El macabro final de Diego Barría después de siete días de búsqueda conmocionó al país y todavía es tema de investigación. Es que, después de que encontraran el antebrazo del hombre en el interior de un tiburón atrapado por un grupo de pescadores de la zona, ahora intentan dar con el resto de su cuerpo y esclarecer qué fue lo que le ocurrió.
“Es una trama de una película muy bizarra y muy triste”, dijo a TN José Mazzei, Subsecretario de Protección Civil y Gestión del Riesgo de Chubut, sobre el azaroso hallazgo realizado por los pescadores. Y añadió: “El impacto que causó (en la comunidad) fue tremendo”.
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Hasta el momento, la hipótesis más firme apunta a que Barría tuvo un accidente con el cuatriciclo y que después el cuerpo se lo llevó el mar. En esta línea, la investigación busca también averiguar si pudo haber chocado con alguien o si se accidentó solo.
Mientras se espera el resultado de las pericias realizadas al vehículo de la víctima y sobre los restos encontrados dentro del animal, Mazzei indicó que la causa sigue caratulada como “Averiguación de paradero”. “Solo apareció esa parte del cuerpo...”, explicó.
Una semana de búsqueda desesperada
Barría salió de su casa con su cuatriciclo el sábado 18 de febrero con la intención de dar un paseo por la zona de Rocas Coloradas. No era la primera vez que lo hacía y conocía muy bien el terreno, por eso con el paso de las horas y sin tener noticias suyas la preocupación empezó a aparecer entre los familiares.
Todos salieron a buscarlo. La familia, los amigos y las fuerzas de seguridad desplegaron en poco tiempo un importante operativo de búsqueda por tierra y, ante la falta de resultados, se le sumaron más tarde sobrevuelos.
El cuatriciclo de Barría fue lo primero que se encontró. Estaba junto al casco y sin rastros de su dueño, pero los graves daños que se advertían a simple vista en la carrocería del vehículo fueron el primer indicio de un posible accidente. Entonces lo empezaron a buscar también en el agua. La tragedia ya casi se podía respirar, pero fue un grupo de pescadores el que terminó de confirmarlo de casualidad.
“Abrí el tiburón y encontré el antebrazo”
Los audios de WhastApp entre los pescadores que descubrieron los restos del hombre siete días después de su desaparición se viralizaron en Comodoro Rivadavia tan rápido como se esparció el horror. “Tuve tanta mala suerte que lo encontré yo. Fui a pescar y se me da por abrir la panza del tiburón y encontré un antebrazo con un tatuaje”, señaló uno de ellos.
Y completó: “A ese lo pescamos a las ocho y media, a las nueve alzamos todas las cosas y fuimos a Caleta. Le comentamos lo sucedido, le entregamos la bolsita con los restos humanos. Después me pasaron una foto con el antebrazo con una rosa que decía ‘Josefina’, se la mostré al de Prefectura y me dijo que sí, que era él”.
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Si bien falta todavía la confirmación oficial a partir de los cotejos de ADN, este dato fue clave para que los familiares de Barría pudieran reconocerlo.
En tanto, siguen adelante los operativos para encontrar el resto del cuerpo de la víctima y “se están tomando declaraciones a los pescadores que estuvieron en el lugar a los fines de saber en qué lugares estuvo Diego Barría antes del accidente”, señaló a los medios locales la jefa de la División de Búsqueda de Personas de Comodoro, Daniela Millatruz.
Quién era Diego Barría
Barría tenía 32 años, estaba casado con Virginia Brugger y tenían tres hijos. Era un amante de la pesca, la aventura y las 4×4 estilo jeep, con las que solía fotografiarse y salir de travesía.
De acuerdo a lo que indica su biografía en redes sociales, trabajaba como mecánico y chofer de un camión de una empresa vinculada a los servicios petroleros en la ciudad de Comodoro Rivadavia.
En las últimas horas, su esposa compartió en su perfil de Facebook un conmovedor mensaje junto a una foto con la víctima. “Mi corazón se fue con vos, te amo para siempre”, escribió en esa red.
Qué tan peligrosos son los cazones
El macabro hallazgo de los restos despertó curiosidad por los cazones, esta especie perteneciente a la familia de tiburones que habitan el Mar Argentino en cuyo interior se encontró el antebrazo del hombre desaparecido.
Los cazones o Galeorhinus galeus viven en aguas templadas cerca de la costa, a una profundidad de entre 40 y 100 m de profundidad. Se alimenta de peces como sardinas, jureles y caballas, y también de crustáceos y animales invertebrados.
Aunque forma parte de la familia de los tiburones, se trata de una de las especies de menor tamaño - suele medir entre un metro y metro y medio de largo - y es prácticamente inofensivo.
Según indicó un experto en diálogo con La Opinión Austral, los cazones no suelen ser peligrosos, pero eso no significa que no se den casos en los que una persona pueda recibir una mordida. Si eso ocurre, las probabilidades de que se haya producido por un accidente son bastante altas, aunque también cabe la posibilidad de que reaccionen con cierta agresividad si se ven amenazados.