Como hacía casi todos los días de su vida, el 1° de octubre de 2019 Claudio Romano pasó a buscar a los pacientes que tenía que llevar a un centro de rehabilitación en Villa Crespo, y tras el viaje habitual, los dejó en el establecimiento y se dispuso a esperar.
Sabía que iban a demorar algunas horas, por lo que decidió ir a cargar gas, tal como se lo comentó a su pareja, aunque después tenía pensando estacionar el vehículo en una de las calles. Sin embargo, algo pasó. Y lo que sucedió en esos 15 minutos entre que la víctima se comunicó por última vez con su familia y después resultó baleado por la Policía de la Ciudad, aún todavía es un misterio.
Es que tal como quedó registrado por las cámaras de seguridad de la zona, Claudio se bajó de su auto, que estacionó detrás de un patrullero ubicado sobre Malabia al 900, pero lo hizo herido en su abdomen y con un cuchillo en la mano. Todo ensangrentado, se acercó hasta el vehículo policial que era manejado por el agente Darío Ramón Pérez y lo lastimó en el brazo. Ese acto desencadenó todo los demás.
Las imágenes de las grabaciones muestran como Claudio fue acribillado por los tres oficiales que estaban en el patrullero, quienes dispararon al menos 9 veces contra el hombre de 39 años. Tras haber lastimado a uno de los policías, los tres empezaron a dispararle y cuando la víctima cruzó por adelante del auto, los agentes siguieron gatillando. Aunque Romano luego cayó al suelo y soltó el cuchillo, usaron nuevamente sus armas.
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Por eso mismo, los oficiales Darío Ramón Pérez, Alejandra Beatriz Manzanelli e Isabel López fueron rápidamente imputados por el delito de “homicidio calificado”. A pesar de que estuvieron detenidos cerca de un mes, por distintas cuestiones luego recibieron el beneficio de la domiciliaria.
“Los tres están libres, y en funciones, haciendo tareas administrativas. Las dos mujeres dijeron que tenían nenes chiquitos y Pérez que su esposa estaba embarazada y quedaron libres”, explicó en diálogo con TN Lucía Sánchez, quien era pareja del hombre fallecido.
Además, comentó que si bien la causa ya fue elevada a juicio hace casi tres años, porque la instrucción se hizo rápido, lo cierto es que nunca se acordó una fecha para el inicio del debate. “El tribunal ya está sorteado y una vez por semana mi abogada manda mails para preguntar y le dicen que está en proceso. No se puede cerrar un ciclo, no se puede nada sin un juicio”, sostuvo.
En este sentido, María del Carmen Verdú, integrante de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional y la letrada que representa a la viuda de Romano, aclaró: “La causa fue elevada al TOC a fin de 2019. La feria extraordinaria de marzo a agosto de 2020 suspendió el trámite. Luego se reanudó, las partes ofrecimos prueba y la Fiscalía y la defensa del GCBA pidieron medidas de instrucción suplementaria, que demoraron mucho por las restricciones durante la pandemia. Ya está todo terminado y sólo subsiste el cuello de botella del TOC”.
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En este sentido, la abogada comentó que no existe un tiempo determinado de espera para que se resuelva una fecha para el inicio de un juicio, aunque esa decisión si se debería llevar adelante en “un plazo razonable”.
La investigación del crimen estuvo siempre a cargo de la jueza criminal y correccional Ángeles Gómez Maiorano, quien nunca delegó la investigación a la fiscalía. Entre las medidas que pidió durante la instrucción, una que fue clave y que será igual de importante para el debate, es la autopsia.
Del informe forense realizado en el cuerpo de Claudio surgió que la víctima presentaba nueve disparos, que tenía cortes superficiales en sus dos muñecas y que además tenía tres puntadas en su estómago. Las últimas heridas fueron realizadas antes del ataque, y al día de hoy todavía es un misterio lo que pasó durante los minutos previos.
“Sangre hasta en el techo del auto había, ahí adentro hubo una pelea. Yo no sé si se va a poder saber qué fue lo que pasó antes. Pero al menos me importa que los policías sean condenados en un juicio y que cumplan con la pena. Ya de por sí, ahora van a estar libres hasta el día del juicio”, se quejó Lucía, quien sostiene firmemente que los agentes ocultan cosas.
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Es que para ella, no es posible que ninguno de los tres acusados no conociera a Claudio, ya que él estacionaba siempre en las calles cercanas al centro de salud, porque era normal que llevara a sus pacientes y los esperara hasta su salida.
“En ninguna de las cámaras de seguridad se lo muestra a Claudio en los momentos previos al ataque. Hay tres cámaras por cuadra en lo que es la Ciudad y no se puede saber dónde estuvo ni dónde cargó gas. Había cámaras de seguridad, pero cuando se abrieron, que los vecinos las aportaron, una se borró, la otra no se podía abrir y así con las demás. El día siguiente, yo fui a preguntarle a los vecinos qué había sucedido, habían pasado los policías y les habían pedido las cámaras de mala gana, maltratando a todos y de forma prepotente, y nadie quería hablarme”, cerró.
