Un chico de 14 años fue asesinado en la madrugada del domingo de un tiro en la espalda y otros dos jóvenes, de 15 y 18, resultaron heridos, en Paso Viejo, Cruz del Eje, en la provincia de Córdoba. El crimen ocurrió en medio de un presunto enfrentamiento con la Policía, que llegó al lugar alertada por supuestos disturbios. En las últimas horas, la Fiscalía dispuso que fueran detenidos cinco efectivos y los acusó de “homicidio agravado”.
Según consignó Cadena 3, un grupo de jóvenes estaba reunido en una plaza cuando llegó la Policía e intentó dispersarlos. “Estábamos tomando en un banco (de la plaza). Llegaron con la escopeta y nos dijeron que nos vayamos. Nos fuimos atrás del dispensario, porque era el cumpleaños de un amigo y estaba saludando a unos parientes”, relató uno de los jóvenes que fue testigo del crimen de Joaquín Paredes.
Y continuó: “Nos quedamos ahí unos 20 minutos, llegó un policía y nos dijo que nos quedemos quietos ahí. A los dos minutos cayeron dos móviles y una chata. Se bajaron y nos empezaron a tirar. Cuando llegaron, se bajaron, nos rodearon. Caminaron un poco y un loco disparó”.
El testigo contó que, en ese momento, se dieron cuenta de que habían matado a su amigo y el grupo comenzó a tirar piedras contra los oficiales. “Vimos que estaba muerto y reaccionamos. Hizo dos quejidos y no hizo más nada, se ponía morado. Ahí nos pusimos locos, fuimos a la comisaría y la hicimos bosta. Como 12 éramos, pero nosotros nomás”.
El joven, amigo de la víctima y los heridos, contó también que la ambulancia no quería cargar a Paredes hasta que llegara una enfermera, lo que hizo que el joven quedara “tirado como 40 minutos”. Según su relato, la trabajadora de salud estaba “escondida adentro” del dispensario, ubicado al lado de la sede comunal. “Tenía un tiro en la espalda”, confirmó sobre la víctima.
En tanto, la versión policial de las autoridades de Paso Viejo indica que había 20 jóvenes en el lugar, mayores y menores de edad, quienes “estaban ocasionando disturbios”, e informaron que los efectivos realizaron disparos de arma de fuego al aire “al verse superados en número por los agresores”.
Un joven de 18 años, identificado como Jorge Navarro sufrió dos heridas de bala, una en el tobillo derecho y la otra en la pantorrilla izquierda, y permanece internado en un hospital de Villa del Soto. Mientras que otro chico, de 15 años, llamado Braian Villagra fue ingresado en un centro de salud de Cruz del Eje con una herida punzante en el brazo derecho y fractura de fémur.
El crimen generó la reacción de los vecinos, que este domingo salieron a la calle, se manifestaron en la comisaría local y prendieron fuego uno de los móviles policiales. Marcos Heredia, un residente de la zona, contó en diálogo con la radio local que “lo despertaron los tiros” y se acercó a ver lo que pasaba.
El hombre confirmó que los chicos “estaban tomando vino en la plaza”. Y reveló sobre Paredes: “Cuando llegué estaba tirado, muerto. Llegó la Policía de una, de dos tiros lo mataron por la espalda. Dos horas tardó en llegar la ambulancia, estaba muerto”.
“La Policía es un abuso. Después volvieron a tirar de vuelta tiros. Éramos 20 chicos con padres y todos tratábamos de calmarlos para que se quedaran quietos y no rompan más nada”, explicó el vecino sobre los disturbios frente a la comisaría.
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Darío Heredia, intendente de la localidad, expresó su dolor y conmoción: “Me pongo en el lugar del padre del chico, y bueno, pasó algo con la policía y estamos trabajando para esclarecerlo, porque queremos obtener una respuesta”.
En diálogo con Cadena 3, aseguró: “Si tengo que hacer un paso al costado lo voy a hacer. Me siento responsable y tengo una culpa por estar al frente del pueblo y de una institución. Las cosas me superaron. Estoy acá poniendo la cara”.
El jefe comunal pidió que se esclarezca el crimen para que “salga el culpable que mató a ese chico”. Según consignaron fuentes judiciales, todas las armas secuestradas en el lugar eran de la Policía.
En la tarde del domingo, la fiscal de Instrucción Fabiana Pochettino, a cargo de la causa, dispuso la detención de cinco policías, a los cuales acusó de “homicidio agravado”. Mientras tanto, la justicia continúa investigando en qué circunstancias se produjeron los disparos contra ambas víctimas.
En agosto de este año, la Policía de Córdoba estuvo en la mira por otro caso de “gatillo fácil”: el asesinato de Valentino Blas Correas. El joven, de 17 años, viajaba a bordo de un Fiat Argo junto a otros adolescentes en Nueva Córdoba, cuando los pararon en un control vehicular, no frenaron y fueron perseguidos por los oficiales.
La Policía comenzó a disparar contra el coche y Correa recibió un impacto de bala en la espalda. Fue llevado hasta un centro de salud, pero murió. Por el crimen, hay cinco miembros de la fuerza de seguridad imputados.