expareja, a quien denunció por intento de femicidio. Sin embargo, a pesar de haber sobrevivido a ese hecho, una disputa vecinal de vieja data terminó con su vida de manera trágica.
El 2 de agosto del 2022, la familia entera estaba festejando el cumpleaños de su mamá en su casa. Alrededor de las 5 de la mañana, uno de sus sobrinos salió a comprar cigarrillos junto a sus dos tíos y cuando volvieron -según contaron los testigos- los estaban esperando sus vecinos Zúñiga armados con cuchillos.
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No saben si la discusión se desató porque estaban con la música alta, o por los antecedentes de peleas que mantuvieron ambas familias desde hace años. Lo cierto es que Soledad, al ver que su sobrino estaba en peligro, salió a ayudarlo y recibió la peor parte: 12 puñaladas que la mataron casi al instante.
La mujer quedó tirada en la calle, desangrándose, hasta que llegó la ambulancia. “No me quiero morir”, le decía a su hermano, mientras él le trataba de hacer un torniquete con sus manos para frenar la sangre. Sin embargo, los esfuerzos de los médicos no sirvieron, ya que una de las heridas en la zona de la garganta fue fatal. Murió en sus brazos una hora después.
La causa fue investigada por el Juzgado de Instrucción N°1, a cargo de Carlos Narvarte, quien ordenó una serie de medidas de prueba y un allanamiento en la casa de los acusados, donde encontraron ropa ensangrentada y cuchillos. Estos elementos fueron claves para avanzar con la imputación. Fue así que detuvieron a padre e hijos, aunque en la actualidad solo dos de ellos están presos.
En julio del 2023, el juez elevó la causa a juicio a la Cámara en lo Criminal de la Primera Circunscripción Judicial de Río Gallegos, pero todavía no tiene fecha fijada para el arranque del debate y los familiares de Soledad piden celeridad para juzgar a los presuntos asesinos.
