Este lunes el Tribunal Oral en lo Criminal 4 de Mar del Plata dará a conocer la sentencia en el juicio por el crimen de Carlos Bustamante, asesinado en Miramar en marzo de 2019, en el mismo lugar donde, ocho años antes, fue estrangulado su hijo Gastón, de 12 años. Tanto la fiscalía como la familia de la víctima pidieron que la esposa, Verónica González, sea condenada a prisión perpetua.
González llegó al debate como única acusada de matar a golpes a quien fuera su pareja, de 66 años, imputada por el delito de “homicidio agravado por el vínculo y por alevosía”. En su favor, la defensa solicitó que el hecho sea encuadrado como “homicidio bajo circunstancias extraordinarias de atenuación” y pidió la pena mínima prevista para esa figura.
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De acuerdo a la fiscal Ana María Caro, titular de la Unidad Funcional de Instrucción descentralizada de Miramar, en las cuatro jornadas de juicio en las que declararon cerca de 30 testigos se pudo probar que la mujer mató a golpes a Bustamante, en la misma vivienda en la que en noviembre de 2011 había sido asesinado Gastón, un hijo de 12 años del matrimonio, en un hecho que nunca se esclareció investigado en otro expediente.
Según expuso Caro en su alegato final ante el tribunal, quedó demostrado que la acusada atacó a su esposo “en la habitación” de la casa, entre la madrugada y la mañana del 22 de marzo de 2019, mientras él dormía, y tras “un desplazamiento de la víctima al comedor” hubo “un segundo ataque” en el que se produjeron “las heridas de mayor gravedad”.
A causa de las lesiones sufridas, entre ellas “hematomas múltiples y fractura de cráneo”, el hombre fue internado de urgencia en el Hospital Municipal de Miramar, y después trasladado por la gravedad del cuadro al Hospital Interzonal General de Agudos de Mar del Plata, donde murió al día siguiente.
Además señaló que las pericias realizadas confirmaron que eran de la víctima las manchas de sangre que se encontraron en la ropa de la acusada, y que la mujer “trató de borrar rastros” a través del lavado de manos.
Por último indicó que cuando llegó la ambulancia al domicilio de calle 27, entre 46 y 48, para asistir a su marido, ella “no intentó socorrerlo” y se comportó “de una manera desafectiva” hacia él, mientras yacía herido y ensangrentado en el comedor.
En la misma línea, el abogado Alejandro Borawski, representante de familiares de la víctima, pidió la pena máxima para la imputada, tras coincidir durante su alegato en que “hubo un primer ataque en la habitación”, mientras Bustamante dormía “en plena madrugada” y que “lo terminó de matar en el living”. “Lo abordó en dos ocasiones, ambas con la víctima en un estado de indefensión absoluta”, señaló Borawski.
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También se descartó la intervención de una tercera persona o la hipótesis de un robo, porque no había aberturas dañadas y se encontró dinero en el interior de la casa.
El alegato de la defensa
El defensor oficial Ricardo Mendoza sostuvo por su parte ante el tribunal que, aunque no está en discusión la autoría del crimen, el hecho debería ser encuadrado como “homicidio bajo circunstancias extraordinarias de atenuación”, y pidió en ese sentido a los jueces la pena mínima prevista para esa figura.
Mendoza entendió que la mujer “no tuvo una total capacidad de comportarse de acuerdo a las normas”, debido a un tipo de “personalidad anormal” descripta por peritos durante el juicio, y a una relación de pareja con Bustamante “que estaba signada por la violencia machista”.
La acusada, quien fue detenida el día del fallecimiento de Bustamante y cumple prisión preventiva desde el 26 de abril de 2019, siguió de manera presencial todas las audiencias del juicio, y no quiso realizar ninguna declaración ante el tribunal.
