Terminó la feria judicial y muchos procesos comenzaron a reanudarse. Entre ellos, el juicio al policía bonaerense Luis Chocobar, imputado por exceso en el cumplimiento del deber, por el homicidio de un joven en 2017, que acababa de asaltar y apuñalar a un turista en La Boca. La nueva audiencia se realizó este miércoles a las 11 en los Tribunales de Comodoro Py.
En esta ocasión, fue el turno de los testimonios presentados por la defensa del acusado de haber sido el cómplice de Juan Pablo Kukoc (18), el delincuente que murió por un disparo en la espalda, que en el momento del crimen era menor de edad.
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El juicio comenzó en octubre pasado, pero se detuvo por el receso judicial. Antes, los peritos balísticos de la Policía dieron detalles de la trayectoria de los disparos efectuados por arma reglamentaria del agente y los expertos del Cuerpo Médico Forense informaron sobre el resultado de la autopsia. También declaró Ivonne Kukoc, la mamá del joven que murió, y reclamó una “sanción adecuada” para el policía. Por su parte, Chocobar sostuvo que “cumplió con su deber”.
El 11 de noviembre, el tribunal a cargo de la causa realizó una inspección ocular en el lugar donde ocurrieron los hechos. Durante el recorrido estuvieron presentes el agente y su abogado.
En su declaración, el turista estadounidense Frank Wolek, asaltado por los dos delincuentes aseguró que lo atacaron por detrás y que, en un principio, creyó que eran trompadas que le daban en el estómago y en el pecho, hasta que se dio cuenta que lo estaban apuñalando. Su testimonio se tomó por videoconferencia, ya que no pudo viajar al país por las restricciones impuestas por la pandemia de coronavirus.
Wolek aseguró que en esa oportunidad estaba tomando unas fotografías en la zona cercana a Caminito y vio a un grupo de jóvenes, por lo que decidió alejarse un poco. Sin embargo, dos personas lo tomaron por detrás y, sin mediar palabra, comenzaron a tirarle de la cámara de fotos, tras lo cual comenzó a sentir golpes en su cuerpo.
El Caso Chocobar abrió una gran polémica y su resolución genera expectativas en la sociedad y, sobre todo, entre el personal de las fuerzas de seguridad. Ya que se lo acusa por haberse excedido en el cumplimiento de su deber como policía y vuelve a poner en el centro de la escena el ‘gatillo fácil’.
Cuando se conoció el caso, el policía recibió el apoyo del entonces presidente Mauricio Macri; del exjefe de Gabinete, Marcos Peña; la exministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich; el exjefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y el exministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo. A partir de ahí, las aguas se dividieron, tanto en la sociedad como a nivel político.
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En medio del debate, el Gobierno de Cambiemos puso en marcha un nuevo protocolo para el uso de armas en las fuerzas federales de seguridad que permitía a los policías disparar a sospechosos de delitos, aún cuando tengan réplicas de armas, intenten escapar tras cometer un hecho o cuando se presuma una alta probabilidad de que puedan provocar graves daños a personas sin estar armados. El mismo fue derogado por la actual ministra de Seguridad Sabina Frederic cuando asumió su cargo.
En pocas semanas, se conocerá el veredicto del Tribunal que va a determinar si Chocobar se excedió en su accionar como policía de la provincia de Buenos Aires o si actuó acorde a la reglamentación.
El caso
El 8 de diciembre de 2017, el turista estadounidense Frank Wolek (60) caminaba por el barrio de La Boca y poco antes de llegar a la calle Caminito fue sorprendido por dos delincuentes que le robaron su equipo de fotografía.
En ese momento, uno de los asaltantes, Juan Pablo Kukoc, lo apuñaló una decena de veces en el pecho y lo dejó gravemente herido. Luego, escapó del lugar caminando.
A unas pocas cuadras, el joven fue interceptado por dos personas que habían visto el ataque y Chocobar, que en ese momento que era Policía Local de Avellaneda, se identificó y le pidió que se detuviera. El joven no lo hizo, intentó escapar y el efectivo disparó y mató a Kukoc de un balazo en la espalda.
Un peritaje realizado por expertos de la Policía Federal reveló que la bala que disparó el policía y mató al ladrón primero rebotó en el asfalto, lo que para su defensa demuestra que no apuntó a matar, sino a las piernas.
