Griselda Blanco (45) era conocida en Corrientes por su manera de ejercer la profesión que amaba: su registro era el periodismo ciudadano, de forma independiente, sin temor a la denuncia con nombre y apellido, y sin importar quién estuviese involucrado. Por eso, cuando la encontraron asesinada en Curuzú Cuatiá, el caso encendió sospechas de todo tipo.
Fue hace exactamente un año que Griselda apareció estrangulada en una de las habitaciones de su casa. Su perfil profesional de Facebook, Griselda Blanco Noticias, todavía exhibe una última publicación que hizo el 20 de mayo de 2023, mismo día en que la mataron: una denuncia contra el “Hospital de la Muerte”, como ella misma bautizó al centro de salud local donde había fallecido una amiga suya, ante la sospecha de un caso de mala praxis.
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“Mamá se metía con gente muy pesada”
Políticos, empresarios y policías solían ser el centro de las investigaciones de Griselda. Unos días antes del crimen, en una de sus transmisiones había denunciado amenazas. Pero nada parecía detenerla.
“Mi mamá manejaba información sobre funcionarios de Curuzú, de pueblos aledaños, de Corrientes capital. Se metía con gente muy pesada”, cuenta Fabián Cesani, hijo de la victima, en conversación con TN.
El caso tiene, hasta el momento, un detenido: Darío Holzweissig (46), un empresario de la noche correntina con quien la víctima mantenía una relación cuyo origen fue comercial y luego se transformó en sentimental, aunque hay indicios de que el vínculo había comenzado a deteriorarse. Si bien el acusado está cercado por un manojo de pruebas que lo incriminan, la investigación tiene más sombras que luces.
La familia de Griselda está convencida de que fue el autor material del crimen, pero cree que no actuó solo y que detrás suyo se esconde una autoría intelectual aún sin dilucidar. No hay indicios, al menos por ahora, de que los investigadores acompañen esta sospecha y la impulsen en consecuencia.
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“Esa línea, lamentablemente, no tenemos cómo probarla ni tampoco contamos con los medios para investigarla por nuestra cuenta. Necesitaríamos apoyo y protección para meternos en ese terreno tan oscuro. No sabemos concretamente en qué estaba metido Holzweissig. Sí sabemos que era dueño de un local bailable y andaba en cosas raras. Hay muchas cosas oscuras”, profundiza Fabián.
La querella dice tener pruebas de que Griselda fue víctima de femicidio agravado por alevosía -la única pena en expectativa, en ese caso, sería la prisión perpetua- y uno de los reclamos a la fiscalía a cargo de María José Barrero Sahagún es un cambio de carátula, que permanece como “homicidio simple” desde días después del hecho.
Los detalles del caso y los reclamos de la familia de la víctima
Un año después, no se conocen avances significativos en la investigación, a punto tal de que la familia de Griselda asegura que el informe definitivo de la autopsia llegó recién en los últimos días, y carece de detalles clave.
“Después de tanto tiempo, esperábamos que (el informe) algo dijera, que algo aclarara, que algo saltara. Pero la realidad es que no hay mucho. No está lo suficientemente trabajado”, remarca Fabián. “Cuando mataron a mi mamá, hubo cosas que nos informaron personalmente y ahora no figuran en el informe. Y son detalles relevantes como golpes, la posición en la que encontraron el cuerpo y demás. Es raro”, sugiere.
Andrea Tribbia, abogada de la familia, reclamará en los próximos días una ampliación del informe y adjuntará un pedido de explicaciones al fiscal general de Corrientes, César Sotelo, sumado una solicitud de extensión de los tiempos de la investigación. “Queremos seguir profundizando y reforzar todavía más lo que tenemos. Y que la fiscalía después evalúe”, menciona Fabián.
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Al principio, la fiscalía pensó que se había tratado de un suicidio. Luego se ordenó la detención de Armando Jara, un periodista local que había estado en pareja con Griselda: lo liberaron una semana después, cuando se descubrieron pruebas que incriminaban directamente a Holzweissig, como el hallazgo del teléfono de la víctima en su casa. Desde entonces, el empresario cumple prisión preventiva por tiempo indeterminado. “Lo atraparon cuando se estaba fugando”, acota el hijo de la víctima.
Otro dato que llamó la atención de los investigadores fue que “Punto Sur”, el boliche de Curuzú Cuatiá que alquilaba y explotaba comercialmente Holzweissig, no abrió la noche del crimen. “Razones climáticas”, fue el argumento para suspensión de una fiesta que iba a ser masiva. Un mes antes del crimen, Griselda había mencionado al local bailable en una de sus denuncias.
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La familia de la víctima todavía espera por pruebas que permitan direccionar definitivamente el caso hacia la hipótesis del femicidio, como el luminol que podría echar luz sobre las manchas de sangre halladas en la casa de Griselda y en el baño del imputado.
“El asesino usó guantes y por eso no hay huellas”, lamenta Fabián. Las pericias sobre los chats entre ambos, las cámaras de seguridad y las declaraciones testimoniales son los otros elementos clave para esclarecer el caso: “Queremos que haya justicia y vamos a luchar hasta el último día por eso. Recién ahí vamos a sentir un poco de alivio”.