A casi dos semanas de la desaparición de Cecilia Strzyzowski y con la carátula de la causa modificada a “femicidio”, una serie de mentiras expondrían la personalidad de uno de los principales sospechosos: César Sena, el hijo de los dos dirigentes sociales que en las PASO iban a ser candidatos en la boleta del gobernador Jorge Capitanich.
Cecilia y César se conocieron a través de una aplicación de citas en octubre del 2021. Fue cuestión de semanas para que lo que comenzó como una relación esporádica se convirtiera en un noviazgo formal. Específicamente el 24 de diciembre de ese año formalizaron.
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La relación comenzó con mentiras. Desde el primer momento él mentía con que tenía 28 años cuando tenía 18. Pero eso no es lo único con lo que faltaba a la verdad: también decía que trabajaba como arquitecto y que ganaba hasta un millón de pesos por semana con su profesión.
Ese tipo de mentiras reflejaba un comportamiento en Sena, que se replicaba en otros aspectos de su vida como el trato diario que tenía con la joven que hoy está desaparecida. Quienes lo conocen, lo describieron como un hombre con cambios de personalidad dentro de la pareja.
Por momentos se mostraba dulce, le llevaba flores todo el tiempo, pagaba en cada salida y hacía creerle al mundo que eran la pareja ideal. Cuando Cecilia tuvo un atraso el año pasado, él ya fantaseaba con la idea de ser padre y le decía “mamita”.
Paralelamente, los más cercanos saben que se trataba de un hombre tóxico, celoso y que había protagonizado varios episodios de violencia. Gloria, la mamá de Cecilia, y el mejor amigo de la víctima son los únicos que conocían lo que había sufrido la joven.
En mayo de este año, hace poco más de un mes, él la había agredido con una toma de judo a la altura del cuello y a partir de ese momento ella le tuvo miedo. Su mamá veía que él era tóxico, pero ella le pedía que no se metiera porque cada pareja resuelve sus problemas hacia adentro.
También veía que ambos eran muy dependientes de la pareja. Ella desde lo emocional y desde lo económico, y él desde lo cotidiano: se la pasaba subiendo fotos junto a ella y hasta iban juntos a comprar al kiosco de la esquina, ubicado a una cuadra de la casa de la abuela de Cecilia, lugar en el que vivían ambos y donde todavía sigue estando la ropa de César.
El año pasado habían abierto una cafetería, llamada Gato Negro y ubicada en el centro de Resistencia, que funcionó apenas un par de meses y cerró. Entre los proyectos que nunca concretaron, se avizoraban un posible gimnasio o un refugio de animales luego del cierre del local gastronómico. Nada de eso hicieron.
En octubre de 2022, un año después de conocerse, anunciaron que se casaban por civil. A Gloria le pidió que le confeccionara el vestido con dos semanas de anticipación y ella se lo hizo. Llegada la improvisada ceremonia, ningún familiar de César se presentó.
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Tras el casamiento, querían mudarse al Barrio Emerenciano Sena y ya tenían una casa en mente con las posibles remodelaciones. Una casa que finalmente no consiguió. Días después surgió la idea de irse a Ushuaia, el viaje que nunca llegaría a concretarse, propuesto por la suegra. La misma que no estuvo en el casamiento.