La Policía detuvo este sábado a uno de los tres prófugos que tenían pedido de captura nacional e internacional por el crimen de Gabriel Izzo, el empresario asesinado en San Antonio de Padua el 9 de junio.
Se trata de Gustavo Damián Potenza (45), quien se escondía en la casa de su novia, ubicada a unas cinco cuadras de la Comisaría 5° de Merlo, en la localidad de Pontevedra.
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Potenza cayó tras una serie de allanamientos que fueron realizados en conjunto por personal de las policías de la provincia de Buenos Aires y de la Federal. El detenido quedó a disposición de la UFIJ N°5, a cargo del fiscal Claudio Oviedo, quien lo indagará en las próximas horas.
Está acusado de ser coautor del delito de “robo calificado por el empleo de arma de fuego, homicidio criminis cause dos hechos, uno de ellos en grado de tentativa y portación de arma guerra”.
Este arresto se suma a un primer detenido que ya tenía el caso, Walter Rodríguez Sierra, conocido como “El Uruguayo”. En tanto, hay otros dos delincuentes prófugos.
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Uno de los sospechosos que no pudo ser atrapado hasta el momento es Diego Eduardo Correa (25), quien estaba registrado en el sistema penal por sus antecedentes y tenía un pedido de captura de la Policía Federal por otras entraderas, según pudo saber TN a través de fuentes del caso.
La acusación sobre Correa surgió del análisis de las huellas dactilares encontradas en el auto Volkswagen Gol Power secuestrado frente a la pizzería “Lo de Cata”, ubicada en Gervasio Pavón al 3500, vehículo que pertenece a Gustavo Julio Mac Dougall (53), el tercer sospechoso que sigue prófugo. Los investigadores creen que ese fue el vehículo utilizado por la banda.
Así fue el crimen de Gabriel Izzo, el empresario de Padua
El crimen de Gabriel Izzo, dueño de un aserradero de la zona oeste del conurbano, ocurrió durante la madrugada del viernes 9 de junio en calle Italia al 1000, en la zona céntrica de San Antonio de Padua. Se sospecha que los asaltantes tenían el dato de que en la vivienda vivía una familia de empresarios y que la propiedad no tenía rejas.
Cuando llegaron al lugar, el conductor del Volkswagen Gol Power se quedó haciendo de “campana” junto a un acompañante, mientras que el resto de la banda entró a la casa luego de forzar la persiana de un ventanal que da a la calle.
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Izzo dormía junto a su esposa y se despertó al escuchar los ruidos. Tomó dos armas que guardaba en su habitación -una pistola Bersa calibre 40 y un revólver 38- y se enfrentó a los delincuentes. Allí recibió varios disparos -uno mortal en la cabeza- y también fue apuñalado.
Silvana Petinari -hija del fallecido empresario Pedro Petinari, quien se dedicaba a fabricar acoplados y volcadores- recibió un disparo que le provocó la pérdida del ojo izquierdo y también sufrió heridas de arma blanca.
En la casa también se encontraba la madre de la mujer herida, Elsa Otruba de Petinari (83), que nunca salió de su habitación y resultó ilesa.
