Un ladrón que improvisó una estrategia para pasar desapercibido fue víctima de su propia trampa. El inusual episodio ocurrió en las últimas horas en la ciudad misionera de Oberá: salió a la calle a robar un celular disfrazado de “mimo” pero intentó ocultarse después en un lugar oscuro y la pintura blanca lo delató. Terminó tras las rejas.
Según reconstruyó el portal Misiones Online, el delincuente salió de su casa el lunes cerca de la cubierto de pintura blanca. No sólo su cara, sino también el torso, los brazos y hasta manchó su ropa, el pantalón y la campera.
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En estas condiciones, con el único objetivo de que no pudieran identificarlo, salió entonces a buscar una posible víctima. La encontró cerca del cruce de avenida Sarmiento y Neuquén, pero el hombre se resistió al robo de su celular y en medio del forcejeo el ladrón terminó por disistir de sus intenciones y se escapó corriendo del lugar.
No obstante, casi en simultáneo con la fuga del falso “mimo”, la víctima del intento de asalto le avisó a un policía lo que había ocurrido y aportó la descripción del sospechoso, que fue lo que finalmente facilitó la detención: dijo que estaba todo pintado de blanco.
Unos minutos más tarde un operativo cerrojo había acorralado al delincuente, que trató de esconderse en un lugar oscuro y sin querer se expuso más. La policía lo ubicó rápidamente y, tras el arresto, se constató que tenía antecedentes por robos y hurtos menores. De hecho, hasta el sábado había estado preso en la Comisaría de la Mujer por otro hecho similar.
El detenido, un joven de 23 años, fue trasladado ahora a otra comisaría cercana, aunque se espera que en los próximos días recupere la libertad debido a que se trata de un robo menor.
