Marco Antonio Estrada Gonzáles, el narco peruano que dominó por dos décadas la Villa 1-11-14, del Bajo Flores será expulsado de la Argentina al cumplirse la mitad de su condena de 27 años de prisión. De esta manera, será enviado a Lima bajo la figura del extrañamiento y quedará en libertad, sin deudas judiciales pendientes en el país.
“Marcos”, tal es su apodo, dejará el penal de Marcos Paz por decisión del Tribunal Oral Federal N°3 luego de que su abogada, Laura Fechino solicitara que se cumpla la expulsión ordenada por la Dirección Nacional de Migraciones, el 17 de febrero de 2014, a raíz de un pedido de la PROCUNAR a cargo del fiscal Diego Iglesias.
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En febrero de 2021, el narco recibió una condena de 17 años, que se unificó a una previa de 10 años. Hasta ese momento, la postura de su defensa era oponerse firmemente a la expulsión, una perspectiva que, al parecer, cambió con la pena que vence en septiembre de 2034.
Aunque quedará libre, “Marcos” no podrá regresar a la Argentina y, si lo hace, volverá a prisión. Diego Iglesias y Diego Velasco, fiscales del juicio, estuvieron de acuerdo con la medida. Aunque exigieron que pague la multa impuesta: 45.250 pesos.
La noticia llega en medio de luchas por el territorio en el barrio del Bajo Flores por la sucesión. Tras las detenciones de los capos y sus principales laderos, “Marcos” debió reforzar la alianza con su hermano Fernando “Piti” Gonzáles y sumar a Raúl Martín Maylli Rivera, alias “Dumbo”.
“Los Antiguos”, como los conocen en los pasillos de la villa, pelean por continuar al frente del negocio, una contienda compleja con Piti y Dumbo, prófugos y ahora “Marcos” expulsado.
Estrada González tomó el poder luego de la masacre del Señor de los Milagros, en octubre de 2005, cuando sicarios irrumpieron en la festividad popular y mataron a cinco personas, entre ellas, a un bebé. El rival de “Marcos”, Rutilio “Ruti” Ramos Mariños debió huir a la Villa 31 de Retiro.
Los detectives que lo investigaron ubican el comienzo de su actividad ligada al narcotráfico, al menos, desde 1999. Fue detenido por última vez en diciembre de 2016, en una lujosa casa de un country de Ezeiza, donde vivía junto a su familia y tomaba retratos cotidianos que sus hijos subían a redes sociales. Uno de ellos, la foto en el jacuzzi que ilustra esta nota.
