Héctor “Chino” Torres, un entrenador de futbol femenino de adolescentes federadas, fue denunciado el 18 octubre en la Comisaría de la Mujer del barrio Itaembé Miní, en Posadas, por al menos tres víctimas que lo acusaron de maltrato, acoso y abuso sexual.
Torres fue denunciado por chicas de entre 13 y 16 años del Club Educación por acoso, abuso y violencia física, verbal y psicológica, a tal punto que muchas de ellas sufrieron episodios de angustia y ansiedad. El acusado quedó detenido y las familias de las víctimas piden justicia: “No tiene que salir más. Queremos que pase el resto de sus días en la cárcel. Es terrible lo que le hacía a las nenas”, contó una de las mamás, que no quiso revelar su identidad por temor, en diálogo con TN.
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Según explicó Horacio Silva, abogado de las víctimas, el entrenador está imputado por delitos contra la integridad sexual, entre ellos acoso y abuso: “Este tipo de delitos tiene una pena de 1 a 4 años de prisión, pero esperamos que todas las chicas puedan prestar declaraciones. Hay cinco denuncias agregadas al expediente, pero se cree que puede haber muchas más víctimas”.
Según relatan las víctimas, el entrenador tenía un “modus operandi” muy marcado y estas chicas no son las únicas ni las primeras en sufrirlo. Se aprovechaba de las ganas de jugar de las nenas y de sus sueños de debutar en primera y llegar a la Selección Argentina de futbol femenino para obligarlas a hacer todo lo que él les decía y tenerlas bajo su poder.
Los hechos denunciados salieron a la luz luego de que las chicas ganaran un torneo que tenía como premio $50.000. Cuando salieron primeras, el entrenador no quiso darle su parte a cada una y luego se fue del grupo que tenían en WhatsApp. Ese fue el quiebre perfecto que las nenas necesitaban para poder contar todo lo que venían sufriendo.
Con mucho miedo, pero decididas, pidieron una reunión con la presidenta del club y contaron algunos malos momentos que habían vivido. Al notar la angustia de las chicas, la mujer les preguntó si habían sufrido algún tipo de acoso por parte del entrenador y de esta manera todo salió a la luz.
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“Son varias las nenas que contaron todo lo que les hacía”, contó una mamá. “Para mi nena todo lo que él decía era palabra santa, le tenía miedo”, comentó y aseguró que la que no hacía lo que él decía, después no jugaba en los partidos. Por temor a perder la oportunidad, todas obedecían. “Las llevaba a su casa y las tenía de mucamas, yo tuve varios encontronazos con él. Nos sentimos muy culpables por todo, por no darnos cuenta de cómo las acosaba”, se lamentó.
“Un día encontré mensajes de él diciéndole que ‘extrañaba sus mundos’, al principio no entendí y cuando le pregunté a mi hija me confesó que se refería a su cola”, comentó indignada.
Otra de las nenas, de tan solo 14 años, denunció que su entrenador comenzó a acosarla por WhatsApp hasta que un día intentó ingresar al baño mientras ella se estaba bañando. Gracias a un vecino que tocó la puerta en ese preciso momento, pudo vestirse rápidamente y escapar.
“Los papás no podemos creer lo que este tipo hacía, las llevaba a la casa con la excusa de que tenían que entrenar y ahí las trataba como sirvientas. Las acosaba, intentaba que se pongan en contra unas con otras, intentó abusar a más de una. Esto no puede quedar así. Queremos que pase el resto de sus días en la cárcel”, pidió.
Abuso y acoso: una causa de hace 10 años que “quedó en la nada”
Si bien estos hechos salieron a la luz el mes pasado, hace 10 años otras dos alumnas de Torres lo denunciaron por el mismo delito, pero la causa “quedó en la nada”.
TN pudo dialogar con Macarena, que fue víctima del entrenador en 2013 y contó que “tenía un modus operandi muy marcado”. “Primero se hacía el bueno, luego se acercaba y comenzaba a acosar. Te ponía al grupo en contra, para que te quedes sola y después ‘se te declaraba’. Con casi todas hacía lo mismo. Cuando a mí me pasó fuimos tres las que vivimos lo mismo, solo dos denunciamos, pero quedó en la nada”, aclaró.
Macarena lo denunció en 2013 por haberla querido abusar cuando ella tenía tan solo 13 años. Además, agregó que no solo se aprovechó de su situación y de sus sueños, sino que la acosaba con su sexualidad.
“Yo tenía muchas condiciones, por eso fui llamada para jugar en la Selección Argentina y eso aceleró su acercamiento a mí. Me mandaba mensajes todo el tiempo, cuando empiezo a hablarme con mis compañeras, lo que hace cualquier chica normal, a él no gustó. Ahí comenzó a atacarme, a acosarme con el tema de mi sexualidad, que quizás era algo que yo no tenía muy presente porque era chica, no lo notaba así y no era consiente”, detalló.
A partir de este momento, el acusado empezó a remarcarle todo el tiempo que “le gustaban las chicas porque jamás había probado estar con un hombre”.
“Un día fui a la casa porque me había lastimado el tobillo y él me dijo que iba a ir un curandero para que se me pase y cuando llegué estaba él solo. Se me volvió a declarar, me decía que mi familia iba a aceptar la relación porque él los iba a convencer. Yo me negaba y cuando amago a irme, me agarró del brazo y me dio un beso. No sé cómo logré zafarme y me fui. Nunca más volví al club, mis compañeras me hacían bullying, decían que hacía todo eso para llamar la atención hasta que dos chicas más les pasó algo parecido”, agregó.
En aquel momento, Macarena junto a su mamá, hizo la denuncia correspondiente. Detalló que recibía desde mensajes subidos de tono y relató el beso que fue el quiebre para que ella hablara. Sin embargo, el tiempo pasó y la causa “quedó en la nada”. “Él tenía muchos contactos en el municipio y lo cubrían. Esta vez espero que sea diferente y que las chicas sí tengan justicia”, pidió la joven.