Ayer por la noche, en un departamento del piso 46 del monoblock 12 del barrio Ejército de los Andes, popularmente conocido como Fuerte Apache, un joven apuñaló y asesinó a su padre. Al momento de ser aprehendido, según revelaron las fuentes policiales, susurró: “Tengo que matar a mi papá como ofrenda a San La Muerte para estar libre”.
Los efectivos de la comisaría 6ta. de Ciudadela recibieron un llamado al 911 y fueron alertados de lo que había sucedido en uno de los edificios del barrio. Al arribar al lugar, constataron que la víctima, Carlos Alberto Duarte (50), estaba en el suelo sin vida, con una herida profunda en el cuello.
Los policías procedieron a detener a su hijo, a quien se detectó la presencia de sangre en sus manos y en su ropa. Al ser aprehendido, manifestó que había cometido el crimen como ofrenda a San La Muerte.
San la Muerte es un santo venerado principalmente en América del Sur, aunque su culto también se extiende desde América del Norte y América Central. Su veneración, considerada como un culto popular, no es reconocida por la Iglesia católica tradicional.
Durante el procedimiento, los efectivos que trabajaron en el departamento incautaron un cuchillo con mango atado con hilo blanco, tipo “tumbero”, especificaron. El arma blanca también presentaba manchas de sangre.
En la causa intervino la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 3 del Departamento Judicial de San Martín, que dispuso la aprehensión del sospechoso y la realización de pericias y diligencias de rigor. Las autoridades judiciales remarcaron que “la declaración realizada por el sospechoso ante los policías no tiene validez para la causa, por lo que deberá ratificar lo que declaró ante la Fiscalía”.
Un crimen en Catamarca que también involucró a San La Muerte
Esta mañana, la Cámara en lo Criminal de Primera Nominación de Catamarca condenó a la pena de prisión perpetua a Lucas Carrizo. El joven de 19 años estaba imputado por el homicidio doblemente calificado por alevosía y criminis causa de Petrona Centena, una mujer de 77 años.
El hecho sucedió en julio de 2020 en Villa de Pomán. La autopsia del cuerpo de Centena permitió descubrir que había sufrido 40 heridas puñaladas, realizadas con un machete y un cuchillo.
Carrizo confesó que le rendía culto a Dios, el Gauchito Gil y a San La Muerte a quien le decía “El Bicho”. Según declaró, su adicción a las drogas lo llevaba a escuchar la voz de “El Bicho” en su cabeza, que le pedía que asesinara o que, si no lo hacía, se suicidara.
