“Mi mujer me quiso matar”, balbuceó Héctor Eduardo Ramírez en la cama del hospital, donde se despertó tras un supuesto intento de suicidio. El hombre, dueño de dos gomerías y otras propiedades en el partido de Quilmes, se había casado con Leonor Báez el 15 de febrero de 2019 y el 6 de marzo lo encontraron ahorcado, colgado de una viga, en el taller donde trabajaba.
Así se resolvió, con un giro completamente inesperado, el caso que impactó en los medios aquel verano. Dos años después, Báez fue declarada culpable por unanimidad del delito de “homicidio calificado por el vínculo en grado de tentativa” y condenada a pasar en la cárcel 14 años de prisión.
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La puesta en escena
Veinte días después de casarse, Leonor Báez salió corriendo del taller de su marido pidiendo ayuda desesperada. “¡Se suicidó! ¡Se suicidó!”, gritaba la mujer, que rápidamente se encontró rodeada de vecinos. Ante cada uno de ellos repetía la misma versión: “(Ramírez) se había suicidado tras una discusión que habían mantenido esa misma mañana”.
Podría haber sido un crimen perfecto, pero la mujer se apuró demasiado en salir a desparramar su coartada y cuando los efectivos de la comisaría 4ta. de Quilmes entraron al taller para bajar el cuerpo de Ramírez de la viga de la cual supuestamente se había colgado, resultó ser que lo encontraron vivo.
El gomero todavía tenía signos vitales por lo que fue trasladado de urgencia en una ambulancia al hospital. Entonces fue cuando su mujer mostró verdadera preocupación y aclaró que “no quería que nadie visitara a su marido, salvo ella”.
“Ella quería terminar lo que había empezado”
Ramírez pasó varios días internado en terapia intensiva en un coma inducido. El paso de las horas y la postura intransigente de su esposa dieron paso a la peor sospecha. “Ella pretendía en todo momento estar a solas con mi hermano”, dijo a TN Graciela, la hermana del gomero, y especuló: “Quería terminar con lo que había empezado, lo quería matar”.
Así empezaron las preguntas, pero Báez no se quebraba. Sin embargo, varios testigos coincidieron al declarar que la habían visto entrar a la gomería de su esposo acompañada por otro hombre. Y entonces sucedió lo inesperado.
Ramírez se despertó y aseguró: “Mi mujer me quiso matar”.
El plan criminal
El relato de la víctima fue breve pero contundente. El 6 de marzo a la noche, mientras cerraba su gomería, entró su esposa junto a una expareja de ella, Iginio Morales Ocampo, y lo empezaron a golpear. Casi desmayado, le pusieron una soga alrededor del cuello y lo colgaron de la viga, con la intención de matarlo.
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Más tarde su hermana, en otra nota con los medios contó que “Héctor vivió un calvario porque la mujer que lo enamoró en poco tiempo y se casó con él para asesinarlo y quedarse con sus bienes”.
“Mi hermano estuvo cinco días casi muerto pero una tarde abrió los ojos y contó que su mujer lo quiso matar. Ella nunca se imaginó que iba a ir presa por asesina”, agregó. “Se quiso quedar con la casa, una camioneta y dos negocios. Ella estaba acostumbrada hacer esas cosas macabras, hasta corrió a los hijos de él de la casa y planificó el homicidio con su expareja”, cerró.
Con el avance de la causa, que tuvo a cargo el fiscal Ariel Rivas, se descubrió que no era la primera vez que Báez y su exnovio quedaban involucrados en un hecho criminal. Los investigadores revelaron oportunamente que investigaban la muerte de un anciano al que la mujer cuidaba en 2018 en la ciudad de La Plata y al que, incluso, le cobraba la jubilación.
Hasta el título de una propiedad en Berazategui que tenía a su nombre Báez quedó bajo sospecha a esa altura, ya que creían que podía ser el resultado de “alguna maniobra delictiva similar”.
El juicio
Dos años después de que Ramírez apareciera colgado de una viga en su gomería, un jurado integrado por doce vecinos de la zona, determinó de manera unánime que Leonor Báez era culpable del intento de asesinato de su marido, Héctor Ramírez, durante la madrugada del 6 de marzo de 2019 dentro del local ubicado en la calle Mosconi y la calle 853 de San Francisco Solano.
Tras el veredicto del jurado popular y después de escuchar los fundamentos de las partes, el juez Fernando Celesia, del Tribunal N° 1 de Quilmes, decidió el monto de la pena: 14 años de prisión por el delito de “homicidio calificado por el vínculo en grado de tentativa”.