Ninfa Aquino Chamorro, la empleada doméstica detenida por el doble homicidio del matrimonio en Vicente López, se presentó ante los fiscales Martín Gómez y Alejandro Musso para declarar en indagatoria. Sin embargo, la mujer optó por no responder preguntas y, en cambio, presentó un escrito de una carilla y media con su versión de lo que sucedió en el interior de la casona de Melo al 1100.
De acuerdo a fuentes de la causa, la declaración escrita dejó más grises en la escena. La mujer dio una explicación muy vaga sobre los pasos que dio el jueves cuando, según su testimonio, encontró asesinados a María Mercedes Alonso y Enrique del Río, dentro del Mercedes Benz de la pareja, estacionado en el garage.
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La declaración tiene serias contradicciones con lo que observaron los detectives en el lugar del hecho, la reconstrucción a través del testimonio de los tres policías que llegaron primero a la escena, tras el llamado al 911, y lo que los propios fiscales pudieron notar en la casa. Al mismo tiempo, el minucioso trabajo de la Policía Científica con los cuerpos y la estructura de la casa.
Todos estos elementos, simplemente, no coinciden con sus palabras acerca de cómo se movió esa mañana. Por el momento, para los fiscales hay indicios muy claros de la responsabilidad de Aquino, por lo que continuará detenida como partícipe necesaria de doble homicidio criminis causa.
Qué dijo la empleada doméstica detenida por el doble homicidio del matrimonio en Vicente López
Ninfa Aquino aseguró que llegó a la casa 6.40 y que hizo una tarta. Admitió que vio el desorden pero que no le prestó atención. Según las fuentes, ese dato es importante porque la vivienda “estaba dada vuelta”. También dijo que el matrimonio -que estaba por mudarse al edificio Chateau de Núñez- “no bajaba” al piso, algo que sí la sorprendió y le generó temor.
Según su relato, a las 9 AM, asustada, llamó a la enfermera de Enrique del Río, que estaba por llegar, para comunicarle que estaba preocupada porque “la señora no bajaba”. Los investigadores no entienden por qué no se asomó por la puerta abierta de la habitación para verificar que todo estuviera bien o por qué no los llamó.
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En cambio, se comunicó con una persona que no estaba en el lugar para preguntarle qué podía hacer. Luego, bajó, abrió la puerta del garage, prendió la luz, vio a los muertos, salió corriendo, cerró la puerta del garage, sacó la llave, la colgó y apagó la luz. “Una secuencia muy extraña si acabas de ver esa situación”, opinan los investigadores.
Luego, subió y siguió corriendo por lo que se tropezó con una alfombra y ahí encontró una vaina que guardó. Según su relato, ahí salió a la calle y llamó a los hijos. El dato que no cierra en este punto es que la alfombra con la que dice haberse tropezado, “está a la izquierda, a metros, de la puerta de salida. Es imposible que se pueda haber tropezado con ella al salir”.
Aquino también dio su versión sobre el monedero de Alonso que fue encontrado en el allanamiento a su casa de Pablo Podestá, hallazgo que sumó una evidencia clave en su contra.
La mujer afirmó que su empleadora le había regalado hace tiempo ese sobre rojizo que, estiman, contenía la llave de la caja fuerte que el matrimonio tenía en su casa y del que fueron sustraídos dinero y joyas.
Asimismo, la empleada doméstica -que trabajó durante once años para el matrimonio asesinado- no dio explicaciones sobre la foto de la caja fuerte que estaba en su celular. Creen que la envió para que las personas que ingresaron a la residencia supieran qué buscar.
Los investigadores también encontraron una foto borrada en el dispositivo: era la imagen del monedero. Según dijo Aquino, envío la imagen a su hija para avisarle que lo había encontrado, luego de haberlo perdido con dos mil pesos en su interior.
La escena del crimen: el Mercedes Benz del matrimonio
Las víctimas estaban sentadas con los cinturones de seguridad colocados en los asientos delanteros del Mercedes Benz E350, la mujer del lado del conductor y el hombre como acompañante.
El tirador los ejecutó con una pistola calibre 9 milímetros de atrás hacia adelante de derecha a izquierda, por lo que se cree que podía estar en el asiento trasero.
Las pesquisas hallaron también un disparo en uno de los livings de la casona, que atravesó un almohadón, quedó incrustado en el piso de parquet y cuya vaina la ahora detenida dijo haber encontrada tirada en una alfombra, por lo que no se descarta que antes de ser asesinadas en el auto, las víctimas hayan estado un tiempo siendo intimidadas.
La autopsia confirmó que a Del Río lo asesinaron de tres disparos (uno que ingresó entre dos cervicales, otro en la región intercostal izquierda y el tercero en el muslo izquierdo), y a la mujer un único tiro en la cabeza que salió por el rostro.
Estiman que el doble homicidio fue cometido entre la tarde y la noche del miércoles.
