Nuevos datos se suman a la investigación por el femicidio de Valeria González, un caso que mantiene a la ciudad de Mar del Plata en un estado de profunda conmoción. La mujer de 28 años fue asesinada y arrojada a la cámara séptica de su casa por Sebastián Cechetto de 46 años, quien era su pareja y padre del hijo que tenían en común.
Valeria estaba desaparecida desde el jueves y el viernes creció la preocupación de su padre dado que no tenía noticias de la joven y no había asistido al cumpleaños de su madre, como estaba planeado. En este escenario, el hombre se comunicó con Cechetto y le dijo que iría a hacer la denuncia, que efectivamente realizó en la comisaría octava de Batán.
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Rápidamente, los familiares de la mujer se embarcaron en su búsqueda por distintos sitios. En medio de la frenética recorrida, dos hermanos de González encontraron al femicida en un boliche de Batán y se desató una pelea en el local. Finalmente, Cechetto se dio a la fuga en su camioneta Volskwagen Amarok y arrojó el vehículo al mar sin dejar rastro sobre su paradero.
En paralelo, el padre de la víctima se dirigió a la casa de su hija y al ver movida la tapa de cemento de la cámara séptica, se acercó, iluminó el camino y descubrió el cuerpo flotando a algunos metros de profundidad.
La policía de Batán acudió a la vivienda tras el aviso dado por el padre de González. Con la llegada de la Policía Científica se logró extraer el cuerpo con marcas de ahorcamiento ya entrada la madrugada del viernes. El cadáver de Valeria presentaba un estado de rigidez que lleva a suponer que la muerte se produjo varias horas antes.
La Volkswagen de Cechetto fue hallada en el mar sin ocupantes en su interior y el equipo a cargo de la investigación no descarta ninguna hipótesis. Ahora, efectivos de distintas fuerzas desplegaron un operativo de búsqueda por mar, tierra y aire para dar con el criminal.
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Gabriela, prima de la víctima, compartió un sentido mensaje para recordar a González y pedir justicia por su asesinato. “Lamentablemente, perdimos a mi prima, de la peor manera, de la cual jamás nos hubiéramos imaginado, de la que jamás desearía que alguien viviera”, redactó.
“Ella nunca se fue: a Vale la mataron, la mató el padre de su bebé, la persona con la cual había dormido horas antes, la misma que se paseó por todo Batán sin sentir un poquito de culpa, sin importarle que le arrebató la vida a la mamá de su hijo”, lamentó Gabriela.
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