Pablo Giménez, el hombre de 44 años que encontraron muerto en su casa de Córdoba, vivía solo con su caniche, se dedicaba a la lectura del tarot y era cuidador de cabañas.
Giménez era oriundo de la localidad de Pico Truncado, Santa Cruz. Sin embargo, hace 10 años se había mudado a Córdoba y estaba radicado en la ciudad de Alta Gracia.
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“No hay cosa más hermosa que poder vivir de aquello que nos hace feliz”, escribió una vez en sus redes sociales. Además, allí se definía como “un poco psicólogo, motivador, coach, amigo, confidente”.
Las hipótesis de los investigadores por el crimen del tarotista
El tarotista fue encontrado muerto en la cabaña donde vivía en la localidad cordobesa de Villa La Bolsa, cerca de Alta Gracia. Había dejado de contestar su celular hace varios días, por lo que uno de sus amigos fue preocupado hasta su casa para ver qué pasaba.
Al llegar tocó la puerta, pero nadie le respondió, por lo que fue a mirar desde una ventana y allí observó la terrorífica escena: su amigo estaba tendido en el suelo y tapado con una frazada. Cuando los efectivos llegaron al lugar tras un llamado del joven, ingresaron a la propiedad y confirmaron que estaba sin vida.
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El subdirector de la departamental Santa María, Jaime Ravell, explicó al portal La Voz que se trató de “una muerte violenta”. Asimismo, explicó: “No se descarta ninguna hipótesis, se trabaja en varias de ellas y se esperan los resultados de autopsia, informes técnicos de policía judicial en recepción de huellas rastros”.
No obstante, una de las principales hipótesis señala que se trató de un homicidio en ocasión de robo. Esto se debe a que en el lugar faltaban su Fiat Palio gris, dos televisores, el celular y otras pertenencias.
Algo llamativo para los investigadores fue que la casa no tenía los accesos forzados y la puerta principal estaba cerrada con llave, la cual desapareció, al igual que su caniche que vivía con él.
Desde la fiscalía tienen en la mira a personas que habrían intentado usurpar el terreno lindero de la casa de la víctima. Esta pelea comenzó en diciembre y tanto él como la propietaria de la cabaña donde vivía denunciaron amenazas. De acuerdo a lo que informó El Doce, el tarotista hasta llegó a pedir un botón antipánico, pero nunca se lo dieron.
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El Ministerio Público Fiscal de Córdoba (MPF) informó que hasta el momento no hay imputados ni detenidos. En el caso interviene la fiscalía de turno N°2.
