Fue liberada por falta de méritos la pareja del presunto autor del femicidio de Florencia Romano. La declaración de los testigos fue clave ya que ninguno la vio en el lugar del crimen. Se trata de Micaela Méndez, de 27 años, quien había sido detenida e imputada en el hecho como coautora del asesinato junto a su novio Pablo Arancibia, de 33.
Si bien fue liberada, sigue imputada en la causa. Fuentes de la investigación informaron que la Justicia hizo lugar al pedido del abogado defensor de Méndez, quien presentó fotografías de su defendida del día y hora del hecho en la casa de familiares en el departamento mendocino de Las Heras.
Por lo tanto, el único detenido por el crimen es Arancibia quien fue llevado al hospital neuropsiquiátrico El Sauce por recomendación de los psicólogos que lo atendieron en la entrevista de ingreso al penal. Según informó Mendoza OnLine, la decisión de trasladarlo fue porque necesitaba asistencia psiquiátrica por temor a que pueda matarse.
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El caso
Florencia desapareció el sábado 12 de diciembre en un domicilio ubicado en el callejón Berro y Padre Vázquez, en Maipú, Mendoza, a donde había ido a encontrarse con Arancibia y Méndez. El hombre había contactado a la víctima a través de la red social Instagram para invitarla a una fiesta que haría ese día en su casa.
Mientras se llevaban adelante intensos operativos de búsqueda para dar con la menor, la investigación reveló que la víctima nunca salió del domicilio de los imputados ni volvió tampoco a usar la tarjeta SUBE. Su celular se apagó el mismo sábado y el hallazgo de un corpiño ensangrentado y un cuchillo a 70 metros de la casa de los sospechosos encendió todas las alertas.
Finalmente, fue un testigo que se quebró y relató que trasladó y arrojó el cuerpo en la calle Alsina, quien permitió encontrar a la joven asesinada. Este persona sería un remisero al que Arancibia le pidió ayuda para deshacerse de un animal muerto que tenía en su casa y, engañado, colaboró con el encubrimiento del crimen.
El cadáver estaba parcialmente calcinado y a unos dos kilómetros del domicilio del detenido. Cerca de ese punto, hay unas canchas de fútbol y un matadero, dato que no pasó inadvertido ya que uno de los oficios que tuvo el hombre era el de carnicero.
Perfil del presunto femicida
Una de las primeras pistas firmes que colocaron a Pablo Arancibia bajo la lupa en la causa que investigaba la desaparición de Florencia Romano se conoció pocas horas después de que la familia de la menor radicara la denuncia. Se trataba de las conversaciones que mantuvieron el hombre y la adolescente a través de Instagram, en las que Arancibia la invitaba a una fiesta en su casa el día que se cometió el femicidio.
Mientras aumentaba la preocupación por Florencia y se intensificaban los operativos para dar con ella, empezaron así a indagar en el pasado de Arancibia y descubrieron que la víctima no era un caso aislado sino que le había enviado mensajes a varias menores más para encontrarse en privado con ellas, tomar alcohol y hasta les llegaba a sugerir que podía pagarles.
A través de varios perfiles de Facebook, el ahora imputado solía mostrarse con grandes sumas de dinero y decía ser dueño de autos de alta gama, que también ostentaba con fotos. “Hola, soy Pablo. Soltero, sin hijos”, así se presentaba ante sus potenciales víctimas y el nivel de intensidad bordeaba el acoso cuanto más intentaban ignorarlo. Florencia fue una más de todas esas chicas, y aceptó conocerlo personalmente sin imaginar que iba derecho a una trampa mortal.
