Un bebé de ocho meses llegó sin signos vitales al hospital de Puerto Deseado, en Santa Cruz. Sus padres dijeron que se había caído en la ducha, pero tenía hematomas en el cuerpo y se inició una investigación por muerte dudosa.
El trágico episodio tuvo lugar en una vivienda ubicada en la calle Alfredo Galiment al 1400 en la mencionada localidad portuaria.
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Según indicó La Opinión Austral, la pareja -de 18 y 20 años- trasladó de urgencia a su hijo al centro de salud luego de que se les cayera mientras lo bañaban en la ducha de la casa y detectaran que no tenía signos vitales.
Los médicos del hospital hicieron todo lo posible para reanimarlo, pero después de varios minutos de maniobras declararon su muerte.
Una de las médicas que atendió al bebé fue la que empezó a tener dudas respecto de lo sucedido. Notó que el nene tenía varios hematomas en el cuerpo, pero no pudo certificar, desde el punto de vista médico, la causa de esas marcas ni qué fue lo que provocó la muerte.
Ante esta situación, reportó el caso y se dio intervención al Juzgado de Instrucción Penal N°1, que por la feria invernal estaba a cargo de Jésica Hernández, como jueza subrogante.
El cuerpo de la víctima fue trasladado a la morgue judicial para la autopsia, pero los resultados preliminares del estudio tampoco fueron concluyentes. Sin indicios claros, ahora fue la justicia la que decidió calificar el caso como muerte dudosa, más allá de lo que habían manifestado los padres.
Durante el fin de semana se practicó una segunda autopsia a los restos del bebé y los medios locales indicaron que se mantuvo un total hermetismo respecto a los resultados.
Luego, se supo que el Cuerpo Médico Forense pidió nuevos estudios para poder terminar de sacar conclusiones. Al mismo tiempo, se decidió que el cuerpo del bebé continuara un tiempo más en la morgue judicial a la espera de estos análisis.
En paralelo, y ante la imposibilidad de certificar en los peritajes la versión que dio la pareja en el hospital, el Juzgado de Instrucción ordenó un allanamiento en el domicilio donde habría ocurrido el supuesto accidente.
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La Policía de Santa Cruz llevó adelante ese procedimiento el domingo con personal de la Comisaría Primera y los investigadores de Criminalística. En la inspección ocular buscaron elementos que puedan ayudar a determinar lo sucedido.
Fuentes policiales indicaron que se secuestraron rastros biológicos del baño y otros objetos que serán sometidos a peritajes, entre ellos los celulares del padre y la madre del pequeño fallecido.
La Justicia dispuso que la pareja fijara domicilio en el marco de la causa, caratulada preventivamente como “averiguación por muerte dudosa”.
Mientras avanza la investigación, los padres fueron notificados después del procedimiento en su casa y no se descarta que sean convocados en las próximas horas para que ratifiquen sus declaraciones.
