“No tenemos subsidios, nos autoabastecemos”, es la frase que refleja la angustia de un centro de jubilados de Berazategui en construcción al que le entraron a robar dos veces en menos de 24 horas y le desvalijaron todo.
La angustia de los jubilados comenzó el sábado por la mañana cuando se enteraron de que los delincuentes les habían entrado a robar. El centro de jubilados todavía está en construcción, pero hay una pequeña estructura donde guardaban las herramientas y los materiales que utilizaban para usar todos los días.
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Los delincuentes entraron y se llevaron todo lo que había. Se robaron desde una máquina de cortar pasto y una hidrolavadora hasta un proyector con el que veían películas, un equipo de sonido que usaban para el taller de folklore y las garrafas que usaban para cocinar. Apenas dejaron una bomba de agua. Lo que jamás imaginaron los jubilados es que a la madrugada siguiente iban a sufrir la misma secuencia.
Casi como un presentimiento sobre lo que iba a ocurrir, el presidente del centro de jubilados se quedó despierto hasta las 3 de la mañana mirando las cámaras de seguridad. “Me venció el sueño y me fui a dormir”, contó Darío Mañas, quien al menos pudo establecer el horario en el que entraron por segunda vez.
Es que un vecino que salía a trabajar a las 5, le comentó que para esa hora ya no había nadie en la calle. Eso le hace creer que el robo ocurrió durante ese intervalo del tiempo. Claro, no lo puede confirmar porque los delincuentes se encargaron de cortar los cables de la cámara de seguridad y se llevaron la tarjeta de memoria.
Todo ese operativo fue para robarse el último botín que les faltaba: la bomba centrífuga. “No pudieron llevársela, pero cortaron los cables con la mano, los arrancaron y los destrozaron”, contó el presidente del centro de jubilados.
Darío Mañas contó a TN cómo fue el panorama que se encontraron cuando llegaron al lugar: “Fuimos a darle de comer a los tres animalitos que adoptamos de la calle y nos encontramos con eso. Fue una mezcla de emociones, estábamos muy angustiados, teníamos mucha impotencia y bronca por lo que pasó”.
La bronca de los jubilados pasa por todo lo que perdieron y por el esfuerzo que habían puesto para conseguirlo: “Nosotros nos autoabastecemos, no recibimos subsidios. Todo lo que teníamos lo hacíamos con talleres, viajes, rifas y actividades como torneos de tejo, bingos o alguna peña”.
Entre todo lo robado, las pérdidas ascienden a los dos millones de pesos y no solo lo económico es un problema. A los jubilados los angustia todas las actividades que fueron perdiendo durante esta semana por no tener los materiales para hacerla.
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“Tenemos más de diez talleres que no podemos hacer. El otro día vino el profesor de danzas y no pudimos dar la clase porque nos faltaba el equipo de música. Más allá del dinero, lo que también duele es la mala sangre y el mal rato que hemos pasado. Estamos en un estado de indefensión terrible”, remarcó Mañas.
En el centro de jubilados abrieron una cuenta solidaria para que pueda colaborar quien pueda, y la comunidad de Berazategui se solidarizó rápidamente. “Juntamos más o menos un millón y medio de pesos y ya pudimos comprar algunas cosas”, contó.
“Vamos a ver si podemos comprar las garrafas, que con eso nos calentamos y cocinamos. Iremos reponiendo a medida que nos alcance la plata”, dijo el presidente del centro que abrió la cuenta solidaria bajo el alias “Abuelos en Acción”.
También recibieron donaciones por parte de los mismos vecinos: “Un socio nos donó una de las puertas. Es usada, pero es mejor de la que estaba que la destrozaron cuando nos entraron a robar. La vamos a tener que pintar”.
La sospecha por el doble robo:
En el centro de jubilados creen que los involucrados en el robo tenían conocimiento sobre el lugar por un claro motivo: el accionar que tuvieron sobre la cámara de seguridad que habían comprado con plata de la recaudación.
Darío reveló que los delincuentes arrancaron la cámara de seguridad y la tiraron en una de las canchas de tejo que tiene el predio. Antes, sacaron la tarjeta de memoria donde debería estar el video en el que se los ve antes de entrar a robar.
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“Pusieron una mesa y una silla para cortar los cables porque la cámara está ubicada a una buena altura. Si no sos habitué del centro, la cámara no la ves porque está medio escondida”, señaló
Por ese motivo es que la gran mayoría de jubilados cree que fueron personas que conocían el lugar las que entraron a robar. También creen que fueron varios: “Las cosas que se llevaron no se las puede llevar una sola persona, tiene que haber venido algún vehículo”.