“Gorda, me pincharon, me estoy muriendo. Cuida a los nenes, te amo”. Esas fueron las últimas palabras que Jesús Fernández, de 36 años, le llegó a pronunciar a su esposa Valeria, antes de morir tras ser atacado por una patota mientras festejaba Año Nuevo en la ciudad entrerriana de Gualeguay.
Leé también: Salvaje ataque en patota a un joven que festejaba su cumpleaños en un pub de Tucumán
Cómo fue el salvaje ataque a Jesús Fernández
El brutal crimen ocurrió el sábado en el Parque Quintana donde el matrimonio concurrió junto a sus hijos de 14 y 6 años, su nuera de 15 y su sobrina de 13, para continuar los festejos de Año Nuevo. Ese mismo día también celebraban los 17 años que llevaban juntos. Sin embargo, en cuestión de segundos el ambiente festivo se tornó oscuro.
Según relató Valeria, el hombre fue a orinar a un lugar apartado, donde nadie podía verlo, cuando de repente, ella escuchó que Jesús la llamó al grito de “guarda gorda, dale, vení, mirá lo que me hicieron”.
Una joven lo había agredido con un arma blanca. Valeria se alejó poco metros para buscar ayuda, y vio como la agresora se acercaba a ellos junto a una patota de “de entre 25, o 30 chicos”.
“Sin decirnos nada, ni darnos la oportunidad de nada, nos agarran y nos re cag... a palos, nos encerraron. A Jesús lo agarraron entre 10 o 12 a pegarle, apuñalarlo, le pegaron con cadenas. Tenían cuchillos, tenían palos de punta, varillas”, detalló la mujer en declaraciones a TN.
De acuerdo al relato de Valeria, su marido “trataba de pararse”, pero el intento era fallido. “Yo trataba de hacerle presión en la herida con la remera, era una agujero bien grande que sangraba muchísimo, él desde un primer momento sabía que se moría. Lo único que me decía es ‘me muero, me muero’”, recordó entre lágrimas.
Tras recordar que no recibieron ayuda de la gente que pasaba cerca, contó que le dijo a Jesús “vos no te podés morir, no me podés dejar sola”. Y agregó: “Yo no quería tomar conciencia de la gravedad de las puñaladas que le habían pegado, pero él sí sabia que se iba a morir”.
No obstante, Valeria relató que ella también fue víctima del salvaje ataque. “Tengo la cabeza abierta, tengo cuatro o cinco tajos, todos con punto. El ojo cortado, la oreja cortada, una puñalada en el pecho. La cara desfigurada”, expresó. Es que la mujer fue atacada entre “cuatro o cinco” varones.
Al escuchar la agresión, su hijo mayor se acercó al lugar donde también fue agredido y apuñalado dos veces, pero “logró pararse porque unos chicos se metieron y lo ayudaron”. La sobrina también fue atacada a golpes.
Leé también: Procesan y le dan prisión preventiva a siete policías por encubrir el crimen de Lucas González
Respecto a la identidad de los agresores que son menores de edad, Valeria detalló que “paran” en la esquina de su casa y que sabe quién es “la colorada que incitó a la violencia”.
Por el crimen fue detenido un joven de 18 años y tres adolescentes de 15 que, pero como por su edad son inimputables, fueron remitidos a sus domicilios.
La fiscal María Delia Ramírez Carponi remarcó que se tomó declaración a múltiples testigos del hecho y se recabó información de cámaras de seguridad de la zona, lo que permite “no descartar más involucrados” en el crimen.
“Quiero que todos paguen. No puede ser que con 14 o 15 años vos te cagues en la vida de cualquiera y dejes a dos chicos huérfanos porque la Justicia no puede meterte preso”, afirmó Valeria.