Desde el comienzo de la investigación por el crimen de Joaquín Sperani en Laboulaye, su madre, Mariela Flores, apuntó en varias oportunidades contra la escuela a la que asistía su hijo. En este contexto, desde el Ministerio de Educación de Córdoba abrieron una investigación en el colegio para saber si el chico era víctima de bullying.
“En principio no hay evidencia de que Joaquín haya sufrido bullying, pero obviamente queremos esperar el resultado de esa investigación administrativa”, explicaron a Clarín las autoridades locales que están interviniendo en el Instituto Provincial de Educación Media (IPEM) Nº 278 “Malvinas Argentinas”.
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Este lunes no hubo clases, pero el martes se realizó una actividad que estaba prevista para antes del inicio de las vacaciones de invierno. Cuando la madre de Joaquín cargó contra la institución, señaló que “se supone que tiene que ser responsables” de los estudiantes y deslizó que detrás del crimen “hay algo más”.
Sin embargo, hasta el momento el único adolescente apuntado por el crimen -que está alojado en un centro penal juvenil porque tiene 13 años- es su mejor amigo.
El Ministerio de Educación de Córdoba, al igual que en el resto de las provincias, tiene un protocolo ante situaciones de estas características. Los equipos de gestión de cada una de las direcciones trabajan con equipos profesionales de acompañamiento institucional y con los cuerpos de inspectores.
La investigación administrativa en la escuela a la que asistían los dos adolescentes es a través de la Dirección General de Educación Secundaria. La misma permitirá, según detallaron, “dilucidar los desempeños del equipo directivo y docente en la atención de situaciones que hayan involucrado dificultades en la convivencia”.
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Además, indicaron que el trabajo en el colegio busca “sostener a la comunidad educativa y recuperar de a poco el clima institucional que permita seguir con la actividad escolar”.
Por tratarse de personas menores de 18 años, el resultado de la investigación no será público. No obstante, quedará a disposición de la Justicia cordobesa que, en paralelo, lleva su propia investigación.
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Mientras la intervención sigue su curso, la inspectora Andrea Fessi también adelantó que “no hubo situaciones sostenidas que hagan pensar que Joaquín era víctima de bullying”. Asimismo, manifestó que los dos chicos “tenían en el aula una buena relación” y que “en algún período del ciclo 2023 se sentaron juntos, pero luego dejaron de hacerlo”. La directora de la escuela también sostuvo que la víctima “nunca sufrió bullying”.
La desaparición de Joaquín Sperani
El adolescente comenzó a ser buscado desde la tarde del jueves 29, cuando llamativamente no asistió al colegio. La última vez que lo habían visto fue alrededor de las 15 y tenía el uniforme puesto.
La preceptora de su curso confirmó que no se encontraba en el aula cuando tomó asistencia y algo que sumó más confusión fue que su bicicleta estaba en el patio de la escuela. Sin embargo, sus compañeros no pudieron dar certezas sobre si lo habían visto ese día.
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Las horas pasaban y Joaquín seguía sin aparecer, al mismo tiempo que tampoco se comunicaba con su madre. En medio de la desesperación, la mujer realizó una denuncia cuando ya era la noche del jueves.
El sábado 1º de julio, familiares y amigos del adolescente convocaron a una marcha y los asistentes caminaron por las distintas calles de la ciudad. Jamás imaginaron el desenlace que iba a tener esta historia poco tiempo después, cuando lo encontraron muerto en una casa abandonada.
