Hasta que se desvaneció en la guardia del Hospital Eva Perón (ex Castex) de San Martín, Jonatan Sagardoy (32) creyó haber sido víctima de un robo. No volvió a abrir los ojos y murió dos días después, el 2 de septiembre de 2019. Nunca supo que le dispararon al confundirlo con un ladrón.
Nicolás Gómez (30) y Cristian Biasutti (37), acusados del crimen cometido en Villa Ballester, fueron sentenciados este miércoles a 14 años de prisión por homicidio agravado a través del fallo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 5. Paula Leiva, fiscal del caso, había pedido una condena de 20 años.
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“Nos deja sabor a poco el veredicto. Hicimos todo lo que pudimos desde el primer momento: organizamos marchas, investigamos, aportamos datos. Y parece que nada alcanzó. Estoy muy decepcionada de la Justicia. Siento bronca, impotencia. Siento que mi hijo no puede descansar en paz”, reflexiona Gilda Berri, madre de la víctima, en diálogo con TN.
La mujer cuestiona a los jueces Adrián Fernando Berdichevsky, Luis Rubén Molinari y María del Carmen González: “Para ellos, ‘Jony’ es un expediente, un papel, un número. No son capaces de entender el sufrimiento que vivimos día a día en la familia”.
“Ya nos dijeron que no podemos apelar porque la sentencia es la mitad o mayor a la que pidió la fiscal. Como son 14 años, para ellos es suficiente. La Justicia nos limita, nos ata de pies y manos. Las leyes benefician a los delincuentes y condenan a las víctimas”, lamenta, y advierte: “Tenemos mucha preocupación de que en Casación ellos (los asesinos) apelen la pena y a los dos años salgan. Ya llevan casi cuatro años presos. Estamos con mucho miedo”.
La familia de Sagardoy ya había sufrido los agujeros negros de la Justicia durante la etapa de investigación: si bien dos personas llegaron a juicio, la acusación ubicó a ocho sospechosos en la escena del crimen. Todos fueron desvinculados de la causa a excepción de Leonardo Morales (33), quien finalmente fue liberado por falta de pruebas. Otras tres personas que integraban el grupo atacante declararon en el juicio y la Justicia podría imputarlos por falso testimonio, según confiaron fuentes del caso a TN.
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Un ajuste de cuentas y una víctima equivocada: así mataron a Jonatan Sagardoy
Sagardoy, carpintero y padre de una nena de 12 años, fue asesinado en una emboscada a manos de un grupo de vecinos que lo confundió con un ladrón. Ocurrió el 31 de agosto de 2019 en Montevideo al 3800. Sagardoy conducía su camioneta en compañía de su amigo Cristian Castro (”Cirilo”). Iban a una reunión de amigos cuando fueron rodeados por otros cuatro vehículos que los venían siguiendo: una camioneta Renault Master blanca, otra Peugeot Partner, un Fiat Palio y una moto.
Dos de los atacantes descendieron de la Partner y, a punta de pistola, le reclamaron a Sagardoy que bajara del auto. Luego, según la acusación del Ministerio Público, los involucrados confundieron al carpintero con un ladrón que, unas semanas antes, había robado la casa de uno de ellos. Un ajuste de cuentas con la víctima equivocada.
Jonatan pensó que le querían robar y pisó el acelerador, pero no llegó muy lejos: uno de los delincuentes le disparó a través de la ventana del acompañante. El tiro le entró por la axila y quedó alojado en la ingle.
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Los atacantes efectuaron otro disparo que ingresó por la luneta e impactó en el hombro de “Cirilo”, quien logró sobrevivir. La acusación incluyó una tentativa de homicidio en perjuicio suyo.
Herido, Sagardoy manejó hasta el hospital y allí tuvo que lidiar con policías que también lo confundieron con un delincuente. “No lo dejaban entrar a la guardia. Se lo querían llevar. Con el poco aire que le quedaba, intentó explicarles que le habían querido robar a él. Unos minutos después, se desvaneció”, evoca la madre, y avisa que seguirá peleando por cambiar la sentencia: “Me siento derrotada, pero con fuerzas. Y pienso ir hasta las últimas consecuencias”.
