Luego de llevar tobillera electrónica por casi tres años, el juez federal Julián Ercolini le permitió a Diego Lagomarsino dejar de usar el dispositivo, tras un pedido de su defensa. El informático está procesado por como partícipe necesario del supuesto homicidio de Alberto Nisman, el extitular de la UFI AMIA que fue encontrado muerto el 18 de enero de 2015, en su departamento de Puerto Madero.
La querella, representada por Pablo Lanusse, y el fiscal Eduardo Taiano estuvieron de acuerdo con la medida que le permitirá a Lagomarsino moverse con libertad dentro de los límites impuestos por la Justicia: no podrá ausentarse más allá de 100 kilómetros de su domicilio y/o lugar de residencia, sin el permiso del tribunal, sostuvo el fallo al que tuvo acceso TN.com.ar.
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El abogado de Lagomarsino, Gabriel Palmiero, recordó en el pedido de morigeración de las medidas de coerción que su defendido llevaba el dispositivo de GPS desde noviembre de 2017. Asimismo, argumentó que el técnico en computadoras cumplió con todas las condiciones impuestas, incluso, que colaboró con el sistema de seguimiento de la Dirección de Asistencia de Personas Bajo Vigilancia Electrónica ante posibles fallas técnicas.
Palmiero también explicó “que las restricciones que el uso de la tobillera conllevaba importaron en Lagormarsino la vulneración de algunos de sus derechos, como ser: el de fortalecer los vínculos familiares, el de trabajar, a la libre circulación y también a la salud”.
El abogado destacó que “tomó conocimiento sobre una posible afectación a la salud de su asistido, en orden al tiempo que ha transcurrido con una tobillera electrónica colocada y a las consecuencias psicofísicas que este tipo de dispositivo habría tenido en múltiples ámbitos de su vida”.
Por su parte, Taiano solicitó que la función que cumplía la tobillera sea reemplazada por otra, “con el fin de asegurar la sujeción del imputado en el proceso”. Lanusse, en el mismo sentido, no se opuso a la extracción del dispositivo pero pidió que el resto de las medidas de coacción continúen de la misma manera ya que las considera “razonables, proporcionales y equilibradas”.
Para conceder el beneficio, Ercolini tuvo en cuenta que, desde que se colocó el dispositivo de monitoreo satelital, Lagomarsino lo lleva de “forma ininterrumpida”.
“Durante ese periodo, no solo se solo se mantuvo a derecho sino que también permaneció dentro de los límites indicados y además, cooperó con la correcta utilización del aparato”, consideró el juez.
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Asimismo, el magistrado señaló que cumplió el resto de las medidas impuestas. “Por ejemplo, asistió regularmente cada 15 días ante los estrados del tribunal y, cuando necesitó llevar adelante una actividad que por su ubicación podía encontrase en una zona vedada, canalizó los pedidos de autorización correspondientes a tal efecto -tramitó permisos para prestar actividades laborales en zonas portuarias, asistir a actividades familiares, etc.”, enumeró.
El juez también destacó en el fallo que, en la actualidad, el procesado por el presunto crimen de Nisman mantiene la custodia personal permanente que le fue asignada casi desde el inicio de la causa, cuando tramitaba en la Justicia Penal de Instrucción.
De esta manera, Lagomarsino se despide de la tobillera que llevaba desde el 8 de noviembre de 2017.
No obstante, no podrá alejarse de su domicilio, en un radio mayor a 100 kilómetros, tampoco podrá salir del país, alejarse de su domicilio por más de 24 horas sin aviso y presentarse cada 15 días, una actividad que deberá retomar cuando finalice el aislamiento social, preventivo y obilgatorio decretado por Alberto Fernández el 20 de marzo pasado.