Todo un barrio en la localidad de Solano vive en alerta. Cuando los vecinos salen de sus casas para ir al almacén de la cuadra de calle 889, en Villa La Florida, tienen que mirar para todos lados para no cruzarse con Leonardo, a quien reconocen como “el hombre del machete”. Tiene 28 años y, según los habitantes de la zona, padece graves problemas de salud mental.
Siempre que lo ven en la vereda tiene un cuchillo de carnicero, un machete o un cascote en la mano, como si estuviera a la defensiva. Nadie lo culpa, pero los vecinos denuncian que sus familiares lo apañan y que la Justicia no hace “absolutamente nada” para frenar las situaciones de violencia que se generan a diario.
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En el último hecho, él y su hermano terminaron en la comisaría. Ocurrió el sábado 7. Según contó un vecino en diálogo con TN, Leonardo, más conocido en el barrio como “Yiyo”, intentó atacar a un grupo de personas que estaban en la vereda disfrutando de la tarde.
Por eso, llamaron a la policía y cuando llegó el patrullero, el hombre y su familia comenzaron a arrojar piedras. Luego, alertaron al SAME. Los médicos sufrieron también las consecuencias del ataque y su camioneta resultó afectada por la lluvia de piedras.
Para frenar la situación, los policías tuvieron que disparar al aire y en ese operativo quedó detenido Leonardo y su hermano mayor. A los protagonistas le secuestraron un palo que tenía una punta filosa y un cuchillo de carnicero.
“Esto pasa siempre y nadie sabe como frenar los hechos de violencia. Estamos indefensos. A veces anda tranquilo, nos saluda como si nada, pero de repente empieza a hacer cosas en la calle. Siempre anda con un palo en la mano, con un cuchillo o cualquier arma. No sabemos si está medicado o si fue diagnosticado, pero la familia lo apaña y también la Justicia”, afirmó David, vecino que vive justo en frente del acusado.
De acuerdo a su testimonio, el hombre no solo amenaza y ataca a vecinos, sino que también ya cometió varios robos en la zona. “Lo denunciaron por robar cosas de las casas, de noche. Siempre entra y roba algo. En la parada del colectivo tampoco podés estar, porque se te aparece y te asalta con un cuchillo en la mano”, aseguró.
Además, contó que una vecina le puso una perimetral porque un día, cuando estaba volviendo del colegio con su hijo, la corrió y le pegó una piña en la nuca: “Eso en cualquier parte es considerado violencia de género, pero parece que él tiene coronita porque no le pasa nada. Ahora ella tiene un botón antipánico y anda con miedo”.
Según David, a él nunca lo molestó hasta hace un par de meses. “Vino corriendo con un cuchillo de cocina por la espalda. Me quería apuñalar. Yo agarré un palo y me defendí. Después salió el padre y lo metió para adentro”, relató el vecino.
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“Uno ya no sabe qué más hacer, porque hacés la denuncia y todo queda en la nada. La misma policía te lo dice. En el último episodio, cuando apedrearon la ambulancia, los efectivos lo llevaron para cuidarlo, porque los vecinos lo íbamos a parar como sea, pero no quedó detenido. Tiene problemas con todo el mundo. Si le preguntás a personas que viven a 10 cuadras a la redonda, todos saben quién es y qué hace”, sumó.
David también reveló que una vecina suya se paseó por todas las dependencias para pedir que tomen cartas en el asunto. “Fue a la comisaría, a los juzgados de Quilmes y La Plata, pero todo quedó en la nada. Lo que pedimos es que citen a la familia, que lo internen o que lo tengan controlado, porque no se puede vivir así. Están esperando que pase lo peor”, sentenció.
Qué debería hacer la Justicia en un caso así
Los vecinos piden que la Justicia “haga algo” para frenar los hechos de violencia. Sienten que minimizan sus denuncias y se resignaron a vivir con el problema. Sin embargo, fiscales y jueces podrían hacer mucho por ellos, así como también para cuidar la integridad de la persona que padece un trastorno de salud mental.
Fuentes judiciales informaron a TN que en este caso en particular, cuando un vecino hace una denuncia, la fiscalía debería imputarlo, tomarle declaración indagatoria y luego dar vista al Juzgado de Garantías para que establezca si el acusado es capaz de comprender los hechos y puede someterse a un juicio.
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Esto se descubre después de un estudio psiquiátrico y psicológico llevado a cabo por el cuerpo médico del Poder Judicial. Los peritos determinan si la persona tiene algún trastorno que le impide reconocer que lo que hizo está bien o mal. Además, en el informe también tiene que alertar si representa un peligro para sí o para terceros.
Si se determina que es inimputable, el juez debería derivar su internación en una clínica de salud mental por un tiempo determinado, donde tiene que ser controlado por especialistas y también debe ser medicado.