Los videos que circulaban entre los internos de la Unidad 18 de Gorina -La Plata- duran entre 10 y 15 segundos, aunque son elocuentes: exhiben a un guardiacárcel arrodillado mientras le practica sexo oral a un detenido. Esas imágenes originaron, hace seis meses, una investigación que desembocó en la detención de V., un oficial con casi 20 años de trayectoria en el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).
Tras una orden de allanamiento librada por el Juzgado de Garantías N° 2, la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de La Plata interceptó al hombre en un domicilio de la calle 4 y 424, en la capital bonaerense. Allí V., de 43 años y que tenía el rango de subprefecto, conoció los cargos en su contra: abuso sexual con acceso carnal simple y agravado por haber ocurrido durante sus labores, haber tenido bajo su custodia a las víctimas y usar su poder sobre ellas para cometer los ataques.
Leé también: La Plata: detuvieron a un guardiacárcel que abusaba de presos a cambio de informes de buena conducta
V., que desde el fin de semana pasa las horas en la celda de una comisaría a la espera de un inminente pedido de prisión preventiva, no era uno más entre los penitenciarios de la Unidad 18 de Gorina. Ocupaba un puesto clave y de especial interés para los internos: de él dependían los informes de “conducta y concepto” que influyen en forma directa sobre la situación procesal de cada detenido.
Sexo oral a cambio de buenas calificaciones: cómo se elaboran los informes de conducta en el régimen penitenciario
En el régimen penitenciario argentino, proceso que atraviesa cada interno en cumplimiento de la pena privativa de libertad, la calificación de “conducta” determina la frecuencia de las visitas y la participación en actividades recreativas, mientras que la de “concepto” sirve de base para el otorgamiento de salidas transitorias, semilibertad, libertad condicional, libertad asistida, conmutación de pena e indulto.
De acuerdo con la investigación impulsada por la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N° 16 de La Plata, a cargo del fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta, el acusado abusaba sexualmente de detenidos a cambio de calificaciones positivas en su conducta.
Para un interno, una buena nota lo es todo. Las determinaciones que tome el juzgado que lleva adelante su causa dependen en gran medida de esos informes, que se elaboran trimestralmente, en marzo, junio, septiembre y diciembre de cada año. Si la calificación es mala, la situación del detenido empeora.
Leé también: En un fallo inédito, condenaron al Estado a pagarle 10 millones de pesos a dos mujeres abusadas por policías
Una carrera de casi 20 años y un rol clave en la actualidad: quién es el guardiacárcel detenido por abuso sexual contra internos
Según su ficha técnica -a la que TN tuvo acceso-, V. ingresó en el Servicio Penitenciario Bonaerense el 22 de julio de 2004. Desde entonces escaló posiciones hasta llegar, a principios de 2018, a la que ostentaba en la actualidad: coordinador de formación técnica y oficios, bajo dependencia de la oficina de Vigilancia y Tratamiento.
En el ejercicio de ese rol, el poder de V. iba más allá: el subprefecto tenía a su cargo los cursos de capacitación laboral para los detenidos en la unidad carcelaria, y participó de diversas actividades difundidas por el Servicio Penitenciario Bonaerense.
La causa se originó tras una denuncia radicada el 22 de agosto del año pasado por el área de Asuntos Internos del propio SPB, luego de que un detenido le mostrara a un penitenciario una de las imágenes que forman parte de la investigación.
Tras su detención, V. se negó a declarar. En el allanamiento, el personal policial secuestró una notebook, un celular y un pendrive que serán peritados. El acusado fue pasado a disponibilidad preventiva por el servicio penitenciario.
Según el expediente, los abusos fueron cometidos entre julio y agosto del año pasado y al menos dos víctimas -jóvenes detenidos por robo- dieron testimonio en sede judicial.
Leé también: Abuso grupal en Palermo: la víctima denunció que uno de los acusados le envía videos desde la cárcel
La Unidad 18 de Gorina posee un régimen cerrado con modalidad atenuada cuyo destino específico es el tratamiento de conductas y uso indebido de drogas. Funciona como una comunidad terapéutica para personas restringidas de la libertad con trastornos de consumo, y allí trabaja un equipo multidisciplinario compuesto por psicólogos, operadores socioterapéuticos, asistentes sociales, terapistas ocupacionales, docentes y psicopedagogos, entre otros.
