Aunque los cuidacoches y los limpiavidrios tienen prohibido por ley ejercer sus actividades en la Ciudad de Buenos Aires desde diciembre del 2018, los vecinos que circulan en auto saben que la situación sigue siendo la misma de siempre.
En determinadas zonas, no pagar la “tarifa” que exigen los trapitos de antemano para poder estacionar implica ponerse en riesgo y exponer el vehículo a represalias de todo tipo: pinchaduras, rayones, abolladuras, vidrios rotos y más.
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Lo que nadie se espera es que le “secuestren” un accesorio del auto. Esto último le pasó a una joven en Palermo, donde un cuidacoches le robó los limpiaparabrisas por haberle dejado plata.
“Mi novia estacionó el auto en Bulnes y Libertador. Un trapito le pidió plata pero como no tenía efectivo prometió dársela al regreso. Cuando volvió encontró un cartel explicando por qué le había robado el (limpia) parabrisas. Increíble”, contó Pablo Siciliano en su cuenta de Twitter.
El posteo, que se hizo viral, salió acompañado por una foto del escrito que el cuidacoches le dejó en el parabrisas con su explicación sobre su accionar.
“Les dije que a las 5 me iba. Cuando vuelvan les cobro el lavado y les devuelvo los (limpia) parabrisas”, escribió el hombre, quien había lavado el auto (por fuera) mientras la dueña no estaba.
La ley hoy prohíbe a los trapitos y limpiavidrios en la Ciudad, con la aplicación de multas económicas y días de trabajo de utilidad pública en los casos que se los detecte “in fraganti” cometiendo la contravención. Además, está determinado el castigo con arresto cuando se compruebe la existencia de una mafia detrás de la práctica, algo que sucede en los alrededores de muchos estadios de fútbol.
Sin embargo, la actividad sigue siendo moneda corriente en la calle y el problema está lejos de ser solucionado: según una encuesta difundida a mediados del año pasado por la ONG Defendamos Buenos Aires, en los primeros 6 meses de 2021 se produjeron 3.000 denuncias contra los trapitos por robo, hurto, extorsión, lesiones y daños.
