El 17 de octubre de 2023, cerca de las 23, un hombre ingresó en un restarurante ubicado en el barrio porteño de Núñez, abrió un maletín oscuro y le mostró un arma de fuego a la encargada, que atendía la caja y se robó la recaudación.
Fueron $1.400.000 que los dueños, Gabriel y Romina, iban a destinar al pago de proveedores. La Justicia se centró en el accionar del ladrón, a quien en las cámaras de seguridad se lo distingue vestido de negro, con el celular en su mano, gorra, auriculares y tapabocas.
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El gesto de la encargada, exhibido en una de las cámaras de seguridad, fue de sorpresa y temor. Sin embargo, a la fiscalía que encabeza el doctor José María Campagnoli le llamó la atención la pasividad de la empleada, que atinó a entregar todo el dinero apenas escuchó la frase “dame toda la plata”.
En aquel entonces, el dueño del local le había manifestado a TN: “No creo que supiera que había dinero, pasó y le salió bien. La plata estaba en la caja fuerte, la encargada entró en shock y le dio todo”.
Romina, esposa de Gabriel, detalló que realizaron la denuncia y que en la caja registradora había poco dinero, por lo que la encargada pensó que era mejor entregar el monto mayor para que el delincuente se fuera “conforme”.
El accionar de la “empleada infiel”
La Justicia cruzó las comunicaciones del delincuente que ingresó al local, junto a la de sus cómplices (que lo esperaban afuera a bordo de un vehículo), y detectó llamadas entre él y la empleada del restaurante.
“Durante cuatro meses investigaron y consiguieron todas las conexiones entre ellos. Lo hicieron porque de movida sospecharon de la forma de actuar de ella”, explicó Gabriel ante un nuevo contacto con este medio.
La víctima de aquel robo detalló que “rastrearon llamadas desde su celular” y detectaron la triangulación con los ocupantes del auto que se encontraba estacionado en la puerta.
“Nunca sospechamos de ella”, detalló Gabriel, que también indicó que se comprobó que tenía llamados antes de ingresar en su turno y durante el mismo minuto en el que ingresa el delincuente.
La empleada fue imputada por el hecho y procesada como entregadora del robo. En las próximas semanas deberá someterse a juicio para demostrar su inocencia.
