Luego de varios allanamientos, la Policía de la Ciudad logró desbaratar este jueves a la banda de los “33 Orientales”. Se trata de un grupo de delincuentes que realizó en los últimos meses al menos 20 entraderas en los barrios porteños de Caballito, Parque Chacabuco y Almagro.
Los investigadores lograron identificar a uno de los integrantes por dos huellas dactilares halladas en la casa de una víctima. Según fuentes oficiales, los detenidos ya fueron indagados por el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 6, a cargo de María Provítola.
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Uno de los delincuentes quedó procesado con prisión preventiva por los delitos de “robo, privación ilegítima de la libertad y lesiones”, mientras que los tres restantes permanecen detenidos a la espera de la resolución de sus situaciones procesales.
Las primeras investigaciones comenzó tras el robo en una vivienda del barrio de Caballito la noche del 12 de mayo. En esa ocasión, tres delincuentes ingresaron por el balcón y sorprendieron al dueño de casa, al que ataron con precintos.
Los delincuentes amenazaron al hombre con un cuchillo que tomaron de la cocina y le ocasionaron lesiones en los dedos de la mano derecha como intimidación para que les dijera dónde guardaba su dinero. Tras la insistencia, lograron robar US$2000, una suma importante en pesos y varios objetos de valor.
Cómo cayó la banda de los “33 Orientales”
Los peritos de la Superintendencia de la Policía Científica hallaron en el lugar de ese primer robo una huella dactilar sobre el cuchillo que uno de los delincuentes tomó y esa pista fue clave para dar con uno de los ladrones. Esto -sumado a análisis de redes sociales y tareas de campo- permitió encontrar el domicilio del joven de 19 años.
Finalmente lo detuvieron en un departamento de la calle Neuquén al 700, en Caballito, al que los delincuentes llamaban “el búnker”, ya que allí llevaban lo que robaban.
En ese mismo lugar, los policías hallaron una pared falsa en el cielorraso, detrás de la cual se ocultaban teléfonos celulares, equipos de comunicaciones tipo “handy”, elementos de reducción de personas, como así también una PlayStation 4 y una campera deportiva utilizada al momento de cometer el robo en Caballito.
Tras un análisis a los teléfonos encontrados al primer detenido, los investigadores descubrieron varias conversaciones en un grupo de WhatsApp llamado “Los 33 Orientales”, porque la banda utilizaba como punto de encuentro esa calle del barrio de Boedo.
Por lo que se pudo reconstruir, se cree que los delincuentes cometieron varios hechos similares al de Caballito y que alrededor de 20 habían sido responsabilidad de la banda. En todos se destacó la utilización de métodos violentos para intimidar a las víctimas.
Con los datos y domicilios de los secuaces, el juzgado de María Provítola ordenó dos allanamientos en Almagro y Parque Chacabuco para dar con otros tres delincuentes.
La policía interceptó a un sospechoso cerca de la calle Beauchef al 1400. En su domicilio decomisaron tres teléfonos celulares y una campera inflable azul y rojo que fue señalada por los testigos como parte de la ropa de uno los ladrones.
Mientras esto sucedía, los oficiales observaron que un hombre miraba hacia el interior de la casa: era el tercer integrante de la banda, un argentino de 27 años que también fue detenido.
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En simultáneo, el segundo allanamiento se concretó en Venezuela al 4000, donde los oficiales apresaron al cuarto integrante. Se trata de un joven de nacionalidad paraguaya al que le incautaron un teléfono celular iPhone XS y una computadora notebook Vaio, que había sido robada de la casa de una anciana.
Para el juez de la causa, el modus operandi de la banda se desarrollaba con la planificación precisa de cada uno de los hechos a cometer, mediante la obtención de datos sobre la ubicación de los domicilios de las víctimas y la posibilidad de ingresar a ellos desde edificios linderos o terrazas , con armas y con el fin de robar.
