El militante kirchnerista Gastón Mercanzini, detenido por haberle tirado una botella de vidrio al presidente Javier durante su recorrido en auto el día de la asunción, declaró este miércoles y dijo que está “arrepentido” de lo que hizo.
“El día del episodio estaba borracho, no sé qué se me cruzó por la cabeza. Estaba dolido al escuchar que para el presidente electo el plan de convertibilidad era bueno y escuchar en la plaza que la gente aplaudía. Yo no veía donde estaba el auto, solo los gorritos de los granaderos. Agarré y tiré esa botella sin ver si le pegaba a alguien o donde estaba específicamente el Presidente”, aseguró.
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El militante fue apresado luego de que el juez Ariel Lijo lo ordenara. Horas después, la Policía de la Ciudad lo detuvo en la intersección de las calles Azopardo y Garay.
“Me arrepiento, nunca hice una cosa así, no quise atentar contra el Presidente, todo indica que si lo hubiera querido hacer me ponía gorra y barbijo. No medí las consecuencias”, sumó.
De esta manera, le pidió disculpas tanto “al oficial que lastimó como a sus familiares” y agregó: “No quise lastimar a nadie, al otro día me di cuenta lo que pasó”. También, indicó que la botella que lanzó la “encontró en el piso”: “Era un porrón chico que yo no tomé, yo había tomado latas, era botella chica”.
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Después de tirar la botella, contó que fue golpeado por los militantes. La Policía lo detuvo, pero al no saber qué había hecho, lo dejaron en libertad. Inmediatamente, se fue al hospital para que lo atendieran por las heridas y al día siguiente vio que lo estaba buscando la Interpol. “Dije ‘mañana me entrego’”, agregó.
“Mi abogado oficial de Entre Ríos me dijo que me entregue. Lo único que quiero es pedir disculpas por lo que hice y donde esté detenido voy a pedir asistencia psicológica”, cerró.