Cristian Andrés Vivas, el hombre que era intensamente buscado por violar y asaltar a una joven hipoacúsica que atendía una panadería de Virreyes, fue detenido este lunes después de que un vecino lo reconociera cuando viajaba en colectivo por el partido bonaerense de Tigre.
La detención se produjo en las últimas horas y estuvo a cargo de por un efectivo que cumple funciones en el destacamento Los Troncos, dependiente de la comisaría de General Pacheco. Según confirmó una fuente cercana a la causa a Noticias Argentinas, Vivas tiene antecedentes penales por delitos de robo y había salido de prisión hacía un mes.
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En ese sentido, la última condena había sido de cuatro años por “Robo agravado por haber sido cometido mediante la utilización de un arma de fuego cuya aptitud para el disparo no pudo ser acreditada”.
Estuvo en la Unidad 41 de Campana del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) desde el 27 de marzo de 2018 hasta el 22 de febrero pasado. Menos de un mes después entró en el negocio ubicado en la esquina de las calles Avellaneda y Azcuénaga y atacó a la joven empleada, de solo 23 años.
“Sacate la ropa, mirame”
La violación por la que buscaban a Vivas ocurrió el 24 de marzo pasado en una panadería de Virreyes. Ese día el acusado simuló ser un cliente para ingresar al local y unos segundos después sacó un arma de entre sus ropas, amenazó a la empleada y robo tanto el dinero que había en la caja como el que ella llevaba encima.
No conforme con el botín, Vivas la obligó a entrar a un baño del negocio, la ató con un cinturón y abusó sexualmente de ella tras pedirle que se quitara la ropa. Todo quedó registrado en las cámaras de seguridad que se difundieron.
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“Andate para atrás, sacate la ropa. Ahorrame tiempo y mirame”, fueron las palabras del sujeto tras pegarle una piña y un culatazo en la cabeza, según la propia víctima le relató después a su mamá. “En uno de los golpes le rompió los anteojos y quedó con un zumbido en el oído. La apuntó con un arma y la manoseó”, precisó la mujer. Ante dicha situación, la víctima le suplicó varias veces que se vaya y que no le haga nada ya que es madre de dos hijos.
Después de unos minutos el hombre se retiró del lugar como si nada hubiese pasado y la chica quedó encerrada en el baño del local hasta que logró salir y alertar a la policía, que la asistió junto a un equipo médico y otro de contención psicológica.
Luego de haber sido atendida por los médicos de la ambulancia la joven y la dueña de la panadería radicaron la denuncia correspondiente. “Le duelen las costillas, tiene los ojos hinchados de tanto llorar”, comentó la mamá de la empleada.
En la causa interviene la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de San Fernando, a cargo de Sergio Szyldergemejn, quien dispuso las medidas de rutina por los delitos de “robo agravado por haberse cometido mediante el empleo de arma de fuego y abuso sexual agravado por acceso carnal y mediando empleo de arma”.
