Matías Benicelli, uno de los rugbiers que recibió condena a prisión perpetua por el homicidio de Fernando Báez Sosa, cambió su defensa hace algunas semanas y presentó un escrito ante el Tribunal de Casación Penal que confirmó su sentencia.
El joven, alojado en la Alcaidía N°3 de Melchor Romero junto al resto de los acusados, expresó su intención de “recurrir al fallo” y solicitó que su nuevo abogado, el doctor Carlos Attías, interpusiera un “recurso de inaplicabilidad y nulidad de la sentencia recurrida”.
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En su presentación (la primera que realiza uno de los condenados desde que están detenidos) apuntó contra Hugo Tomei, abogado que lo defendió durante la etapa probatoria y luego en el debate oral.
Benicelli confirmó que tenía un testigo clave a su favor y que fue el propio Tomei quien propuso presentarlo durante el juicio. Se trata de Alejo Milanesi, uno de los jóvenes que era parte del grupo y que terminó siendo absuelto en la causa.
“(Tomei) Lo propuso para que éste manifestara lo que vio y escuchó de lo sucedido en aquella fatídica noche, por ser un testigo privilegiado en el lugar, y porque mediante sus declaraciones podría persuadir a los sentenciantes que mi participación no fue determinante en el resultado de la muerte de Fernando Báez Sosa”, indicó Benicelli.
“Pero quien debía garantizar mi defensa, inexplicablemente desistió del testigo en la misma audiencia. Las explicaciones que me brindó con posterioridad (sic) es que la declaración de Milanesi podría agravar la situación procesal de los otros co-defendidos”, agregó.
En el escrito, el joven de Zárate reveló que Tomei jamás le contó que su ropa tenía salpicaduras de sangre perteneciente a Fernando: “Al enterarme de ello durante la audiencia expresé mi voluntad de declarar para explicar esa contaminación, pero mi defensa técnica se opuso para no comprometer la situación de mis consortes”.
“Respecto a mi participación en la gresca que terminó con el trágico resultado de la indeseada muerte de Fernando, quise aclarar cuál fue mi participación y cuánto pude saber del hecho en el momento de la denuncia”, explicó Benicelli.
Y continuó: “Señalo en paralelo que ni el suscrito ni mis familiares sufragamos honorarios por los servicios brindados por el mencionado letrado, sino que fuimos persuadidos de designarlo para mi defensa técnica a fin de no entorpecer la defensa de otros coimputados”.
El cambio en el fallo que realizó la Cámara de Casación
La Cámara de Casación revisó la sentencia del Tribunal N°1 de Dolores y confirmó cada una de las penas, pero realizó una modificación. Los ocho rugbiers estaban condenados por homicidio agravado por el concurso premeditado de una o más personas con alevosía, pero los jueces indicaron que esto último no se pudo determinar.
Si bien en términos coloquiales la descripción del hecho pareciera mostrar que fue alevoso, en términos técnicos el Código Penal exige algunas circunstancias que no se probaron, por lo que se quitó ese agravante.
No obstante, como se mantuvo la premeditación, no pudo haber cambio en la pena porque en cualquiera de esos dos casos la única condena que se prevé es la perpetua.