El juicio contra Pablo Damián Grottini, el presunto asesino múltiple de Ramallo, llega a su fin este martes de 18 de junio, cuando se conoce el veredicto luego de ocho audiencias en el Tribunal en lo Criminal N°1 de San Nicolás.
Grottini está imputado por los delitos de “homicidio calificado por el vínculo, por la alevosía y por el medio empleado” por las muertes de su hija y su madre, y por “homicidio calificado por la alevosía y por el medio empleado”, respecto de su hermano.
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En sus últimas palabras, el imputado se defendió. “No tengo nada que ver con lo que se me acusa, soy totalmente inocente”, dijo. “Después de haber pasado tanta gente atestiguando por este lugar, hoy me pregunto de qué murió mi mamá, qué se oculta de todo esto, las enfermeras qué están queriendo tapar”, agregó y concluyó: “Es lo único que les quiero decir, que soy inocente y que no tengo nada, pero nada que ver”.
En la audiencia que se llevó adelante el jueves pasado la fiscalía solicitó que Grottini sea condenado a prisión perpetua, en tanto que la defensa pidió su absolución. “A partir de la evidencia científica obtenida tras la muerte de su madre, pudimos revelar de qué manera mató a su madre y que usó el mismo modo en los tres casos: inyectó sustancias letales en los tres sueros”, sostuvo la fiscal María Belén Baños, que llevó adelante la investigación preparatoria.
“Las tres víctimas estaban con Grottini al momento de morir. En este juicio hemos venido a confirmar algo que la lógica ya nos había confirmado. Las víctimas estaban en perfecto estado de salud antes de morir”, sumó. Además, sostuvo que la fiscalía comprobó el dolo y “la intención de matar”. “Hizo búsquedas en Internet, buscó ‘los venenos más letales del mundo’, ‘cómo provocar un infarto’, ‘morir sin dejar rastros’. Estas búsquedas lo vinculan con la muerte de su hermano, porque las hizo el día anterior a la muerte”, aclaró Baños.
En este sentido, la fiscal también manifestó que Grottini a su hija “la mató delante de todo el personal de salud, que no entendía qué pasaba”. “Nosotros en este juicio presentamos la historia completa y pudimos ver todo el recorrido de sus acciones. Él tomó una silla, se sentó al lado de su hija y le dijo a una médica ‘le voy a cuidar el suero’. Además, registró todo el proceso con fotografías desde que Ailén entró a la guardia. Hasta fotos en el velorio sacó”, indicó.
Desde la fiscalía remarcaron que el acusado nunca pudo explicar por qué hizo búsquedas como “síntoma de aire en las venas”. “Dijo que las búsquedas eran porque se quería quitar la vida, pero en simultáneo buscaba precios de autos para comprar, algo incompatible. Quienes murieron fueron sus familiares y él sigue vivo”, aseguraron.
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Por parte de la defensa, el abogado Miguel Arzagot remarcó que el Ministerio Público Fiscal “no pudo determinar la causa de muerte de ninguno de los fallecidos”. “No tenemos nada que probar nosotros”, sentenció.
En cuanto al vínculo de Grottini con su familia, comentó que tenían discusiones normales, pero aclaró que no ocurrió ningún hecho para considerarlo como un “asesino”. “¿Qué elementos tenía la fiscal para imputarle a Pablo, a los tres días de la muerte de su mamá, el triple homicidio que hoy nos tiene acá?”, cuestionó.
Tres muertes llenas de misterio y una sospecha perturbadora
Grottini comenzó a ser investigado tras la muerte de Teresita, su mamá, en el Hospital San Felipe. Allí llegó descompuesta y en compañía del acusado. Dijo sentirse mareada y angustiada por la muerte de su otro hijo y su nieta, ocurridas tiempo atrás.
Tras realizarle los estudios correspondientes, los médicos constataron que estaba recuperada y planeaban darle el alta. Todo parecía estar en orden. Sin embargo, mientras la mujer permanecía internada, Grottini llamó a la enfermería y reportó que el suero “perdía”.
Al acercarse, la enfermera de turno constató que estaba pinchado, atravesado de lado a lado, y que el hombre tenía su ropa mojada. Según consta en el expediente, una hora y media después Grottini volvió a llamar a los enfermeros. El motivo: Di Martino había muerto.
“Se determinó que el nuevo suero que había colocado la enfermera también se encontraba pinchado, esta vez con un solo orificio en la manguera, y se halló en el mismo box donde se encontraba la paciente una ampolla de diazepam abierta, la cual no había sido prescripta para ningún paciente ese día”, informó en su momento en un documento judicial.
Los sueros pinchados y la presencia de un fármaco ajeno al stock del hospital encendieron las primeras sospechas. El caso fue reportado en sede judicial y, mientras se investigaba, surgieron testimonios de conocidos y vecinos que mencionaron que Germán, un hermano de Grottini que tenía 32 años, era deportista, guardavidas y no tenía ninguna patología previa, había muerto en circunstancias similares en julio de 2019. Y no solo eso, sino que algo parecido había ocurrido en julio de 2021 con Ailén, su hija adoptiva y quien padecía un retraso madurativo.
Durante la investigación, la fiscal identificó los puntos en común en las tres muertes: los pacientes llegaron al hospital con náuseas, sueño y alteraciones cognitivas, y los médicos no lograban encontrar la causa de la afección. Los tres evidenciaron signos de recuperación con el correr de las horas, pero luego de quedar en compañía de Grottini en sus habitaciones, murieron de forma repentina y sin explicación.
“El análisis de las acciones y de un extenso listado de elementos probatorios habidos en su contra, permite echar luz sobre la oculta historia y revelar el plan criminal. Teresita Di Martino, Ailén Grottini y Germán Grottini no murieron de forma natural: fueron asesinados alevosamente por Pablo Damián Grottini”, concluyó Baños en su informe.
La fiscal miró horas y horas de grabaciones de las cámaras de seguridad de los hospitales donde murieron las víctimas. Además, peritó el celular del acusado y sus computadoras. También se hicieron las autopsias a los cuerpos de Teresita y de Ailén, el cual tuvieron que exhumar. El procedimiento no pudo hacerse sobre el cadáver de Germán debido a que había sido cremado.
En el cuerpo de la madre constataron que la muerte se dio por asfixia, compatible con la “inoculación de aire por vía endovenosa”. Es decir, le habrían inyectado aire en las venas.