Este lunes tiene lugar la recta final del juicio por el ataque al playero en un estacionamiento del barrio porteño de Monserrat, ocurrido en noviembre de 2021. Hoy declara la familia de la víctima y mañana el juez dictará la pena, que podría ser de hasta 10 años de prisión.
Arturo López fue brutalmente golpeado por Carlos Manuel Andrés, que al momento del violento episodio era menor de edad y que luego de cinco meses de estar prófugo se entregó a la Policía. Desde entonces se encuentra imputado y con prisión domiciliaria.
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Hoy declararán la esposa e hijas de la víctima y también lo harán los médicos que lo atendieron durante su proceso de recuperación. López sufre secuelas: tiene dificultad en la compresión, en el habla y motrices a causa del salvaje golpe.
Mañana, finalmente, será el día que en que el juez Villanueva fijará la pena que le corresponde al violento. Andrés ya fue declarado culpable por el sistema procesal juvenil de la Ciudad de Buenos Aires por lesiones gravísimas en un primer juicio, delito que tiene penas de los 3 a los 10 años.
Como el acusado era menor al momento del ataque, el juez podría dar por cumplida la condena, o aplicar la máxima y establecer a partir de ese límite cuánto le queda por delante.
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En el caso de tener que cumplir la pena efectiva, la Ciudad no cuenta con un sistema penitenciario penal juvenil, con lo cual podría ser trasladado a un establecimiento penitenciario federal, en un sector aparte, o en un instituto de menores.
Cómo fue el ataque al playero
El brutal ataque ocurrió el viernes 19 de noviembre del 2021, cerca de las 17, en el garaje de la calle Moreno al 800. Arturo López fue increpado por un adolescente que -según testigos- le reclamaba por un rayón que tenía su auto.
En las imágenes de una cámara de seguridad se observa cómo el agresor, acompañado por otros dos jóvenes y su madre, golpea de forma sorpresiva a López en el lado izquierdo de la cara. Ante esto el hombre cae, impacta fuertemente contra el suelo y queda inconsciente en el lugar.
Tras el ataque, el joven estuvo casi cinco meses prófugo hasta que se presentó ante la Justicia el 29 de abril de manera espontánea.
