Jorge Néstor Mangeri, portero de la calle Ravignani al 2360 de Palermo, condenado a prisión perpetua por el femicidio de Ángeles Rawson, permanece alojado en el Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza, que depende del Servicio Penitenciario Federal.
Mangeri fue detenido el 15 de junio de 2013, luego de confesarle a la fiscal Paula Asaro: “Soy el responsable de lo de Ravignani 2360. Fui yo”. En aquel momento, el portero tenía 45 años y ahora tiene 54.
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Aunque ese diálogo no fue parte de la acusación en el juicio, las pruebas en su contra fueron suficientes para la condena del 15 de julio de 2015, por femicidio en concurso ideal con abuso sexual y homicidio agravado criminis causae, una pena que fue ratificada en todas las instancias, incluso la Corte Suprema de la Nación, en 2018.
Como recibió la pena máxima, recién podrá pedir la libertad condicional tras 35 años de encarcelamiento, es decir, en 2048, dentro de 26 años, cuando tenga 80. Y no es obligatorio que le otorguen el beneficio.
Jorge Mangeri preso en la cárcel de Ezeiza: fajinero y sus compañeros en prisión
Mangeri está alojado en el módulo 1 pabellón “C” del penal de Ezeiza, donde es “fajinero”, es decir que está encargado de las tareas de limpieza.
En ese pabellón suele haber otros internos vinculados a causas de repercusión pública, consignó la agencia Télam.
Entre sus compañeros de prisión tuvo al exbaterista de Callejeros Eduardo Vásquez, condenado por el crimen de su esposa Wanda Taddei; al ex titular de la Unión Ferroviaria José Pedraza, condenado por el crimen de Mariano Ferreyra y ell financista Leonardo Fariña.
El femicidio de Angeles Rawson y la evidencia clave contra el portero: el ADN en una uña
Ángeles Rawson, de 16 años, desapareció el 10 de junio de 2013 en su edificio del barrio porteño de Palermo y su cadáver apareció en la planta de tratamiento de residuos de la Ceamse de José León Suárez.
En el juicio realizado en 2015, se dio por acreditado que aquel día a las 9.50 –horario en el que quedó grabada por las cámaras de la cuadra-, Ángeles Rawson regresaba de su clase de gimnasia, llegó al edificio de Ravignani 2360, en Palermo, pero no llegó a entrar a su departamento de la PB “A”: antes se cruzó en el hall con el portero.
Para la Justicia, con algún engaño, Jorge Mangeri llevó a Ángeles Rawson a un sitio del edificio -para la fiscalía fue el sótano y para la querella la portería del octavo piso-, donde inició un ataque sexual no consumado que terminó en el homicidio.
Una junta médica concluyó que Ángeles murió estrangulada y sofocada en no más de cinco minutos y que su asesino le fracturó cinco costillas, la clavícula derecha y una vértebra.
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Si bien no llegó a ser violada, la víctima tenía en una de sus rodillas, en la ingle y en la cara interna de los muslos, lesiones paragenitales que probaron que padeció un ataque sexual.
Según la sentencia, Mangeri ató y acondicionó el cadáver de la adolescente dentro de bolsas de residuos para luego desecharlo en algún contenedor de basura que no fue identificado.
La evidencia clave contra Mangeri fue el cotejo de ADN que determinó que debajo de la uña del dedo índice de la mano derecha de Ángeles se halló el perfil genético del portero, lo que probó que la chica rasguñó a su asesino en un intento de defensa.
Mangeri tenía 34 lesiones de las cuales más de 20 eran arañazos que habían sido enmascarados con quemaduras.
El 15 de julio de 2015, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 9 condenó a Mangeri a perpetua como autor de los delitos de “femicidio en concurso ideal con abuso sexual y homicidio agravado criminis causa”.
El recuerdo de la mamá de Ángeles Rawson, a nueve años del femicidio: “Te extraño tanto que me ahoga”
Jimena Aduriz, la madre de Ángeles Rawson, compartió un emotivo video en el que su hija de 16 años interpretaba una de sus canciones favoritas, “My inmortal” (Mi inmortal), de la banda estadounidense Evanescence.
Según contó Aduriz, el video de 4 minutos y 24 segundos fue grabado unos pocos meses antes de su muerte en junio de 2013, en una de las habitaciones del departamento de la calle Ravignani 2360 de Palermo, donde vivían.
“La música era algo muy importante para ‘Mumi’ y éste era un tema icónico para ella, uno de sus favoritos. Ya lo había cantado en su fiesta de graduación de séptimo grado”, contó la mamá de Ángeles a Télam.
Al mismo tiempo, la mamá de la adolescente la recordó en Facebook.
“No puedo dejar de pensar y sentir tu pelo enmarañado y medio dormido de la última vez que te di un beso y estabas viva. Fue el domingo 9 a la noche. Nuestra última conversación el lunes 10 cuando te avisé que había que comprar café. Voy y vuelvo caminando las emociones... la angustia, el horror, la confusión. Salto al primer aniversario dónde intentaba proyectar como sería vivir más y más años sin vos”, escribió.
“Es imposible imaginar lo que es transitar este camino cuando te arrebataron la vida siendo tan chiquita y que esto es irreversible”, agregó.
“Hoy no puedo resignificar tu muerte; hoy no puedo ser un ejemplo de fortaleza... Hoy solo abrazo tu cajón tratando de sobrellevar este absurdo. Mañana será otro día. Te extraño mi vida, tanto que ahoga”, cerró.
